Ella dijo ‘fiesta’ y así fue”, escribió en su cuenta de Instagram Soledad Pastorutti (44) para acompañar un posteo con imágenes del espectacular y divertido cumpleaños de 15 de su hija Antonia –fruto de su amor con Jeremías Audoglio, con quien también son papás de Regina (12)– en el que compartió con sus seguidores los momentos más felices de una celebración muy esperada, que tuvo lugar el sábado 21 en Arequito, su ciudad natal. “Me cuesta mucho salir de la emoción vivida junto a mi familia y amigos –agregó–. Antonia es un ser especial, ¡¡¡no puedo creer que ya cumplió 15 años!!!… Vivimos una noche maravillosa y mágica rodeados de amor y felicidad”.
AREQUITO FUE UNA FIESTA
El fiestón, planeado para hacer realidad los sueños de la cumpleañera, reunió a los seres queridos de Antonia, que disfrutaron de cada detalle y de una puesta en escena que la tuvo a Sole en la organización. Desde el ingreso al lugar, pasando por un espacio cubierto por nubes de algodón suspendidas, luces en tonos rosas y violeta y, de fondo, una pantalla que recreaba un cielo iridiscente, hasta el escenario en el que la adolescente posó sobre una plataforma con su vestido blanco (de Pupe Tete), divina y rodeada de nubes, todo parecía de cuento. En el salón principal, las arañas de cristal multiplicaban los reflejos violetas de las luces LED que proyectaban el nombre de Antonia sobre el escenario y, en cada una de las mesas, puestas con vajilla blanca y servilletas negras, había cilindros con la letra “A”. La torta, que se hizo viral apenas arrancó la fiesta, fue una de las ocurrencias más celebradas de la noche. Se trató de una estructura de varios pisos en color negro, con esferas espejadas y flores metálicas, que en la cima tenía la letra “A”. En una de las imágenes más lindas de la homenajeada se la ve con maquillaje artístico elaborado con cristales sobre el rostro y el escote, mientras las luces de colores se derraman sobre su piel.
SORPRESA Y MÁS EMOCIÓN
A lo largo de la noche, hubo shows de baile, bailarinas enfundadas en monos plateados con cascos de bola de espejos y un momento de mucha euforia cuando la protagonista, “armada” con un cañón de humo –y anteojos con glitter–, copó la pista de baile con sus amigos (un poco antes, después de la recepción, el vals y las fotos familiares, Antonia se cambió el vestido largo por uno corto con flecos, también de Pupe Tete, que complementó con zapatillas). Hacia el final, Soledad sorprendió a su hija y juntas terminaron protagonizando el momento más emotivo de la noche: la cantante tomó el micrófono y cantó “Brindis”, uno de los temas más emblemáticos de su repertorio. Antonia no pudo contener el llanto y, detrás de ella, su papá y su hermana miraban la escena conmovidos. Feliz y orgullosa, la artista también dejó testimonio de ese instante en sus redes sociales, donde remarcó la alegría de poder festejar rodeada de amor, agradeció a todos los que hicieron posible la celebración y cerró con un mensaje especial para su heredera: “Anto, mamá te ama y verte feliz es mi mejor logro”.