La lluvia de meteoros Líridas, uno de los eventos astronómicos más antiguos registrados por la humanidad, alcanzará su punto máximo este 2025 durante las noches del 21 y 22 de abril.
Según informó la NASA, este fenómeno, que se produce anualmente, será visible en el cielo nocturno con una actividad promedio de entre 10 y 15 meteoros por hora, aunque en ocasiones excepcionales puede llegar a mostrar hasta 100 meteoros en el mismo lapso.
Sin embargo, la observación podría verse parcialmente afectada por el brillo de la luna, que estará iluminada al 40% durante esas fechas, de acuerdo con la Sociedad Americana de Meteoros.
La mejor oportunidad para disfrutar de este espectáculo será la noche del 21 de abril, justo antes de que la luna menguante haga su aparición en el cielo. Este fenómeno, que ha fascinado a los observadores durante siglos, tiene su origen en los restos del cometa C/1861 G1 Thatcher, cuyos escombros cruzan la órbita terrestre cada año en abril, generando esta lluvia de meteoros.
Un fenómeno de intensidad media con destellos brillantes
De acuerdo con la Sociedad Americana de Meteoros, las Líridas son consideradas una lluvia de meteoros de intensidad media. Aunque no son tan abundantes como las Perseidas, que iluminan el cielo en agosto, las Líridas destacan por la velocidad y el brillo de sus meteoros.
Según la NASA, estos meteoros no suelen dejar largas estelas de polvo tras su paso por la atmósfera terrestre, pero ocasionalmente pueden producir destellos brillantes conocidos como bolas de fuego, que ofrecen un espectáculo visual único para los observadores.
La NASA también explicó que las Líridas son fragmentos desprendidos del cometa C/1861 G1 Thatcher, un cuerpo celeste que orbita alrededor del Sol. Cada año, cuando la Tierra atraviesa la corriente de escombros dejada por este cometa, las partículas ingresan a la atmósfera terrestre y se desintegran, creando los característicos destellos luminosos que se observan desde la superficie.
Un legado histórico que se remonta a la antigüedad
El registro más antiguo de la lluvia de meteoros Líridas data del año 687 a. C., cuando observadores en China describieron el fenómeno como “lluvia de estrellas”. Este evento astronómico ha sido documentado a lo largo de los siglos, consolidándose como uno de los más antiguos conocidos por la humanidad, según información de USA Today.
En tiempos más recientes, se han registrado explosiones de actividad inusualmente altas, como la observada en 1982 en Estados Unidos, cuando se contabilizaron cerca de 100 meteoros por hora. Eventos similares ocurrieron en Japón en 1945 y en Grecia en 1922, según detalló el medio Earthsky.
Estos picos de actividad, aunque poco frecuentes, han contribuido a la fascinación que las Líridas generan entre los astrónomos y aficionados al cielo nocturno. La posibilidad de presenciar un aumento repentino en la cantidad de meteoros añade un elemento de sorpresa y emoción a este fenómeno anual.
La composición de los meteoros: fragmentos del espacio
Los meteoros que forman parte de la lluvia de las Líridas son pequeños fragmentos de roca espacial, que pueden variar en tamaño desde un grano de arena hasta una pequeña roca.
Al entrar en la atmósfera terrestre a gran velocidad, estas partículas se calientan y se desintegran, generando un rastro luminoso que es visible desde la superficie. Según la NASA, algunos meteoritos que logran llegar a la superficie terrestre son fragmentos de asteroides, e incluso se han identificado algunos provenientes de Marte y la Luna.
Este proceso de desintegración es lo que da lugar a las lluvias de meteoros, un fenómeno que no solo es visualmente impresionante, sino que también ofrece información valiosa sobre los cuerpos celestes que orbitan en nuestro sistema solar.
Los restos del cometa C/1861 G1 Thatcher, en particular, han permitido a los científicos estudiar la composición y el comportamiento de estos objetos espaciales.
Cómo y dónde observar las Líridas este 2025
Para quienes deseen disfrutar de la lluvia de meteoros Líridas en su máximo esplendor, los expertos recomiendan buscar un lugar alejado de las luces de la ciudad, donde la contaminación lumínica sea mínima.
Aunque el brillo de la luna podría dificultar la observación, especialmente durante la noche del 22 de abril, la noche del 21 será más favorable, ya que la luna menguante aún no habrá salido en las primeras horas de la madrugada.
La Sociedad Americana de Meteoros sugiere mirar hacia la constelación de Lyra, de donde parecen originarse los meteoros. Sin embargo, los destellos pueden aparecer en cualquier parte del cielo, por lo que se recomienda mantener una vista amplia y cómoda del firmamento.
Este evento astronómico, que combina historia, ciencia y belleza natural, promete ser una experiencia inolvidable para quienes se tomen el tiempo de observarlo.