Un estudio publicado esta semana en la revista médica JAMA Pediatrics alerta sobre un incremento sostenido de muertes por armas de fuego entre niños y adolescentes en los Estados Unidos.
La investigación señala que esta tendencia está relacionada con la flexibilización de las leyes sobre el porte y uso de armas en ciertos estados tras una histórica decisión de la Corte Suprema en 2010.
Los investigadores identificaron que en estados como Alabama, Arkansas, Georgia e Idaho, las muertes por armas entre menores aumentaron considerablemente luego de que se relajaran sus normativas tras el fallo del caso McDonald vs. City of Chicago, que amplió la aplicación de la Segunda Enmienda a los gobiernos estatales y locales.
El fallo que marcó un punto de quiebre legal
El caso McDonald v. City of Chicago fue un hito jurídico que consolidó la protección constitucional del derecho a “poseer y portar armas”, limitando así el poder de los gobiernos locales para establecer restricciones.
A partir de esta sentencia, todos los estados realizaron cambios —en mayor o menor medida— a sus leyes sobre armas de fuego, según explicó el doctor Jeremy Faust, médico de emergencias en el Massachusetts General Brigham Hospital y autor principal del estudio.
“Me preguntaba por qué las muertes infantiles por armas eran tan elevadas”, indicó Faust a CBS News. “Varios académicos me señalaron que observara los efectos de ese fallo legal. Y eso hicimos”.
El equipo analizó datos de mortalidad infantil vinculada a armas de fuego entre 1999 y 2023, utilizando bases de datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los estados fueron agrupados en tres categorías: más permisivos, permisivos y restrictivos, de acuerdo con los cambios legislativos implementados desde 2010.
El estudio revela que, tras el fallo de la Corte Suprema, hubo 7.398 muertes adicionales por armas entre menores, alcanzando un total de 23.000 fallecimientos durante el periodo analizado. Las causas incluyen tanto homicidios como suicidios, siendo los adolescentes de 15 a 19 años el grupo con mayor incremento desde 2020.
Los investigadores también encontraron que los jóvenes afroamericanos fueron los más afectados, especialmente en los estados más permisivos y permisivos. En estos lugares, los decesos por armas crecieron de manera desproporcionada frente a las tasas previas a la sentencia.
Si bien el estudio enfatiza la relación entre las leyes permisivas y la mortalidad infantil por armas, también reconoce la relevancia del almacenamiento adecuado. Datos del CDC indican que en la mayoría de los casos que involucran a niños pequeños, las armas se encontraban cargadas y sin seguro, lo que incrementa el riesgo de accidentes fatales.
Sin embargo, el Dr. Faust subrayó que “aunque el almacenamiento seguro salva vidas, la legislación estricta es fundamental para reducir las muertes”.
Estados con leyes más estrictas
Los estados que mantuvieron o adoptaron legislaciones más restrictivas evidenciaron mejores resultados. Por ejemplo, California registró una reducción del 40% en las muertes infantiles por armas de fuego. También se observaron descensos en Nueva York, Rhode Island, Maryland y Massachusetts.
“Este estudio demuestra que el marco legal influye directamente en los resultados”, agregó Faust. “Los estados deben preguntarse qué tipo de comunidad quieren construir y qué están dispuestos a hacer para proteger vidas”.
Emma Brown, directora ejecutiva del grupo Giffords, fundado por la excongresista Gabby Giffords tras sobrevivir a un tiroteo en 2011, respaldó las conclusiones del estudio. “Las armas de fuego son la principal causa de muerte entre niños y jóvenes en Estados Unidos. Este estudio demuestra lo que ya sabemos: las leyes sensatas sobre armas salvan vidas“, afirmó.
Brown criticó a los estados que priorizan los intereses económicos de la industria armamentista por encima de la seguridad pública. “Más niños están muriendo porque algunos gobiernos estatales prefieren enriquecer a los ejecutivos de la industria de armas en lugar de construir comunidades seguras”, denunció.