Madrid, 7 ago (EFECOM).- Los nuevos aranceles del 15 % que Estados Unidos impone desde este jueves a las importaciones procedentes de la Unión Europea (UE) tendrán un impacto limitado pero desigual en España, cuyas exportaciones al país norteamericano representaron menos del 5 % del total en 2024.
Industrias como la química, los componentes de automoción o la siderurgia advierten de las consecuencias de los aranceles, mientras que otras, como la farmacéutica o la aeronáutica, de momento no se han pronunciado.
Los nuevos aranceles afectan a sectores como el automotriz, que ya estaba gravado con un 27,5 %, y al agroalimentario, en especial al aceite y al vino, que pasan del 10 % negociado previamente al 15 %.
En cambio, otros sectores quedan exentos. El acuerdo prevé arancel cero para las aeronaves y sus componentes, determinados productos químicos, medicamentos genéricos, equipos para semiconductores, ciertos productos agrícolas y materias primas críticas.
La patronal del sector químico, Feique, advierte de la presión «importante» que suponen los aranceles sobre las exportaciones tanto directa como indirectamente.
En 2024, el sector exportó por 59.166 millones, de los cuales 3.505 millones tuvieron como destino EE.UU. (el 6 % del total), su quinto mercado.
Según Feique, el impacto será más acusado en las materias primas que en los productos más especializados, por su mayor exposición a la competencia internacional. Por ello, insisten en la necesidad de trabajar para incluir más productos en el régimen de cero.
Según Anfac, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, estos aranceles no afectarán a las fábricas españolas, ya que no se exportó ningún vehículo a EEUU en 2024 ni en lo que va de 2025.
Sin embargo, Sernauto, la Asociación Española de Proveedores de Automoción, sí prevé consecuencias relevantes para el sector de componentes, dada su alta internacionalización y la compleja cadena de suministro global. En 2024, las exportaciones directas de componentes a EE.UU. alcanzaron los 1.021 millones, un 4 % del total del sector.
Pero la exposición real es mayor, ya que muchos componentes fabricados en España se integran en vehículos ensamblados en Alemania, Francia o México, que luego se exportan a EE.UU.
Además, materias primas esenciales para el sector, como plásticos, textiles técnicos, componentes electrónicos y semiconductores, también estarán afectadas por el nuevo arancel del 15 %, lo que podría mermar la competitividad.
“Se ha puesto una tabla rasa del 15 % para toda la UE, pero la letra pequeña está por cerrar», apunta a EFE Sara Herrero, vicedecana de Ordenación Docente y Gestión Económica de EA Business School, que cree que es peor la guerra comercial con China.
Herrero también se ha referido al plan de inversión de 600.000 millones de dólares que la UE se ha comprometido a destinar a EE.UU., y ha cuestionado su viabilidad: “No se puede obligar a las empresas a invertir en un sitio en una economía de libre mercado”.
El acero mantiene un gravamen del 50 %, a la espera de que las negociaciones en torno a un posible sistema de cuotas lleguen a buen puerto.
“La industria siderúrgica española necesita claridad y previsibilidad. Es urgente concretar los términos del sistema y avanzar hacia un retorno a los aranceles cero”, ha declarado a EFE la directora general de Unesid (Unión de Empresas Siderúgicas), Carola Hermoso.
Desde la patronal AMETIC, que representa a la industria digital, se advierte del riesgo de que futuras medidas arancelarias se centren en el ámbito tecnológico. Temen que un endurecimiento específico sobre las tecnologías europeas ponga en peligro el desarrollo digital. EFECOM