Lo que se entiende por “balada” es una canción cuya primera característica es su pulso lento y, como segunda, una temática que ronda lo romántico o amoroso. Claro que hay apariencias que engañan y, a pesar de que en la historia de la música pop muchas composiciones fueron escritas con pulso lento, sus letras no respondían a profundos enamoramientos ni a corazones rotos. Uno de los más clásicos ejemplos es “Live to tell”, de Madonna.
La Reina del Pop -cuando tal vez todavía no tenía ese rango pero se perfilaba como una gran diva- anunció en marzo de 1986 el lanzamiento de su tercer álbum, que se llamaría Live To Tell. Finalmente, el disco en cuestión terminó con otro nombre, True Blue, tomando de uno de los temas que formaron parte del álbum y que tenía, tanto por su música como por su letra, el tono festivo que a Madonna le venía dando tan buenos resultados con sus trabajos anteriores. “Amor verdadero. Eres con quien estoy soñando. Tu corazón me queda como un guante (…). Te amo” decía su letra simple y pueril, que tuvo su correlato en un videoclip en el que Madonna marcaba los pasos en una coreografía que rozaba lo irónico por ciertas referencias estéticas a la década del 50. Al mismo tiempo, la veinteañera profundizaba el platinado de su cabello y los labios en rojo intenso, para crear vínculos con la imagen de la gloriosa Marilyn Monroe.
Sin embargo, esa canción no es la más fiel representante del disco. Porque en ese tercer álbum, Madonna incluyó temas como “Papa Don’t Preach” (que hacía referencia a un embarazo adolescente) y “Live To Tell”, justamente esa balada absolutamente melosa que, en su letra, nada tenía de fogosa. Sin versos eran puro misterio y solo gracias a algunas pistas que pudo dar la cantante se establecieron conjeturas sobre algún desencanto en el amor pero, sobre todo, una niñez complicada, con situaciones que rozarían el abuso. Por primera vez, con ese disco y especialmente con esta canción, Madonna mostraba una nueva arista en su carrera.
Fuerza para seguir
El misterio aparece ya en las primeras palabras: “Tengo una historia que contar. A veces resulta muy difícil ocultarla bien. No estaba preparada para la caída. Demasiado ciega para ver lo que está en la pared. Un hombre puede dar mil lecciones. He aprendido bien mi lección. Espero vivir para contar el secreto que he aprendido. Hasta entonces, arderá dentro de mí“
Más tarde cantará: “Si vivo para contar el secreto que supe entonces, ¿tendré alguna vez otra oportunidad? Si me escapé, nunca tendría la fuerza para ir muy lejos».
La idea de la canción no surgió de una noche de gran inspiración sino como consecuencia de varias negativas. El músico y productor Patrick Leonard, que comenzaba a trabajar con Madonna para su tercer álbum, tenía otros proyectos paralelos. Uno de ellos era la composición de una pieza instrumental para la película Fire With Fire, producida por Paramount. Finalmente, la composición no fue aprobada y Leonard se la hizo escuchar a Madonna con la intención de que pudieran escribir una letra. Finalmente, la cantante la propuso para Al Close Range, película en la que en ese momento trabaja su marido, el actor Sean Penn. James Foley, director del film, dio el visto bueno para que fuera incluida en su historia de delincuencia, crímenes y traiciones familiares.
Estreno y beneficio
El estreno en vivo de la canción fue en el Madison Square Garden, de Nueva York, durante una gala benéfica producida para recaudar fondos para la investigación del sida. Por otro lado, el videoclip del tema, rodado por James Foley, alternó imágenes de la película con tomas grabadas especialmente, donde se la veía a Madonna cantando entre penumbras. Sus escenas, de absoluto recato, iban a tono con su voz, que sonaba en la parte baja de su registro. Esa fue otra de las características del tema. El sonido chillón de su garganta había sido reemplazado por esta frecuencia más amigable a los oídos y en sintonía con todo el misterio que envolvía a la canción.
Claro que, con el paso del los años, la diva encontró la manera de lograr escandalizar incluso con este tema, aunque según dijo, nunca fue esa su intención. Durante su gira de 2006 Confessions Tour, para cantar “Live to Tell” pensó en un cuatro compuesto por una gran cruz espejada, de la que ella misma estaba colgada, vestida con una blusa roja y un pantalón de terciopelo. El vestuario se complementaba con una corona de espinas en su cabeza. Sobre la escena se veía en las pantallas el número 12.000.000 junto a imágenes de niños de África. La mención refería a la cantidad de chicos que habían quedado huérfanos por culpa del sida.
Las reacciones del cristianismo no se hicieron esperar. “¿Por qué alguien con tanto talento siente la necesidad de promocionarse con una ofensa tan grande?”, dijo la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales, a través de sus voceros. “La crucifixión está en el corazón de la historia de Dios convirtiéndose en hombre y sufriendo para redimirnos. Utilizar eso como parte de un espectáculo es una perversión banal de un evento sagrado”.
Claro que no había sido la primera vez que Madonna y la iglesia habían tenido cortocircuitos. En 1990 fue el propio Papa que propició un boicot al Blond Ambition Tour, donde Madonna simulaba masturbarse en una cama giratoria mientras cantaba “Like a Virgin”. Por su parte, la reina del pop contesto los comentarios y pidió que no se tomara todo lo hacía de modo tan literal.
Aclaraciones
Dieciséis años después, durante el Confessions Tour debió salir a aclarar sus acciones sobre el escenario, al momento de interpretar “Live to Tell”: “Estoy muy agradecida de que mi show fuera tan bien recibido en todo el mundo. Pero parece que hay malas interpretaciones acerca de mi aparición en la cruz y quiero explicarlo una vez por todas. Hay un segmento en mi espectáculo en el que tres de mis bailarines «confiesan» o comparten experiencias desgarradoras de su niñez, que finalmente vencieron. Mi “confesión” sigue y se lleva a cabo en un crucifijo que, en última instancia, bajo. Esto no es una burla hacia la Iglesia. No es diferente a una persona que lleva una cruz aceptándola, como dice en la Biblia. Mi interpretación no es ni anticristiana, ni sacrílega ni blasfema. Más bien, es mi súplica al público para alentar a la humanidad a ayudarnos unos a otros y ver al mundo unido. Creo totalmente en que, si Jesús estuviera vivo hoy, él estaría haciendo lo mismo. Mi intención específica es para llamar la atención sobre millones de niños africanos que mueren cada día y viven sin cuidados, sin medicinas y sin esperanza. Estoy pidiendo a la gente que abra sus corazones y mentes para involucrarse en cualquier forma posible.(…). Por favor, no emitan juicios sin ver mi show”, concluyó.