Aquel 16 de agosto de 1925, cuando Radio Mitre salió al aire por primera vez -bajo la marca LOZ Broadcasting LA NACION– restaban apenas once días para que la radiofonía argentina, pionera en el mundo, cumpliera su primer quinquenio, fruto de aquella aventura despabilada de “Los locos de la azotea”, Enrique Telémaco Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica.
Durante ese lustro, el flamante medio cobró fuerza inusitada, se insertó poderosamente en la sociedad argentina y se convirtió en un vehículo imprescindible de información, servicio, entretenimiento y divulgación. Méritos que, desde su nacimiento, también acompañaron a esta radio.
A modo de celebración, este sábado, desde las 16, Mitre transmitirá desde el teatro Coliseo, justamente donde “Los locos de la azotea” irrumpieron con aquella proeza que les permitió a los oyentes, azorados ante lo nuevo, escuchar la ópera Parsifal, compuesta por Richard Wagner. Del evento especial para conmemorar el cumpleaños participarán figuras como el humorista Roberto Moldavsky y el cantante Abel Pintos.
Transcurrió un siglo, cien años donde la señal instalada en el 790 de la amplitud modulada se convirtió en una marca insoslayable y líder de la radiofonía argentina.
Desde hace muchas temporadas, es la más escuchada del “dial”, permítase el romántico arcaísmo analógico en tiempos digitales y de furibundos streamings. Lidera las mediciones de audiencia con una programación sólida que hace hincapié en la palabra informativa, pero sin descuidar otro tipo de contenidos y lenguajes, como el deporte y la música.
Pensar en Radio Mitre es recordar nombres ilustres como Magdalena Ruíz Guiñazú, Néstor Ibarra, Juan Carlos Mareco, Juan Alberto Badía, Juan Carlos Mesa, Jorge Guinzburg, Pepe Eliaschev, Adolfo Castelo, Guillermo Brizuela Méndez, Juan Carlos Pascual, Héctor “Pancho” Caldiero, Jorge Bocacci, Juan José Lujambio, Santo Biasatti, Edgardo Mesa, Héctor Tricinello, Julio Lagos, Esteban Mirol, Alberto Migré, Mochín Marafioti, Alejandro Apo, Natalio Botana, Anselmo Marini, Julia Bowland, Víctor Hugo Morales, René Cóspito, Cristina Pérez, Pancho Ibáñez, Pipo Mancera, Estela Montes y tantos más.
Hace pocos meses, Fernando Bravo, otro distinguido “prócer” del medio, se sumó al extenso listado, ocupando la franja vespertina con su afianzado ciclo de interés general y clima amoroso.
“Es conmovedor volver a vivir tanto valioso de lo hecho durante 100 años, creciendo, aportando con responsabilidad, creatividad, seriedad, buen humor, conocimiento y proyectos renovados; es que se hace camino al andar”, sostiene Nora Perlé, la enorme locutora y conductora, integrante de la “vieja guardia” radiofónica, quien lleva 24 años al frente de Canciones son amores, un clásico de la programación.
“Es una marca ganada con el tiempo. Mitre aportó una voz, identidad; siempre fue una radio bien pensada, criteriosa, que apeló a mecanismos modernos. Es una luz, la gente afirma lo dijo Mitre’, eso habla de su credibilidad”, afirma Juan Carlos Del Missier, otro de los profesionales con mayor antigüedad en esta casa, quien lleva adelante los ciclos Vivamos la vida y De la noche a la mañana.
Las voces de Perlé y Del Missier resuenan tan bellas en “modo entrevistado” como cuando enfrentan los micrófonos para establecer esa comunión única con los oyentes, bautizados “escuchadores” por la dama del aire, quien conformó, junto con Nucha Amengual y Betty Elizalde (El clan del aire), el dream team de las voces “seductoras” del medio que “ratoneaban” desde un tono intimista. Amengual y Elizalde también aportaron lo suyo para construir el siglo de esta emisora.
AM 80
La flamante estación LOZ Broadcasting LA NACION fue fundada por la familia Mitre, constituyendo uno de los primeros “multimedios” en la historia de la comunicación en la Argentina. Además, LA NACION fue uno de los diarios precursores en el mundo en contar con su estación radial.
Para ser exactos, el aniversario que se celebrará este sábado corresponde a la primera emisión de la planta transmisora, mientras que la programación, ya con voces profesionales, se lanzó el 6 de noviembre de 1925.
En ese entonces, Marcelo Torcuato de Alvear gobernaba el país y Buenos Aires ya había inaugurado el recorrido de la Línea A de subterráneos, la primera de Latinoamérica. “El único objetivo de las radios debe ser difundir noticias de interés general, conferencias, conciertos vocales o instrumentales, audiciones teatrales u otras manifestaciones culturales”, proponía un decreto del gobierno de entonces.
