La pérdida de memoria es un proceso natural que puede darse en muchas personas a medida que avanza la tercera edad o adultez mayor. Incluso, puede verse acelerada por la aparición de enfermedades como la demencia o el Alzheimer. Para reducir los riesgos o retrasar el deterioro cognitivo, especialistas advirtieron cuáles son los alimentos fundamentales que permiten mantener la mente sana, incluso en la vejez.
Un artículo publicado en el sitio web de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, afirma que no existe una fórmula certera que garantice un buen estado mental. Sin embargo, consumir una amplia variedad de alimentos puede influir positivamente en la calidad de vida a largo plazo y ayudar a evitar, entre otras cosas, una pérdida significativa de la memoria.
La acumulación de placas de colesterol en los vasos sanguíneos del cerebro provoca daño en el tejido cerebral, ya sea por pequeñas obstrucciones que generan accidentes cerebrovasculares silenciosos o por un ACV más grave. En cualquier caso, “las células del cerebro se ven privadas de la sangre rica en oxígeno que necesitan para funcionar normalmente, lo que puede afectar el pensamiento y la memoria”.
El Dr. Howard E. LeWine, médico jefe de Harvard Health Publishing, señaló que el consumo de verduras en general, y especialmente de hojas verdes, puede beneficiar al cerebro por sus nutrientes. “Algunas como la col rizada, la espinaca, la berza y el brócoli son ricas en vitamina K, luteína, folato y betacaroteno, todos compuestos que favorecen la salud cerebral. Las investigaciones sugieren que estos alimentos pueden ayudar a frenar el deterioro cognitivo”, explicó el especialista.
Uno de los principales aportes de las frutas y verduras son sus componentes antioxidantes y antiinflamatorios. Gracias a ellos, se evita la oxidación celular y el desgaste acelerado de las células. De esta forma, es más probable que se mantengan sanas por más tiempo.
Por otro lado, un artículo de The Washington Post recogió la opinión de varios nutricionistas que basaron sus conclusiones en estudios clínicos. La principal recomendación fue seguir una dieta mayormente basada en verduras, ya que se comprobó que puede retrasar el deterioro neuronal. Además, combinarla con ejercicio regular, reducción del estrés y participación en grupos de apoyo podría mejorar el estado de personas que ya fueron diagnosticadas con Alzheimer en etapas tempranas.
“Seguir una dieta mediterránea es clave, al igual que hacer ejercicio aeróbico de forma regular, al menos 30 minutos por día, cinco días a la semana. La alimentación y la actividad física ayudan a mantener un peso corporal saludable”, explicó Andrew Budson, jefe de neurología cognitiva y conductual del Sistema de Salud de VA Boston, quien señaló el sobrepeso como uno de los factores que pueden desencadenar demencia.
Si hablamos de productos naturales, los frutos secos, las semillas y los aceites vegetales tienen un rol clave en la salud del cerebro, ya que son fuente de ácidos grasos omega-3, que ayudan a reducir la inflamación. “Son un tipo de grasa insaturada saludable, relacionada con niveles más bajos de beta-amiloide en sangre, una proteína que forma acumulaciones dañinas en el cerebro de las personas con Alzheimer”, agregó el experto.
Por lo tanto, la dieta mediterránea es la recomendación que más se repite entre especialistas en ciencia y nutrición, ya que promueve el consumo de productos naturales y orgánicos: frutas y verduras de estación, legumbres, semillas, pescado (sin mercurio) o carnes blancas sin grasa. De todos modos, ante cualquier duda, consultá con tu médico de confianza para saber qué tipo de alimentos puede procesar mejor tu organismo.