El conjunto de correos electrónicos difundidos el miércoles por los legisladores demócratas incluye numerosas referencias al presidente Trump. Entre ellos, los demócratas de la Cámara Baja destacaron tres correos electrónicos entre Epstein y sus asociados que sugieren que el presidente Trump habría estado más al tanto de la conducta y actividades de Epstein de lo que ha reconocido públicamente.
Los republicanos de la Cámara aseguran que los correos electrónicos revelan poca información, y Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, los calificó de “claro movimiento de distracción”.

Esto es lo que sabemos sobre lo que ocurría cuando fueron enviados esos correos electrónicos:
2011: Epstein le envía un email a Ghislaine Maxwell sobre una víctima que, según él, Trump conoció en su casa.

“Quiero que entiendas que el perro que no ha ladrado es Trump… La VÍCTIMA pasó horas con él en mi casa, y nunca dijo una palabra. Jefe de policía, etc. Estoy un 75% seguro”.
En la primavera boreal de 2011, Epstein estaba saliendo de sus problemas legales y quería evitar que la cosa pasara a mayores. Los tabloides lo habían visto en público intentando reintegrarse a sus antiguos círculos sociales. Epstein era sensible a lo que se decía de él y les mandaba emails a sus empleados sobre la cobertura negativa que recibía de los medios. Mientras tanto, Trump, por entonces estrella de su reality “El Aprendiz”, ya hablaba públicamente de postularse para la presidencia.
El miércoles, los legisladores republicanos del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes afirmaron en X que la víctima a la que se refería el correo electrónico era Virginia Roberts Giuffre, que fue reclutada en 2000, cuando tenía 16 años, por Ghislaine Maxwell, antigua socia de Epstein, mientras trabajaba como empleada en el spa de Mar-a-Lago.

Cuando Epstein envió el correo electrónico en abril de 2011, Giuffre recién acababa de hacer públicas sus experiencias con él, confesándole a un tabloide británico que Epstein había abusado de ella y la había “traficado” con otros hombres. Giuffre hasta le proporcionó al medio británico la ahora famosa fotografía de ella con el príncipe Andrés y Maxwell.
Un representante de la familia de Giuffre declinó hacer comentarios para esta nota.
2015: Epstein y Michael Wolff elaboran una estrategia para una aparición mediática de Trump.

“Creo que deberían dejar que se hunda solo. Si dice que no estuvo ni en el avión ni en la casa, eso les da un valioso rédito político y de imagen. Podés perjudicarlo de una manera que potencialmente te genere un beneficio, o si realmente parece que puede ganar, podrías salvarlo, para que te deba un favor. Por supuesto, es posible que cuando le pregunten diga que Jeffrey es un buen tipo, que ha sido tratado injustamente y que es víctima de la corrección política, que en un régimen de Trump estaría prohibida”.
Durante la campaña presidencial de 2016, Epstein se mantuvo en gran medida en segundo plano, a pesar de la curiosidad pública sobre sus vínculos no solo con Trump, sino también con el expresidente Bill Clinton. Epstein estaba lidiando con las consecuencias de su conducta, pero estaba lejos de ser la figura venenosa que es ahora.
Aun así, Epstein siguió relacionándose con personas notables, entre ellas el periodista Michael Wolff, quien posteriormente escribió una biografía de Trump al comienzo de su primer mandato.
Según la transcripción del debate presidencial el 15 de diciembre de 2015, Trump no respondió a ninguna pregunta sobre Epstein y tampoco queda claro si le preguntaron sobre el asunto por separado.
2019: Epstein le dice a Wolff que, “por supuesto”, Trump “sabía de las chicas”.

“Trump dijo que me pidió que renunciara, cuando nunca fui integrante… por supuesto que sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que frenara”.
Para enero de 2019, Trump ya estaba en la Casa Blanca y Epstein volvía a ser noticia. Una serie de artículos del Miami Herald demostraron que, años antes, Epstein había recibido un trato “indulgente” por parte de los fiscales, y hasta de Alexander Acosta, por entonces secretario de Trabajo de Trump.

Los horarios de Epstein mostraban que había seguido reuniéndose con Wolff, quien afirmó haber estado presente en algunas entrevistas grabadas que Steve Bannon, exasesor de Trump, le había realizado a Epstein y que nunca se hicieron públicas.
Poco después de este intercambio de emails, el Departamento de Justicia dijo estar investigando cómo se había gestionado el acuerdo legal por el que Epstein se declaró culpable.
Traducción de Jaime Arrambide