En la inauguración de la emisora habló Jorge Mitre, sentando las bases del nuevo medio que aún se consideraba subalterno de la palabra escrita de los periódicos. Con los años, la sigla LOZ fue reemplazada por LR6, vigente hasta el presente.
El primer enclave de Radio Mitre fue un pequeño edificio del barrio de Flores, alejado del centro porteño. A lo largo de sus primeras décadas en el aire, pasó por varios terrenos. En 1935, la empresa inglesa Hynes construyó, para radio El Mundo, el alegórico edificio de Maipú 555 -donde hoy funciona Nacional-, que, con los años, cobijó a otras emisoras como Argentina, Antártida, Libertad y, desde ya, a Mitre.
Con la llegada del peronismo al poder, los medios fueron estatizados. Corrió agua debajo del puente y fue recién en 1983 cuando Mitre regresó a manos empresarias.
Dos años después, la emisora se mudó a Mansilla 2668, en Recoleta, donde, hasta hoy, siguen montados sus estudios. Se trata de un petit hotel de época que se convirtió en el sello de la señal de las últimas décadas.
Sus fieles oyentes conocen esa dirección de memoria, como si se tratase de su propia casa. Desde allí también sale al aire LA 100, la estación de frecuencia modulada de Mitre. En 1992, la emisora pasó a formar parte del Grupo Clarín, compañía que sigue siendo su propietaria.
Fidelidad
A decir verdad, el lugar exacto de Mitre es AM 790, pero el AM 80 siempre resonó más concreto y recordable por las audiencias. Varios de los jingles que acompañaron las sucesivas programaciones se hicieron eco de esta “marca” y la reafirmaron en sus letras musicales.
A diferencia de la televisión, con audiencias infieles y volátiles, con la radio se da algo similar a lo que sucede con la prensa gráfica en torno a la fidelidad de los consumos. Cada emisora de radio cuenta con sus oyentes cautivos. Así sucedió siempre. Una suerte de amor comparable con el de la casaca futbolera. Cambiar de frecuencia es casi una blasfemia.
“Las reflexiones de los ´escuchadores´ nos estimulan a reinventarnos cada día, a aportar conocimiento, ternura, respeto, la elección de la mejor música de todos los tiempos y a apostar por la multiplicidad de géneros. Se trata de no dejar a nadie fuera del disfrute, me encanta convocar el gusto y la expectativa de las diversas generaciones sin exclusiones y a partir de encuentros encantadores”, reflexiona Perlé, la locutora que nació 13 años después que Mitre y quien, desde Canciones son amores apuesta por la palabra conjugada con la música.
“La gente escucha Mitre porque es una aplanadora que siempre estuvo a la vanguardia”, afirma, sin medias tintas, Del Missier.
“Marta de Caballito”, “José de Balvanera”, “Rita de Tigre”, “Ernesto de Mar del Plata”. Los oyentes no tienen apellido y, desde siempre, a su nombre se les adicionó el territorio de pertenencia.
Fue la primera señal de radio en utilizar tecnología digital. Aún así, desde las redes sociales y las más diversas plataformas, la gente se comunica destacando su lugar de origen.
Hoy, la radio se escucha en todo el mundo, sin fronteras, y las cámaras de video permiten observar la “cocina” de cada programa. En el siglo XXl la radio también se ve. ¿Estarían de acuerdo ´Los locos de la azotea´ con semejante atrevimiento que anula aquel bastión de la imaginación?”.
El Mitre Informa Primero es la columna vertebral de la programación. Siempre lo fue. Cada media hora, breves informes o los panoramas más extensos recuperan la actualidad inmediata y urgente. La voz y la música distintiva llega puntualmente, un clásico que organiza la grilla y que es un sostén fundamental muy apreciado por el público.
Los clásicos de toda una vida
Adentrarse en la historia de Mitre implica recordar, insoslayablemente, a Magdalena Ruíz Guiñazú, la querida periodista, de ética superlativa, que acompañó durante años el amanecer de los argentinos con su espacio Magdalena tempranísimo.
Sonaba “Top Hat, White Tie and Tails” y el país se ponía en marcha. De 6 a 9, lideraba la audiencia con un estilo ameno que no le impedía pararse de bruces ante los hechos graves de la actualidad.
En su espacio también había lugar para los “viejitos piolas” y la música de “antes” y para aquellas canciones de María Elena Walsh, que indicaban que era la hora en la que los chicos debían partir para el colegio.
