
El descenso de la altitud a partir de la cual se acumula la nieve, especialmente en Ávila y otros puntos del Sistema Central, ha intensificado los riesgos para la movilidad y la prestación de servicios básicos en varias regiones montañosas. Según informó la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y recogió un medio especializado, la situación actual deriva de la interacción entre un frente atlántico en avance y una depresión estacionada en el sureste de la península ibérica, dando lugar a condiciones meteorológicas adversas que involucran más de doce provincias españolas, donde se reportan lluvias persistentes, granizadas, episodios de nieve y una caída de las temperaturas.
Tal como precisó la AEMET, las precipitaciones más intensas se concentran en Castellón y el sur de Tarragona, con alertas por acumulaciones puntuales que alcanzan hasta 80 litros por metro cuadrado. Estas condiciones vienen acompañadas de tormentas y granizo. El fenómeno ha generado avisos formales por acumulación de nieve en zonas por encima de los 1.400 metros en Ávila, dentro del Sistema Central. De acuerdo con la información recogida por el citado medio, la cota crítica de nieve se sitúa entre los 1.500 y 1.800 metros, aunque en el noroeste puede bajar a entre 1.300 y 1.600 metros, incrementando así los riesgos asociados al tráfico carretera y la continuidad de los servicios esenciales.
La cobertura de los avisos meteorológicos abarca un amplio territorio, detalló la agencia, incluyendo Asturias, Galicia —especialmente el norte—, Cádiz, Ceuta, el entorno del mar de Alborán y los Pirineos. En Asturias, la AEMET puntualizó que las advertencias abarcan desde la franja costera hasta el suroccidente, pasando por zonas centrales, los valles mineros y los Picos de Europa, reflejando el alcance del episodio climatológico.
Otras provincias bajo vigilancia, debido a la posibilidad de tormentas y granizo, son Barcelona, Tarragona, A Coruña, Lugo, Pontevedra, Murcia —con especial impacto en el Campo de Cartagena y Mazarrón—, Alicante, Valencia y Castellón, según reportó la AEMET. El avance del frente atlántico y la depresión en el sureste han intensificado la nubosidad y extendido las precipitaciones, tanto en el interior peninsular como hasta el archipiélago balear, tal como consignó el medio especializado apoyándose en datos del organismo meteorológico.
En el litoral gallego, específicamente en A Coruña y Pontevedra, así como en las costas de Lanzarote y Fuerteventura, las condiciones de fuerte oleaje complican la navegación y afectan las actividades pesqueras y recreativas. Zonas próximas a la costa cantábrica y las Islas Pitiusas también presentan previsión de lluvias intensas, amplió la AEMET, lo que suma amenazas a la logística habitual en estos lugares.
Las áreas montañosas del Sistema Central registran lluvias prolongadas, creando la posibilidad de elevadas aportaciones de agua a ríos y arroyos. La acumulación contribuye al riesgo de desbordamientos, con potencial impacto negativo sobre labores agrícolas, movilidad en carretera y operaciones logísticas, según publicó la AEMET a través del citado medio. En el archipiélago canario, la sucesión de frentes atlánticos produce nubosidad y precipitaciones aisladas en las vertientes norte de las islas, lo que incrementa tanto la humedad como la formación de bancos de niebla, especialmente en zonas elevadas y en partes interiores del tercio oriental de la península. Esta situación puede afectar la visibilidad y la seguridad en la circulación, tanto vial como peatonal.
En cuanto a temperaturas, la AEMET confirmó un descenso generalizado de las máximas en la península y Baleares, salvo incrementos puntuales previstos en el Pirineo, el Ampurdán, el sur de Galicia y el noroeste de Castilla y León. Por su parte, las mínimas muestran una tendencia al alza en la meseta norte y algunos puntos de la meseta sur. Andalucía y la franja mediterránea presentan valores más bajos. Se prevé la aparición de heladas débiles en zonas altas, afectando los trabajos en el campo y la operación logística, dada la vulnerabilidad de las infraestructuras ante el frío.
Las variaciones de intensidad y dirección del viento complican aún más el panorama. En el Estrecho y el mar de Alborán predomina el viento de poniente; en la costa gallega, la brisa proviene del norte. Las regiones cantábricas experimentan una transición desde vientos del sur y oeste hacia el norte y noroeste, mientras que en Baleares y el litoral sureste el viento sopla del suroeste. El resto de la península presenta una situación variable, que tenderá a orientarse hacia el norte y oeste según evolucione el episodio meteorológico, mientras que en la región de Levante los refuerzos de viento llegan desde el este. Canarias permanece bajo predominio de vientos del norte, que podrían alcanzar una mayor intensidad en áreas concretas, detalló la AEMET según fue publicado por el medio especializado.
El informe recogido por el medio destaca que lluvias prolongadas, nevadas, ráfagas de viento persistentes y niebla incrementan la probabilidad de incidentes en elementos críticos de infraestructura. Esto incluye carreteras, redes ferroviarias, sistemas eléctricos y de agua. Tales condiciones meteorológicas afectan la seguridad vial y la labor de quienes desempeñan funciones en el transporte terrestre, así como a las actividades agrícolas. Según la AEMET, las dificultades derivadas del episodio climático impactan directamente la movilidad cotidiana de las poblaciones, el trabajo agrario, la administración y el mantenimiento de los sistemas de servicios, además de complicar la respuesta ante emergencias municipales y urbanas.
El patrón meteorológico, sostuvo la agencia en las declaraciones recogidas por el citado medio, corresponde a una situación de transición entre estaciones, caracterizada por un aumento de la nubosidad, descenso de temperaturas y cota de nieve, alteraciones del viento y formación de oleaje elevado. Todo ello repercute en la infraestructura y en la organización territorial de los núcleos urbanos y rurales en las provincias afectadas.
