Lo dirigió un campeón del mundo, un encuentro en el baño le cambió el destino y hoy tiene una parrilla en Ecuador: Martín Mandra, el optimista del área

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Lo dirigió César Luis Menotti, Alfio Basile y Miguel Ángel Russo. Participó en algunos entrenamientos cuando Diego Maradona era técnico en Racing y él daba sus primeros pasos en la Reserva. Jugó en Alemania, Grecia, España, Italia y es una leyenda del fútbol ecuatoriano, donde convirtió el gol más rápido –8 segundos– de la historia de la liga contra Club Deportivo El Nacional.

Martín Mandra, desde Ecuador, atiende a LA NACION mientras analiza los costos de los cortes de carne que vende en La parrilla de Mandra, un proyecto que nació hace dos meses junto a su esposa Adriana. Para complementar el maridaje, le sumó la importación de vinos de Mendoza, otra punta de lanza para engrosar los números de la economía familiar, un punto muy sensible cuando el fútbol obliga al deportista a bajar la persiana.

Martín Mandra jugó en Racing, Nueva Chicago y se retiró en Ecuador

Los inicios de Mandra en el fútbol se entremezclaron con un drama familiar: sus padres quedaron desamparados al perder su hogar. “Empezamos a alquilar y cambiábamos de casa cada año. En el medio empecé a laburar cuando tenía 10 años con un puesto en la calle donde, con mi familia, vendíamos juguetes, útiles escolares, de todo un poco. En el verano nos íbamos a Mar del Plata a trabajar por la temporada”, expresó sobre aquella experiencia que, tiempo más tarde, le daría la personalidad necesaria para afrontar los vaivenes de su carrera profesional.

Su debut profesional se dio en Racing, en 1996. El clima en Avellaneda era hostil para los jugadores: no cobraban sus sueldos ni tampoco tenían agua caliente en los vestuarios. Siendo una de las alternativas en ataque, Mandra pasó a Nueva Chicago, a préstamo, en busca de sumar más roce y experiencia. Luego de un fructífero semestre, el delantero disputó un amistoso de pretemporada contra su ex club, donde Alfio Basile era el DT y, para sorpresa del futbolista, lo tenía en su consideración. “Me lo encontré al Coco en el baño y me dice: ‘¿Vos sos Mandra?’. Yo le digo que sí y me dice: ‘Estás jugando muy bien, pibe, te estoy esperando’. A los dos meses volví del préstamo a Racing y Basile me tuvo en cuenta, a tal punto que jugué de titular contra San Lorenzo y metí un gol”, recordó el exfutbolista que se retiró en 2010 por una osteocondritis.

El gol de Martín Mandra a San Lorenzo

Luego de su despedida en 1999, el delantero continuó su recorrido por distintos equipos del fútbol europeo, recaló en Ferro y retornó a Nueva Chicago, donde, nuevamente, cumplió un buen papel y motivó a un nuevo reconocimiento por parte de un entrenador histórico: César Luis Menotti.

“Menotti llamó a mi casa y me contó que quedó asombrado por mi forma de jugar y el juego vertical que tenía”, indicó Mandra que, al colgar el teléfono, no lo dudó y armó las valijas con destino a Rosario Central, donde también coincidió con Miguel Ángel Russo, otro director técnico que lo apuntaló en su carrera.

Las lesiones, un enemigo histórico de los deportistas de alto rendimiento, aparecieron en el camino de Mandra que volvió a sellar su pasaporte con destino a Alemania, en 2003, para integrar el plantel del Núremberg. En el Viejo continente, lejos de sus expectativas iniciales, sufrió tanto el desarraigo como el choque cultural. “El alemán no es una persona que te abra las puertas y te trate cordialmente. Tuve la mala fortuna de tener malos compañeros, que me la hicieron difícil y de todos los países que estuve fue el peor”, resumió sobre una estadía que duró apenas seis meses.

Martín Mandra con la camiseta de Deportivo Quito, equipo donde rompió una racha de 40 años sin títulos y es ídolo absoluto

En sus últimos años de carrera, el nacido en Capital Federal encontró en Ecuador su lugar en el mundo. Se convirtió en ídolo del Deportivo Quito, un equipo que salió campeón después de 40 años. Fue goleador, referente y director técnico –una vez retirado-. En Manta, otro equipo de esta liga sudamericana, firmó un récord: el 13 de marzo de 2010 le convirtió un gol a los 8 segundos de juego a El Nacional, siendo la anotación más rápida en la historia del fútbol ecuatoriano.

La parrilla de Mandra, el proyecto gastronómico vinculado con su fama en el fútbol

“El nombre ayudó mucho. Atrae a mucha gente del fútbol”. Con una estrategia de marketing eficiente, Martín Mandra abrió su local en abril de este año. Conocedor de la cultura ecuatoriana, el delantero olfateó la oportunidad como en su época de goleador y dio un paso adelante para llevar adelante un proyecto gastronómico que lo conecta con sus raíces.

Mandra, de chomba roja, es dueño de una parrilla en Ecuador

“La cultura gastronómica ecuatoriana tiene mucho cerdo, pollo, menestras, ceviche, esos son los platos típicos. La gente quiere saborear algo diferente y en lo que se refiere a carne y vino nos tienen como un país de primer mundo”, destacó como una voz calificada.

En constante aprendizaje, Mandra explicó que en Ecuador los puntos de la carne se miden en términos. Si se prefiere un corte de carne cocido se debe pedir “seco”; si se busca una cocción “a punto” se le debe indicar al mozo que esté en término “tres cuartos” y, por último, “medio punto” está orientado a una cocción más jugosa.

Martín Mandra agasaja a los comensales que visitan su parrilla ubicada en Quito, Ecuador

Inmerso en el rubro, el exjugador de Racing se topó con algunas dificultades como lidiar con los empleados. “Tuve que cambiar a algunos parrilleros que se querían hacer los dueños. Son un gremio complicado y se creen intocables. Por ejemplo, les decía que debían obedecer los pedidos de los clientes y ellos sacaban la carne en el punto que querían. Lo mismo con las entradas que tenían que salir antes del plato principal y marchaban todo junto… y encima me discutían (risas)”, subrayó.

En un ambiente futbolero, donde las camisetas que vistió e intercambió con otros colegas cuelgan sobre las paredes, Mandra se encarga de pasar mesa por mesa para conocer las inquietudes de los comensales. Con un menú variado, el exfutbolista comentó que una parrillada para dos personas (tira de asado, entraña, costilla de cerdo, chorizo, morcilla y chinchulín) cuesta 28 dólares; el bife de chorizo con papas fritas, 20 dólares; milanesa y matambre a la pizza, 14. Para completar el combo, las botellas de vino cuestan entre 35 a 55, según el varietal.

Mandra jugó en Racing, lo dirigió Menotti y hoy tiene una parrilla en Ecuador

La única diferencia que tenemos con Argentina es que no hay inflación. En Ecuador los productos no suben de precio. Después está el gran problema que la clase media se está perdiendo y a la gente le cuesta llegar a fin de mes”, aclaró sobre una problemática social que preocupa a muchos habitantes de esa nación.

Aún con la espina de retirarse por una lesión que le desgastó los huesos, Mandra disfruta de los laureles que consiguió en suelo ecuatoriano y hoy le permiten reinventarse. Una vez más.

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