Dos tradicionales apellidos de la escena cultural de Buenos Aires se unieron para el desarrollo de un nuevo proyecto. La familia Bossi -dueña de la productora Pampa Films- y Julieta Novarro -hija del cantautor conocido como Chico- lanzaron “Homero Piano Barra”, uno de los primeros piano bar de Buenos Aires. Se trata de su segundo emprendimiento conjunto, después de Microteatro, inaugurado en 2017.
“Así como todos tenemos un actor dentro de nuestro corazón, también tenemos un cantante. Microteatro logró que mucha gente aficionada a la actuación se animara a dar los primeros pasos en el teatro. Con Homero Piano Barra queremos que cualquier persona que se anime a cantar -aunque hasta ahora lo haya hecho solo en la ducha- pueda hacerlo acompañada de un pianista profesional y frente a un público dispuesto a disfrutarlo”, explicaron sus creadores.
El proyecto, que combina música en vivo, gastronomía y coctelería, abrió sus puertas en Palermo con la participación de figuras como el actor Leonardo Sbaraglia, el músico Marcelo Moura -integrante de Virus- y el humorista José María Listorti. Según precisaron a LA NACION, la apertura demandó una inversión inicial cercana a los US$130.000.
Un formato para una ciudad que pide experiencias
Homero propone un espacio donde el público deja de ser espectador. El corazón del lugar es un piano de cola de cuatro metros, que funciona como barra y escenario a la vez. A su alrededor, el público se reúne, pide tragos, canta o simplemente acompaña.
“Es un formato que invita a la participación, pero con respeto por la música. No es un karaoke: quien toma el micrófono tiene que saber la canción, vivirla, compartirla con el resto”, explicó Agustín “Cabe” Bossi (36), hermano de Pol (39), con quien lidera el negocio. Y añadió: “Tenemos dos pianistas por noche y cada participante puede pedir un tema. Todos cantamos en la ducha o en el auto. Homero te da la posibilidad de hacerlo con un pianista profesional y un público dispuesto a escucharte. Son unos cinco minutos de fama”.
El modelo tomó como inspiración el bar Toni 2, de Madrid, donde su padre vive desde hace una década. Y para los emprendedores, el escenario es prometedor: en los últimos meses abrieron varios lugares parecidos, lo que consideran que da la pauta de que hacía falta una propuesta así en la ciudad.
Gastronomía y coctelería con sello propio
La experiencia no se limita a la música. Detrás de la carta está el chef Rodrigo Castilla, reconocido por su trabajo en Las Pizarras, quien diseñó un menú al estilo tapeo, pensado para compartir y acompañar los tragos. Entre los platos, destacan los arancini de risotto con alioli de berenjena, las empanadas de osobuco, la stracciatella con jamón serrano y los tostones de boquerón con crema de rábano picante.
La coctelería combina clásicos reversionados y creaciones modernas: French 75, Old Fashioned, Paper Plane o Margarita Pícara son algunos de los favoritos. “Todo fue pensado para maridar con la propuesta gastronómica y realzar la experiencia del piano bar”, explicaron.
Una sociedad probada
La sociedad entre los Bossi y Julieta Novarro nació con Microteatro, que abrió en 2017 e instaló un nuevo concepto: microobras de 15 minutos sobre un mismo tema, representadas en espacios pequeños para menos de veinte espectadores.
“Microteatro nació a partir de un comentario de nuestro padre, sobre un espacio en Madrid, que recién estaba arrancando pero al que le veía mucha potencia. Nosotros nos quedamos con esa idea. Somos muy movedizos y estamos permanentemente analizando nuevas tendencias. Cuando nosotros viajamos, lo vimos y nos enamoró”, señaló Agustín. Y agregó: “Julieta es amiga de nuestro padre desde hace muchos años y sentimos que podíamos hacer un buen match. Nos dividimos las tareas: en un primer momento, con mi hermano nos encargamos de la producción y la organización; y ella se focalizó en la curaduría artística”.
Poco tiempo después, el crecimiento de Microteatro se vio condicionado por la pandemia de Covid-19. “Estuvimos 18 meses cerrados. Fue duro. Cuando volvimos a arrancar, costó un poco, pero hoy estamos más firmes que nunca. La enseñanza fue que las personas quieren vivir experiencias fuera de su casa con gente”, enfatizó. Microteatro se expandió a otras ciudades, como Córdoba, Rosario, Quilmes y Mar del Plata. Y abrió también sedes en otros países, como Estados Unidos, Perú, México y España.
Un negocio escalable con ADN creativo
Para los emprendedores, Homero no es solo un bar: es un formato con potencial para replicarse en distintas ciudades. “Sentimos que es un proyecto muy escalable. Primero queremos que se instale y que la gente entienda el concepto, pero después pensamos en llevarlo a otras zonas de Buenos Aires, incluso a otros países”, contó Pol, que ya imagina una versión del piano bar en Miami.
Homero -explicaron- es un proyecto más simple de operar que Microteatro, pero comparte el mismo espíritu: ofrecer experiencias que mezclan arte, entretenimiento y gastronomía. “Venimos del mundo del cine, no del gastronómico. Pero nos gusta crear espacios que despierten curiosidad, que generen comunidad. Hay un riesgo económico, claro, pero cuando estás convencido, vale la pena llevarlo a la realidad”, enfatizó Cabe.
Complicidad familiar
La dinámica familiar atraviesa casi todos sus proyectos. Los hermanos Bossi crecieron dentro de Pampa Films, la productora fundada por su padre y Juan Pablo Buscarini, y que participó en series como El Encargado y en películas como Un cuento chino. Hoy, la dirigen con autonomía, aunque su padre sigue siendo una referencia. “Nuestro viejo siempre fue muy generoso. Nos dio espacio y confianza para liderar, y ahora es más un consultor: se mete solo en lo que le divierte”, contó Cabe.
Trabajar entre hermanos, dicen, tiene su propio equilibrio. “Nos amenazamos de muerte de vez en cuando -bromeó Pol- pero nos complementamos bien. Es muy lindo tener a alguien con quien compartir permanentemente ideas. A veces salimos de la oficina y seguimos hablando una hora por teléfono”.
Esa complicidad, aseguran, es parte del secreto detrás de su éxito. “Somos muy curiosos. Nos gusta emprender, probar, estar en movimiento. Estamos permanentemente buscando proyectos y nuevos talentos; y Microteatro funciona como usina de talentos y de historias. Nos retroalimentamos mucho.