Pedro Pascal, actor chileno con ascendencia vasca, se ha consolidado como uno de los nombres más reconocidos en el mundo del entretenimiento. Desde sus memorables interpretaciones en series como Juego de Tronos, donde encarnó al carismático pero vengativo Oberyn Martell, pasando por su papel de Din Djarin en la serie The Mandalorian, hasta su más reciente éxito con The Last of Us, Pascal ha demostrado una versatilidad y carisma que lo han convertido en uno de los actores del momento.
Los orígenes de Pedro Pascal
Nacido como José Pedro Balmaceda Pascal, su camino hacia el éxito no ha sido fácil. Su familia emigró a Estados Unidos huyendo de la dictadura de Pinochet en Chile, lo que forjó en él un sentido de identidad global. En una entrevista con Vanity Fair, Pascal reflexionó sobre su vida nómada, afirmando que su hogar “está en todas partes y en ningún sitio”. Esta experiencia migratoria, marcada por la lucha y el esfuerzo, se refleja en los roles complejos y multidimensionales que el actor elige interpretar.
Antes de sus papeles en grandes producciones, Pascal tuvo que trabajar de todo (incluso fue gogó en una discoteca de Madrid) y cimentó su carrera en la televisión con participaciones en Buffy, cazavampiros y Ley y Orden. El papel que realmente transformó su carrera llegó en 2009 con The Good Wife, donde interpretó al fiscal Nathan Landry. Sin embargo, fue su actuación como Javier Peña en Narcos lo que verdaderamente catapultó su fama internacional. La serie de Netflix, que narra la historia del narcotráfico colombiano, se benefició enormemente de su actuación intensa e implacable.
Pedro Pascal no solo se ha destacado profesionalmente, sino también por su activismo. Comprometido con causas de izquierda, ha apoyado públicamente a figuras políticas como Gabriel Boric y se ha manifestado a favor de los derechos del colectivo LGTBIQ+, haciendo especial hincapié en el respeto y la inclusión para las personas trans, influido en gran medida por la transición de su hermana, Lux Pascal.
Su carrera ha abarcado desde el teatro, donde ha trabajado como actor y director, hasta la televisión y el cine. Esta versatilidad es apreciada no solo por sus seguidores, sino también por grandes marcas como Loewe y Apple, que han elegido a Pascal como imagen para sus productos. Esto demuestra cómo el actor no solo ha conquistado las pantallas sino también el corazón del público.
En el mundo fantástico de Star Wars, Pascal se ha convertido en un personaje icónico con su Din Djarin en The Mandalorian, aportando una nueva dimensión al universo intergaláctico mientras sostiene al adorable Baby Yoda. Este papel le ha permitido ser parte de una de las franquicias más queridas de todos los tiempos, mostrando una vez más que su talento no conoce fronteras.
Recientemente, su interpretación de Joel en The Last of Us ha consolidado aún más su estatus como uno de los actores más solicitados del momento. Basada en el popular videojuego, la serie explora temas de amor, pérdida y humanidad en un mundo postapocalíptico. Pascal ha comentado que uno de los aspectos más aterradores de su personaje es la idea de lo que cada uno podría hacer ante la pérdida del amor.
Perseverancia y dedicación
El viaje de Pedro Pascal es un testimonio de perseverancia y dedicación. Desde sus humildes comienzos en participaciones episódicas hasta convertirse en un referente del cine y la televisión, su trayectoria resalta no solo por su talento, sino por su capacidad de resonar emocionalmente con el público. Sin importar el papel que interprete, Pascal parece querer asegurarse que su actuación sea memorable y que deje una huella indeleble en la audiencia.
Pedro Pascal es mucho más que un actor que encarna roles memorables; es un embajador de historias que trascienden las pantallas, un defensor de las causas sociales y una figura inspiradora que continúa creciendo y reinventándose con cada nuevo proyecto.
Acaba de estrenar en el Festival de Cannes la última película de Ari Aster, titulada Eddington en la que encarna a un alcalde que se enfrentará a un sheriff, encarnado por Joaquin Phoenix, en un mundo en descomposición en medio de la pandemia.