BELÉM, Brasil.- En los últimos años, las olas de calor extremo y las inundaciones se cobraron miles de vidas en España, y las altas temperaturas en Namibia causaron una sequía y una hambruna generalizada. La semana pasada, el huracán Melisa, potenciado por el calentamiento global, pasó sobre Haití y mató a más de 40 personas.
Esas son las vívidas historias sobre los severos efectos que está teniendo el calentamiento global del planeta que compartieron el viernes los líderes mundiales reunidos en Belém, Brasil, para la COP30, la Conferencia de la ONU sobre el Clima. “Los bosques están desapareciendo, el nivel de los mares sube, y su turno la gente pierde su fuente de sustento”, dijo el viceprimer ministro de Somalia, Salah Jama. “En pocas palabras, vivimos en un planeta en crisis”.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hablará este lunes 10 en la ceremonia de apertura oficial de la COP30, donde se espera que presente un llamado a la “responsabilidad compartida” frente a la crisis climática.
La reunión de los políticos, diplomáticos, científicos y ejecutivos de empresas llega en otro año de temperaturas récord y fenómenos meteorológicos extremos que, según los científicos, se están agravando por el cambio climático causado por el hombre.
Esta semana, Naciones Unidas anunció que el mundo está muy lejos de lograr que el calentamiento global se mantenga bien por debajo de los 2°C en comparación con los niveles de la era preindustrial: ese fue el objetivo acordado por prácticamente todos los países en el Acuerdo Climático de París de hace 10 años.
Por el contrario, las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles y la deforestación siguen aumentando, y el mundo se encamina a un calentamiento de alrededor de 2,8°C. Los científicos afirman que cada décima de grado que se suma entraña mayores riesgos de olas de calor, incendios forestales, sequías, tormentas y extinción de especies animales y vegetales.
Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo que no asistirá a la COP30. El presidente Trump suele desestimar la amenaza del cambio climático y fomenta el uso de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, mientras sanciona a la industria de las energías renovables.
El ministro de Medio Ambiente de la pequeña nación insular de Tuvalu, el doctor Maina Vakafua Talia, le habló directamente al presidente Trump. “Trágicamente, el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo se ha retirado del acuerdo de París”, dijo Talia. “Señor presidente, eso es una vergonzosa falta de respeto hacia el resto del mundo”.
Durante más de doce horas, los demás líderes de todo el mundo se centraron en las consecuencias muy concretas del aumento de las temperaturas en sus países.
“Alcanza con mirar por la ventana para ser testigos del impacto del cambio climático”, dijo Kalani Kaneko, ministro de Relaciones Exteriores de las Islas Marshall. “Sube el nivel del mar, los corales se mueren, y los peces abandonan nuestras costas en busca de aguas más frías”.

En Kenia, millones de personas se vieron afectadas en los últimos años por la alternancia de sequías extremas y devastadoras inundaciones. “Mientras viajaba hacia acá, todavía seguíamos buscando a decenas de personas desaparecidas en los aludes que afectaron a una parte de nuestro país, y son cosas que se han vuelto comunes”, contó Kithure Kindiki, vicepresidente de Kenia. El ministro de Medio Ambiente de Irak, Hallo Mustafa Al Askari, habló de los desafíos que enfrenta un país donde las temperaturas suelen alcanzar los 50°C.
“La escasez de agua se ha convertido en un desafío de vida o muerte en Irak, que se suma a las olas de sequía, la desertificación y las tormentas de arena y polvo”, dijo Al Askari. “La crisis amenaza la biodiversidad, la agricultura y socava los medios de subsistencia de las comunidades locales”.
Bernadette Arakwiye, la ministra de Medio Ambiente de Ruanda, habló de las inundaciones de 2023 que en menos de 24 horas mataron a 130 personas y causaron daños por valor de 200 millones de dólares. “Esa no fue una tragedia aislada, sino otro ejemplo de cuánto daño puede causar un solo evento de clima extremo”, dijo la ministra.
En un momento en que la cooperación internacional flaquea y muchos países se centran más en cuestiones como el comercio y la seguridad energética, los funcionarios reunidos en la COP30 esperan utilizar esta cumbre de la ONU en Brasil para dirigir la atención mundial a los peligros del cambio climático y los beneficios de la transición a formas de energía más limpias.
“En estos primeros días, el verdadero enfoque está puesto en volver a lo básico: que el cambio climático es real e importante”, dijo Kaysie Brown, directora asociada de diplomacia climática y geopolítica en E3G, un grupo europeo de investigación y defensa. “Hoy en día, ese mensaje básico no puede darse por sentado”.
Un llamado a transformar la economía moderna
El primer ministro de España, Pedro Sánchez, dijo que su país estaba trabajando con otros países para imponer impuestos adicionales a los viajes aéreos en primera clase y al uso de aviones privados. “Es lo justo: que todos paguen lo que les corresponde”, dijo Sánchez, y agregó que quiere dejar de usar fondos públicos para financiar proyectos nuevos de combustibles fósiles.
Muchos líderes también pidieron que las naciones ricas pongan más dinero para acciones climáticas a disposición de los países en desarrollo.
“Debemos reformar la arquitectura financiera global actual para que el mundo en desarrollo tenga acceso a financiamiento para invertir en medidas climáticas”, dijo Kindiki, vicepresidente de Kenia.
El debate sobre la financiación de esos programas también surge en un momento en que el gobierno de Trump intenta debilitar las políticas climáticas globales.
El canciller Kaneko, de las Islas Marshall, condenó los esfuerzos de algunas naciones, incluido Estados Unidos, para frustrar un tratado que habría limitado las emisiones de carbono de la industria naviera.
“La actitud de Estados Unidos en la Organización Marítima Internacional fue indignante”, dijo Kaneki. “Esto no se puede repetir”.
Agravios geopolíticos
Por supuesto que los líderes mundiales también aprovecharon sus discursos para hablar sobre otros temas, aparte del cambio climático. Como suele ocurrir en estos foros internacionales, las rivalidades y los agravios geopolíticos sobrevuelan cada debate, y eso dificulta que los países lleguen a un consenso.
Shina Ansari, la vicepresidenta de Irán, denunció los ataques de este año contra su país por parte de Estados Unidos e Israel.
“Ese acto no solo viola el derecho internacional y constituye un crimen de guerra, sino que también causó una destrucción ambiental extensa y duradera”, afirmó Ansari.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro arremetió contra Israel desde el jueves, primer día de la cumbre. “El genocidio contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza no puede quedar impune”, disparó.
El presidente de Letonia, Edgars Rinkevics, se pronunció también el jueves contra el presidente Vladimir V. Putin. “La agresión de Rusia contra Ucrania busca remodelar el orden mundial a través de la guerra”, dijo el mandatario letón. “Es algo que cuesta vidas humanas y causa daños a la naturaleza sin ninguna razón justificada”.
Y Gustavo Petro, el presidente de Colombia, criticó el aumento del despliegue militar del gobierno de Trump en el Caribe. “Amenazas de invasión por doquier”, dijo Petro. “Amenaza de invasión a Venezuela, Cuba y Colombia, y una invasión real en el Caribe”.
Traducción de Jaime Arrambide
