Ahmad Awad
Ciudad de Gaza, 20 may (EFE).- El puerto de Gaza se ha transformado en un campamento improvisado y abarrotado, donde miles de gazatíes buscan desesperadamente un lugar donde sobrevivir bajo los incesantes ataques del Ejército israelí, que está dejando cada vez menos tierra para la población de la Franja.
Entre ellos está Masoud Ibrahim Harb Warshega, que huyó desde Beit Lahia, al norte de Gaza, junto a sus hijos. «Nos desplazamos ayer mismo por los bombardeos y los proyectiles», cuenta a EFE frente a una tienda de campaña.
El hombre muestra los surcos en las palmas de sus manos, heridas que sufrió rescatando a sus hijos. «Hoy regresé a nuestra casa solo para recuperar lo poco que quedaba», añade. No tiene a dónde ir. Como él dice, en Gaza «no queda otro lugar».
«Desde el puerto nos dicen que vayamos al sur. Mañana nos lo volverán a decir. Al sur, al sur… pero ¿a dónde vamos a ir?», se pregunta Muhammad Al-Attar, padre de cuatro hijos también desplazado desde Beit Lahia. Luego lanza una súplica: «Estamos rogando. Israel, tú tienes un problema con (el grupo islamista) Hamás, no con nosotros. ¿Cuál es nuestra culpa? ¿Y la de nuestros hijos? Cada día nos dan una nueva orden. No nos dejan vivir.»
La sensación de inseguridad es constante. «Nos dijeron que esto era una zona segura, pero no lo es», explica a EFE Majed Mohammed Sukkar, quien ya ha tenido que desplazarse quince veces, perdiendo todas sus pertenencias y ahorros por el camino. «Aquí tampoco hay seguridad. En cualquier momento pueden atacarnos. No hay lugar seguro en Palestina.»
A lo largo de la costa se acumulan colchones, bolsas de basura llenas con pertenencias, ollas y botellas de agua vacías, carritos de bebé y cilindros de gas; sobre la arena se levantan carpas hechas con lonas, plásticos y sábanas.
Según Abu Wael Abu Al-Kas, un anciano de 80 años originario del barrio de Shuja’iyya de la Ciudad de Gaza, en el puerto hay al menos 800 familias. «Todo el puerto está lleno. Hay más de un millón y medio de personas aquí. Israel avanza desde todos los frentes: Al-Tuwam, el sur, el norte. Nos están empujando, nos están acorralando», dice el anciano a EFE.
La ONU anunció este martes que recibió autorización de las autoridades israelíes para permitir la entrada de hasta cien camiones con ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, después de lograr pasar cinco el día anterior, tras once semanas de bloqueo.
Sin embargo, los interlocutores de EFE en el puerto coinciden en lo mismo: esos cinco camiones, que muchos ni siquiera vieron, no alcanzan para nada.
«Durante exactamente 20 días solo hemos comido arroz con lentejas. Eso es todo lo que tengo. El niño pequeño me despierta por la mañana y me dice: «Papá, quiero pan.» ¿De dónde le traigo pan? ¿De dónde? ¡No hay!» exclama Al-Attar.
«Cada persona necesitaría un camión entero para sobrevivir», dice Masoud, mientras Abu Wael afirma: «¿Cinco camiones? Eso no alcanza ni para una calle en Shuja’iyya. Para una sola calle necesitamos cincuenta camiones. No hay comida. No hay agua. Ni siquiera se puede lavar la ropa.»
«El pueblo necesita entre 500 y 1.000 camiones diarios para cubrir lo mínimo,» dice Majed. «¿Cinco camiones? ¿De verdad creen que eso alcanza para toda esta gente? Esto no es solo el peor desplazamiento que hemos vivido… es el peor en la historia de la humanidad», asegura.
Unos 14.000 bebés podrían morir en la Franja de Gaza en las próximas 48 horas si no entran inmediatamente suministros al enclave palestino, alertó este martes el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Tom Fletcher.
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