Nunca se sabe hasta donde puede crecer el amor de un perro por su familia. Boonie Babies, una organización de rescates perrunos en la isla de Saipán, recibió una llamada sobre unos cachorros abandonados en un centro comercial deshabitado, dejaron todo y acudieron de inmediato y se encontraron con una escena que nunca olvidarán.
“Mi hermana y yo dirigimos la única organización de rescate de perros en la isla de Saipán, un territorio estadounidense donde actualmente se estima que hay unos 21.000 perros callejeros y ningún veterinario”, contó Aria Keilbach, cofundadora de Boonie Babies, al medio The Dodo. “Como pueden imaginar, eso significa que recibimos muchos llamados por perros callejeros o abandonados que necesitan ayuda”, aseguró.
Keilbach llegó al lugar con una voluntaria y comenzó a buscar a los cachorros. Escucharon el llanto de los pequeños pidiendo ayuda y siguieron el sonido, hasta que se toparon con los dos cachorros. Además de los perritos, se toparon una presencia inesperada.
“Al ver al perro adulto, asumí de inmediato que era la madre de los cachorros y me sorprendí al darme cuenta de que en realidad era un macho”, explicó Keilbach.
Las mujeres no esperaban encontrar a un perro adulto y pensaron que él también había sido abandonado, y que simplemente se había cruzado con los cachorros por casualidad. Buscaron más crías en el centro comercial abandonado, pero no encontraron ninguna. Entonces, alzaron a los dos cachorros para llevarlos a un lugar seguro y fue en ese momento que el perro adulto, luego llamado Kai, comenzó a entrar en pánico.
“Cuando levantamos a los cachorros, empezó a saltarnos desesperadamente y nos seguía muy de cerca mientras caminábamos, dejando en claro lo apegado que estaba a ellos”, contó Keilbach. “Nos pareció algo muy extraño, ya que rara vez vemos que perros machos tengan ese tipo de comportamiento protector con los cachorros, como sí ocurre con las madres”, aclaró.
Independientemente de si Kai era o no el padre biológico de los cachorros, el perro ya había entablado un vínculo cercano con los perritos y no había forma de que se fueran sin él.
“Nos asombró su nivel de compromiso, pero no creíamos que iba a querer subir al auto con ellos”, dijo Keilbach. “Sin embargo, en cuanto colocamos a los cachorros dentro de la jaula en el auto, él seguía muy preocupado y se desesperaba por saber cómo unirse a ellos. Lo invitamos a subir y lo animamos durante unos minutos. Al poco tiempo, tomó coraje y se subió solo al auto para reunirse con sus bebés”, contó la rescatista.
Ahora, Kai y sus cachorros están a salvo bajo el cuidado de la organización y se están recuperando. Mientras el equipo los observa, hay algo que quedó más que claro: mientras estén juntos, están felices.
“Los tres siguen completamente fascinados el uno con el otro”, comentó Keilbach. “Los cachorros pasan la mayor parte del tiempo jugando sobre Kai y llenándolo de besos mientras él descansa, con una expresión que dice que no hay ningún otro lugar donde preferiría estar”, sostuvo contenta la rescatista.