Los habitantes de los Pirineos que ayudaron a escapar del nazismo a cientos de refugiados: la película basada en las ‘Rutas de la libertad’

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La proyección de Frontera en la 70ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ha puesto en primer plano la urgencia de recuperar la memoria histórica como herramienta para comprender los desafíos actuales.

La directora Judith Colell ha defendido que “la revisión del pasado y la recuperación de la memoria son la única vía para entender lo que está pasando”. Esta convicción atraviesa tanto la narrativa de la película como el discurso de su equipo, que ha subrayado, en la rueda de prensa que ha tenido lugar después de la proyección, la vigencia de los dilemas morales y sociales que plantea el filme.

Resistencia antifascista en los Pirineos

Ambientada en 1943, Frontera reconstruye la historia de un pequeño pueblo de los Pirineos donde sus habitantes, desafiando las restricciones del régimen franquista, ayudaron a cientos de refugiados que huían del nazismo a cruzar la frontera hacia Francia.

La película se inspira en hechos reales: alrededor de 80.000 personas atravesaron los Pirineos entre 1943 y 1945, arriesgando sus vidas en las llamadas “Rutas de la libertad”.

El largometraje es una coproducción hispano-belga, y cuenta con un elenco encabezado por Miki Esparbé, María Rodríguez Soto, Asier Etxeandía, Bruna Cusí, Jordi Sánchez y Kevin Janssens.

Rodaje de la película 'Frontera', dirigida por Judith Colell

El proceso de documentación ha sido uno de los mayores retos para Colell, quien ha explicado en la presentación que “no hay tanto escrito sobre el tema, pero sí que encontré artículos y libros que hablan de los pasadores. Todo ese material fue muy interesante, descubrí historias fascinantes de personas, algunas incluso cercanas a la familia Franco, que ayudaban a la gente a huir de los nazis”.

La directora también ha destacado la importancia de la documentación fotográfica y pictórica, así como la consulta con especialistas, para recrear con fidelidad la atmósfera de la época.

La película se rodó en varios idiomas (castellano, catalán, francés, alemán y el dialecto pallarès), lo que refuerza su carácter de crónica coral y su vocación de retrato colectivo.

La fotografía de Andreu Adam Rubiralta convierte el paisaje pirenaico en un personaje más, con una luz que contrasta la luminosidad del día y la oscuridad de la época.

Colell ha señalado que “el Pirineo no solo es un escenario, es un espejo emocional”, y ha subrayado el trabajo del equipo artístico en vestuario, dirección de arte, diseño sonoro y fotografía para lograr una ambientación que transmita el miedo, la alerta constante y la amenaza latente.

El guion de Frontera explora la complejidad moral de sus personajes, situados en un microcosmos donde conviven quienes ayudan sin dudarlo y quienes, tras mirar hacia otro lado, terminan comprometiéndose pese al riesgo.

Cómo el pasado conecta con la actualidad

Miki Esparbé, que interpreta a Manel Grau, un funcionario de aduanas con pasado republicano, ha explicado en Seminci que “los personajes viven con un miedo latente, pero entienden que ayudar no es una opción, sino que es su naturaleza, su forma de entender la vida”.

El actor ha añadido que “en un momento en el que todos vivimos paralizados por la barbarie, Frontera es una llamada a la acción”, y ha resumido el mensaje de la película en una frase: “El pueblo salva al pueblo”.

La dimensión humana y la ambigüedad moral también se reflejan en el personaje interpretado por Asier Etxeandía, quien ha afirmado en Seminci que “lo interesante de los seres humanos, lo más bonito de todos, es que nada es lo que parece. Todos somos víctimas de una guerra, da igual el bando en el que estés”.

María Rodríguez Soto, Miki Esparbé y Bruna Cusí en 'Frontera', de Judith Colell (Filmax)

Por su parte, María Rodríguez Soto, que da vida a Mercè, ha destacado que la película “cuenta lo que no se dice, el silencio, el chivato del pueblo y cómo te reconstruyes”, y ha definido la historia como una construcción “desde la herida y desde una paz tan frágil que es como cristal”.

El equipo de producción, integrado por Marta Ramírez, Jordi Frades y Gervasio Iglesias, ha insistido en la función del cine como vehículo de memoria y ‘sanación colectiva’.

Frades ha comentado que “todas las terapias pasan por recordar”. La propia Colell ha defendido la necesidad de que el cine y las series sigan abordando la memoria histórica: “Debemos seguir haciendo ejercicios de recuperación de la memoria, no solo con películas, también con series. Solo así podremos entender este presente tan complicado y tan oscuro que tenemos”.

La reflexión sobre la memoria adquiere especial relevancia en el contexto actual, marcado por conflictos y crisis migratorias.

Colell ha afirmado que “esto es tan importante ahora, en pleno genocidio, como hace tres años con el fenómeno migratorio”. En la misma línea, Rodríguez Soto ha subrayado que “la memoria es un hecho político, una asignatura pendiente del Estado español y de la humanidad en general”.

Con Frontera, Judith Colell propone un thriller histórico que trasciende la reconstrucción de un episodio poco conocido de la posguerra española para interpelar al espectador sobre la responsabilidad individual y colectiva ante la barbarie, la fragilidad de la paz y la necesidad de no olvidar.

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