Néstor Ibarra, durante muchos años, ocupó la “segunda mañana” con su ciclo Hoy por hoy. El periodista, de dicción perfecta y gran decir, estrenó el programa en 1993, luego de haber integrado el elenco de Sport 80, el clásico de los deportes de la radio, y de haber sido columnista de figuras como Juan Carlos Mareco.
Mareco, conocido popularmente como “Pinocho”, estuvo al frente de Cordialmente, su clásico espacio de interés general, que también ocupó la pantalla televisiva. El conductor, de gran cultura, fue uno de los estandartes de Mitre. Aquellos que peinan canas recordarán la melodía que decía “Cordialmente, empezamos la mañana con usted, Cordialmente con la magia que se escucha y no se ve”. Prohibido lagrimear ante el recuerdo.
Adrián Paenza, Diego Bonadeo, Marcelo Araujo, Fernando Niembro y Víctor Hugo Morales fueron algunos de los titulares de Sport 80, el envío deportivo en tira diaria que también salía los fines de semana para cubrir la actualidad futbolística. Alejandro Fantino, cuando era un joven de pelo largo, siguió la campaña de Boca Juniors y le concedió nuevos aires al clasicismo del relato.
Nicolás “Pipo” Mancera (Simplemente Mancera) llevó adelante un programa de entrevistas y Jorge Guinzburg (Vitamina G) ocupó las tardes dándole una impronta nueva a la “hora del regreso”.
Jorge Bocacci y Mochín Marafiotti aportaron sabiduría musical y La revista dislocada, allá lejos y hace tiempo, observó con humor la realidad.
Los nombres de los profesionales que hicieron grande la historia de Mitre no se pueden aglutinar en pocas líneas. Tampoco las anécdotas acumuladas en un siglo de vida.
“Cuando el 4 de enero de 2010 murió Sandro nosotros comenzábamos con De la noche a la mañana. No podíamos pasar por alto la noticia, así que el programa ofreció 75 canciones del ídolo”, recuerda Del Missier, quien también fue parte de aquellos tiempos en los que escaseaba la energía eléctrica y la programación de la televisión abarcaba solo cuatro horas de transmisión. “En ese momento, cuando concluía tempranamente la programación de los canales, nosotros salíamos al aire con un panorama de noticias para que la gente continuara actualizada”, rememora el hombre que, dado el horario de madrugada de uno de sus programas, no duda en reconocer que “mi reloj es el de Japón”.
El anecdotario de la radio es extenso, por no decir infinito. Cuando, en diciembre de 1980, Juan Alberto Badía conducía A mí manera, se produjo el asesinato de John Lennon. El conductor, fanático de The Beatles, no dudó en sacar al aire a José “Pepe” Eliaschev, quien se encontraba exiliado y radicado en Nueva York, la ciudad donde mataron al ídolo musical. Para evitar “inconvenientes”, Eliaschev salió al aire bajo un seudónimo.
Nueva era
Jorge Lanata no era de madrugar, para eso estaba Marcelo Longobardi, quien lideró, durante años, el amanecer de la radio, tomando la posta de emblemas como Magdalena Ruíz Guiñazú. En el siglo XXl, Longobardi y Lanata le dieron nuevos bríos a la señal y la impulsaron a un liderazgo sostenido y con amplio margen por sobre sus competidores.
Longobardi (Cada mañana) dejó la radio abrumado por el trajín y Lanata murió mientras su ciclo Lanata sin filtro estaba al tope del rating. Hoy, los nombres de Eduardo Feinmann (Alguien tiene que decirlo) y Marcelo Bonelli (Nuestra mañana) lideran sus segmentos con igual fidelidad de las audiencias.
María Isabel Sánchez no solo es “mano derecha” de Feinmann, sino que también se impone con Encendidos en la tarde.
Fernando Bravo va al frente con Bravo por Mitre y Tato Young lidera su Volviendo a casa.
El periodista y escritor Jorge Fernández Díaz (Pensándolo bien) ofrenda refinamiento al aire, al igual que el escritor Marcelo Birmajer (Viaje al centro de la noche) y el periodista Alfredo Leuco (Le doy mi palabra).
Gabriel Anello, Daniel Moyo, Marcelo Polino, Marcela Labarca y Eduardo Morino son otros de los profesionales que forman parte del actual plantel de la emisora. Junto a ellos, un equipo de productores, movileros de calle, operadores técnicos y locutores le dan vida a esta radio cuyos destinos son regidos por Jorge Porta, un profesional de sobrada trayectoria en los medios.
“Son 100 años transcurridos, durante los cuales, gente tan valiosa hizo lo necesario y tan bien que dejó la posta a quienes se fueron sumando. Se trata de seguir adelante manteniendo y recreando lo soñado”, concluye Perlé.