Un rescate particular se inició cuando, hace unas semanas, el personal del centro de aves Raven Ridge Wildlife Center (RRWC) en Pensilvania, Estados Unidos, recibió una llamada angustiante de una persona en Halifax, a más de una hora de distancia. El hombre sonaba desesperado mientras describía al diminuto polluelo que acababa de rescatar espontáneamente en una ruta. Lo que encontraron, sorprendió al grupo amante de los animales.
“Un hombre de buen corazón llamado Michael vio a la pequeña criatura al costado del camino e instintivamente se detuvo para salvarla. Fue un verdadero milagro que notara a un animal tan pequeño en evidente dolor y sufrimiento”, aseguró el RRWC en su página de Facebook.
El pequeño búho yacía indefenso al costado del camino, con los ojos cubiertos por una capa secreciones que lo dejaban prácticamente ciego, pero por suerte Michael se negó a dejarlo atrás. Lo envolvió con cuidado en una toalla y se apresuró a regresar a su casa, donde su esposa lo ayudó a decidir los siguientes pasos. La pareja llamó al RRWC y explicó la urgencia de la situación.
“La preocupación era palpable mientras describían las graves heridas en el lado derecho de la cara del búho, lo que les hacía pensar que también había perdido un ojo”, escribió RRWC. El centro de rescate de animal aceptó recibir al polluelo y la pareja emprendió de inmediato el viaje con el animal en su regazo. En cuanto llegaron, el personal se puso manos a la obra para asistirlo.
“Al ingresar, nuestro equipo lo atendió de inmediato y nuestro especialista en rehabilitación comenzó a trabajar limpiando cuidadosamente las profundas heridas por encima y por debajo del ojo. A pesar de su diminuto tamaño, el búho enfrentaba serios desafíos que requerían limpieza meticulosa, lavado y medicación”, aclararon.
Ni Michael ni el equipo del centro sabían con certeza qué le había ocurrido al ave, pero a medida que limpiaban los restos de sus ojos, comenzaron a ver con más claridad de qué se trataba. El polluelo se quedó quieto mientras le atendían la cara hasta que, de repente, abrió un ojo.
El personal se alegró al ver uno de los ojos de la pequeña ave, aunque aún quedaba la incertidumbre sobre el segundo. Continuaron limpiando y, poco después, el animal abrió también el otro. Con ambos ojos mirando directamente al equipo, todos respiraron aliviados al confirmar que estaban sanos.
Tras el procedimiento exitoso, colocaron al búho en un recinto para pasar la noche, con la esperanza de que después de un buen descanso mejorara aún más. A la mañana siguiente, se sorprendieron gratamente al verlo más alerta que nunca. “En un giro asombroso, menos de 24 horas después, el búho comenzó a mostrar signos de recuperación, animándose y aceptando poco a poco la alimentación que le dimos”, escribió el centro.
Gracias a los esfuerzos de Michael y a la dedicación del equipo de RRWC, el ave se sintió mucho mejor y continúa con su progreso desde entonces. Todavía permanece en el centro, donde recupera fuerzas para poder ser liberada de nuevo en la naturaleza. Por fortuna, lo peor ya quedó atrás.
“Es verdaderamente asombroso cómo la supervivencia de este pequeño búho dependió de la compasión de un desconocido dispuesto a hacer un esfuerzo extraordinario. Sin el compromiso de Michael de buscar ayuda, este vulnerable polluelo no habría sobrevivido. Estamos profundamente agradecidos por la bondad que transformó el destino de este pequeño”, aseguraron desde RRWC.