Hace unas semanas, desarrolladores inmobiliarios argentinos viajaron a China con un objetivo bien claro: encontrar precios que ayuden a bajar los costos de la construcción en nuestro país, en un contexto en que la apertura comercial en la Argentina creció. Y el panorama con el que se cruzaron fue muy revelador.
“Es cierto: en China, India, Brasil y otros mercados se consiguen materiales a precios increíblemente competitivos. Desde sistemas panelizados hasta sanitarios, pasando por tecnología industrializada, la oferta es variada, moderna y eficiente», aseguró Mali Vázquez, directora ejecutiva de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), una de las argentinas que viajó al país asiático en el último mes.
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Los desarrolladores recorrieron ferias, visitaron fábricas, analizaron soluciones constructivas y conversaron con empresarios que producen a escalas que en nuestro país resultan difíciles de imaginar. “Esperaba encontrar productos similares a los que ya conocemos pero a mejor precio; sin embargo, me encontré con una calidad muy superior a la esperada”, compartió Magdalena Day, fundadora y Presidente Grupo MDay, y agregó: “Vi productos que están un 50% por debajo de los valores que se ven en la Argentina”.
“Los costos en China son un 50% más bajos que acá y encontrás la misma calidad o incluso mejor”, coincide Juan Manuel Tapiola, CEO de la desarrolladora Spazios, que viajó el año pasado a China.
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“Nos encontramos con productos con una calidad equivalente a la de acá por valores un 80% más baratos que en la Argentina”, apuesta todavía más alto Damián Tabakman, presidente de la CEDU.
Al mismo tiempo, advierte que a ese precio hay que sumarle el costo del viaje a la Argentina, por el traslado en sí, los impuestos, entre otros, además del riesgo de reclamos posteriores al comprador, que está ubicado del otro lado del planeta. “Muchos están estudiando el tema en profundidad, no sólo los desarrolladores inmobiliarios, también la industria nacional que va a empezar a tener otro competidor y también los que antes importaban a precios altos y vendían acá, que saben que el desarrollador puede ir a comprar directamente afuera”.
Tabakman también analiza que habrá que tener en cuenta que, muchas veces, el desarrollador argentino pagaba al proveedor de materiales con metros cuadrados (otorgándole un departamento al final de la obra). “Eso, financieramente, para el desarrollador es muy bueno, pero si se compra en China, tendrá que enviar toda la plata en efectivo, de contado”, agrega Tabakman.
¿Ayudará a que los precios propiedades bajen?
Tapiola explica que, con la apertura de las importaciones, el costo de los materiales podría bajar. “Hace 10 días salió la noticia de que Aluar bajó los precios de sus productos en un 25%. Se trata de una empresa argentina que hace aluminio, material que se usa en las aberturas en la construcción y un insumo que representa el principal costo en estos productos. Ahora, con competencia y presión externa, dejan de ser los únicos jugadores del mercado y se ven obligados a bajar precios”, señala Tapiola.
El developer opina que esto puede ayudar a que los costos de la construcción bajen, ya que los materiales serán más económicos, pero “los costos son una cosa y los precios, otra. La demanda de las propiedades está en aumento y esto va a empujar los precios hacia arriba. Aún bajando los costos de la construcción no creo que disminuyan los precios, de hecho, creo que van a subir», aclara.
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Aunque la importación de materiales podría ayudar a bajar los costos de la construcción en la Argentina, los desarrolladores advierten que existen otros problemas estructurales en el país que impiden que los costos tengan una disminución relevante.
«Hoy, Argentina se encuentra entre los países con mayor presión impositiva sobre la construcción en el mundo. La carga tributaria puede superar el 40% del costo total de una obra, ubicándose por encima de rubros centrales como instalaciones, estructura o terminaciones“, agrega Vázquez.
Day coincide con Vázquez y señala que los impuestos representan entre el 35% y el 40% del costo total de una obra en la Argentina. “Aunque abaratar costos de los materiales en un 50% podría ayudar a disminuir el precio de las propiedades, es muy poco lo que se traslada al metro cuadrado final, dado que la mayor incidencia del precio se lo lleva la estructura de la obra y lo impositivo”, señala Day. Al mismo tiempo, está convencida de la necesidad de bajar los costos, para poder ofrecer productos accesibles a la clase media y media baja y poder solucionar el déficit habitacional que existe en la Argentina. También señala que se tienen que trabajar en otros ámbitos, como la mejora del salario, para que más personas puedan solicitar un crédito hipotecario y lograr acceder a la casa propia.
En este sentido, Vázquez anima a que se trabajen en otros puntos, para lograr una reducción más importante en los costos de construcción. Entre ellas, se encuentra una reforma fiscal, como la reducción del IVA para vivienda nueva, o las exenciones de ingresos brutos y reducción de tasas municipales; también propone la formalización laboral con incentivos, como la reducción de las cargas sociales para nuevas contrataciones; anima a una gestión pública eficiente, en la que haya medidas como la digitalización de permisos y trámites o normativas unificadas que eviten disparidades arbitrarias entre municipios; pide financiamiento para escalar proyectos y la promoción de sistemas constructivos innovadores desarrollados en el país.