
Los ministros de Interior y Seguridad de los países del G7 (Canadá, Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Italia y Reino Unido) se reunieron en Ottawa con la meta de avanzar en una estrategia conjunta frente a fenómenos criminales que traspasan las fronteras, como las redes transnacionales, las drogas sintéticas y el tráfico de personas.
Canadá, país que preside el grupo hasta fin de año, marcó la hoja de ruta del encuentro poniendo el foco en desafíos globales de seguridad que exigen respuestas coordinadas.
La agenda de la primera jornada incluyó, además del combate a las mafias y el narcotráfico, preocupaciones crecientes como el extremismo en entornos digitales, delitos informáticos y abusos contra menores. Al encuentro asistieron representantes de los países miembros, así como el comisario europeo Magnus Brunner y la fiscal general estadounidense, Pam Bondi.
Aunque todavía no se sabe si habrá un pronunciamiento conjunto al cierre de la cumbre, el ministro canadiense Gary Anandasangaree —quien ofició de anfitrión— subrayó la importancia de encontrar soluciones compartidas.
Desde el lado europeo, la ministra delegada francesa Marie-Pierre Vedrenne sostuvo en sus redes sociales que “frente a las amenazas, crimen organizado, tráfico de migrantes, drogas y ciberdelitos, ninguna nación puede actuar sola” y reafirmó la voluntad de Francia de fortalecer las alianzas internacionales en seguridad.

En una línea convergente, Brunner recalcó que el escenario de amenazas evoluciona con rapidez y fuerza a los países a reforzar la colaboración con socios de confianza, como los miembros del G7.
El funcionario europeo Brunner, abrió el viernes la reunión de ministros del Interior del G7 en Ottawa con un llamado a profundizar la cooperación internacional para enfrentar desafíos de seguridad global cada vez más complejos. Brunner describió el encuentro como un “momento crucial” y señaló que ninguna nación está en condiciones de responder en aislamiento a amenazas en rápida evolución.
En ese sentido, remarcó que Europa trabaja para reforzar tanto la resiliencia interna como la cooperación con socios estratégicos, entre ellos los países del G7. En materia de políticas europeas, Brunner mencionó la reforma del esquema de migración y asilo de la Unión Europea (UE), enfatizando que la frontera entre la seguridad interna y la externa resulta cada vez más difícil de precisar.
“Junto con nuestros socios del G7, estamos comprometidos con la lucha contra el crimen organizado, contrarrestar las amenazas híbridas, luchar contra el tráfico de drogas y abordar los desafíos globales de la migración de forma humana y segura”, sostuvo el comisario europeo.
Por otra parte, subrayó que en la frontera oriental de la UE se observa un aumento de tácticas híbridas, como la manipulación de flujos migratorios, la desinformación y presiones relacionadas con el suministro energético.
El encuentro en Ottawa reúne durante el fin de semana a responsables de Interior del G7 y a representantes de países invitados, con una agenda marcada por la colaboración ante organizaciones criminales transnacionales, drogas sintéticas, tráfico de migrantes, delitos cibernéticos, extremismo en línea y abusos sexuales contra menores.
En paralelo, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) exhortó a los líderes del G7 a incluir en sus discusiones la represión transnacional contra periodistas, ejemplificando con el caso de la periodista egipcia Basma Mostafa, residente en Alemania, y los reporteros rusos exiliados perseguidos por las autoridades de Moscú.
Los debates continuarán hasta el domingo, en búsqueda de consensos duraderos para una agenda global donde la cooperación se presentó como única vía eficaz frente a las redes criminales y los riesgos emergentes.
(Con información de EFE)
