Los aliados del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro han retomado estos días las negociaciones en el Congreso para lograr presentar un proyecto de amnistía, después de ser condenado recientemente a más de 27 años de cárcel por encabezar la trama golpista tras perder las elecciones de finales de 2022.
Si bien la iniciativa ya estuvo encima de la mesa antes de que Bolsonaro se sentara en el banquillo de los acusados, ha recibido un nuevo impulso después de que el gobernador de Sao Paulo, Tarcisio de Freitas, irrumpiera hace una semana en escena haciendo una férrea defensa del expresidente como candidato para 2026.
Está previsto que esta semana De Freitas –a quien no se descarta en absoluto para liderar a la derecha en las elecciones del próximo año–, se reúna junto a otros líderes de la oposición para seguir con la redacción de una proyecto de amnistía que presentar en un reticente Congreso.
El Partido Liberal (PL) de Bolsonaro cuenta con los apoyos de afines como Progresistas y Unión Brasil, si bien resultará fundamental que persuada a los que ocupan el conocido como ‘centrao’ del arco parlamentario, formado por fuerzas aparentemente sin orientación ideológica que se mueven por intereses particulares.
Mientras, la oposición confía en De Freitas para que logre persuadir al presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta para que incluya esta cuestión en la agenda del Congreso, aunque en el Senado se encontraría con el rechazo de su jefe, David Alcolumbre, quien defiende un texto alternativo sin perdón general.
Una amnistía que también ha sido rechazada por el Tribunal Supremo por inconstitucional y que según algunos juristas no libraría por completo al expresidente brasileño de las numerosas causas por las que ha sido condenado.
De Freitas ya defendió hace unos días en redes sociales que la amnistía es uno de los «mejores remedios para pacificar el país», que casi cada semana es escenario de grandes movilizaciones a favor de un Bolsonaro, a quien ya ha prometido indultar en caso de que lograra vencer las elecciones de próximo año.
En una de estas últimas movilizaciones hizo suyos los ataques más viscerales contra el Tribunal Supremo, calificativos de tirano incluidos al juez Alexandre de Moraes y defendió, ante la mirada de la ex primera dama Michelle Bolsonaro, la amnistía para Bolsonaro y los acusados por los ataques del 8 de enero de 2023.
Sin embargo, la derecha brasileña no cuenta aún para 2026 con el consenso deseado. La figura del expresidente es utilizada por unos y otros debido a los pingües beneficios electorales que reporta el apoyo de un Bolsonaro, a quien una hipotética amnistía no libraría de todos los cargos que pesan sobre él.
Si bien el ‘centrao’ –salvo casos puntuales– no está dispuesto a asumir el desgaste de una medida sin simpatías fuera del bolsonarismo y con escaso recorrido parlamentario –a la par que puede ser vetada por el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva– De Freitas sí asumiría el desafío con vistas a su candidatura en 2026.
De Freitas necesita congeniar con el clan de los Bolsonaro, que en vísperas de la condena al patriarca ya acusó a la derecha de haberle abandonado. Uno de los más descontentos con esta situación es Eduardo, en Estados Unidos desde hace varios meses para esquivar a la Justicia y con sus propias aspiraciones electorales.
Mientras tanto, y a pesar del escaso recorrido parlamentario que tendría la iniciativa –principalmente en el Senado–, el Gobierno ya negocia con sus bases y sus aliados para impedir que salga adelante, al mismo tiempo que confirma el apoyo para sus políticas económicas consideradas prioritarias.