Un paso de comedia del vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, anticipó lo que horas más tarde iba a tuitear, con otro tono, el ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la baja de precios que el Gobierno espera en algunos productos.
Werning participó del Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas y ensayó un chiste para comenzar su presentación: “Pensaba que llegaba tarde e iba a abrir comentándoles que venía más lento que la inflación de mayo”, dijo.
Después, Caputo retomó el tema, en su cuenta de X (ex-Twitter): “Con los anuncios de hoy veremos importantes bajas de precios en: celulares, TVs, aires acondicionados, consolas de juegos y aluminio (¡Importantísimo para la industria!). También van a bajar pronto autos, indumentaria y calzado.”
Se trata de ocho rubros, cada uno con sus particularidades y actores involucrados, que sin embargo tienen en común la modificación de impuestos internos, la apertura de importaciones y el nuevo esquema de flotación del dólar.
En concreto, el mensaje de Caputo hizo referencia la baja de impuestos internos a los equipos electrónicos, del 19% al 9,5%, y la eliminación de los aranceles de importación de los celulares a partir del 15 de enero. Antes, se hará efectiva una reducción de este gravamen, del 16% al 8%.
“Se estima que los precios de los productos electrónicos importados bajarán alrededor de un 30%”, calculan en la Secretaría de Industria y Comercio.
El Gobierno utilizó los precios de los teléfonos como un caso testigo para demostrar el costo argentino. Los celulares importados de alta gama 5G cuestan, en promedio y según estimaciones oficiales, US$2566,93 en la Argentina, US$1980 en Uruguay, US$1290,58 en España, US$1147 en Chile, US$1143 en el Reino Unido y US$1011 en Estados Unidos, el país de precios más bajos en este rubro.
Con la baja del 30% calculada por la Secretaría de Industria y Comercio, la Argentina pasaría al segundo lugar como el país más caro, con un costo de US$1796. Uruguay quedaría primero y ambos, por encima de países vecinos como Brasil y Chile en la comparación con la región.
Algo similar se observa en la comparación internacional sobre los precios de los televisores y los equipos de aire acondicionado.
Tras los anuncios, la reacción empresaria no tardó en llegar. El CEO y presidente del Grupo Newsan, Luis Galli, que tiene una unidad de negocios en celulares en Tierra del Fuego, consideró que es positiva la reducción de impuestos internos. “Esto va a ayudar a que bajen los precios de los productos electrónicos, ya sean importados o fabricados localmente”, dijo, en sintonía con el Gobierno.
En paralelo, sostuvo que “es muy difícil que se sigan produciendo celulares en Argentina” porque los niveles de productividad todavía no compiten con los de afuera. Entonces, manifestó preocupación sobre la situación del empleo en la provincia fueguina: “Hay que ver qué pasa con esa gente a partir de las consecuencias del celular”.
El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, también apuntó contra los aranceles y regulaciones que afectan a la importación, y los calificó de “dañinos”. “Es cierto que la menor protección pueda reducir algún empleo en la isla, pero el menor costo de la electrónica para 47 millones de argentinos implica un dinero ‘extra’ en el bolsillo que gastarán en otras cosas. ¿Cuánto empleo creará ese gasto adicional? Mucho más que los que se pierden, porque el ensamblaje es una actividad poco mano de obra intensiva», dijo.
En paralelo, Aluar anunció una baja del 25% en sus precios en el mercado interno. La decisión, tomada en un mercado en el que el consumo masivo todavía muestra señales aletargadas, estuvo motivada por “la eliminación de sobrecostos” como el impuesto PAIS o la percepción del IVA en Aduana.
La disputa entre el Gobierno y el sector privado por los precios tuvo otros episodios recientes. Un caso testigo fue el rechazo de las listas de precios que Unilever y Molinos habían enviado a supermercados con aumentos, luego del fin del cepo para las personas y el debut del esquema de bandas para el dólar. Caputo felicitó a los supermercados y, semanas después, se reunió con sus representantes.
El reordenamiento de la política cambiaria motivó, entre otros factores como la evolución del precio del brent, la baja de la nafta anunciada por YPF, cuyo precio bajó 4% el 1° de mayo.
El asunto de la indumentaria y el calzado avanza más lento. La reducción de los aranceles a la importación todavía no se tradujo en precios más accesibles en el mercado interno. De hecho, en el primer trimestre del año fueron el tercer ítem con mayor aumento, según las mediciones del Indec.
Y la industria automotriz, a la que Caputo le dedicó un tuit en el que advirtió que usará “herramientas para defender a los consumidores”, también puede experimentar cambios. El Gobierno espera baja de precios. Pero además, Sturzenegger adelantó que revisa la reglamentación de la ley de tránsito para que un individuo “pueda importar autos de manera privada más fácil”.