Cuarta y última jornada del viaje de Estado de los Reyes Felipe y Letizia a Egipto, que han puesto el broche de oro a esta intensa visita que tiene como objetivo estrechar y reforzar los lazos entre ambos países, visitando el histórico enclave de Luxor y las impresionantes tumbas de los faraones en uno de los enclaves más turísticos del planeta, el Valle de los Reyes.
El día ha empezado este viernes visitando el Museo de Luxor, una de las atraccciones turísticas de la región por la cantidad de antigüedades históricas que contiene en sus más de 5.300 metros cuadrados. Un recorrido en el que los arqueólogos españoles Myriam Seco y José Manuel Galán les han enseñado piezas arqueológicas halladas durante las excavaciones que han llevado a cabo en sus respectivas misiones arqueológicas -piezas de hasta hace 3000 años en muy buen estado de conservación- que sus Majestades han descubierto sorprendidos.
A continuación, Don Felipe y Doña Letizia se han trasladado al Valle de los Reyes, donde han visitado el proyecto de acondicionamiento y mejora de los sitios arqueológicos de Luxor y Guiza, que contempla el desarrollo turístico de la zona de tumbas funerarias del Valle de los Reyes.
Ante la KV9 Ramsés V y VI, justo detrás de la Tumba de Tutankamón, y en la tumba KV17 Seti I -una de las más largas, profundas y bellamente decoradas del enclave- hemos visto a los Monarcas maravillados, intercambiando miradas cómplices y sonrisas que reflejan su felicidad la cámara funeraria de un faraón perfetamente conservada y profusamente decorada que tenían ante sus ojos.
Una visita en la que Don Felipe y Doña Letizia se han encontrado con un grupo de turistas españoles, con los que no han dudado en fotografiarse entre risas, demostrando su cercanía y su espontaneidad antes de poner rumbo al aeropuerto de Luxor para coger el avión que les llevaría de nuevo a España poniendo fin a cuatro días inolvidables en Egipto.
Una despedida en la que los Reyes han lucido looks relajados y coordinados de inspiración safari. Mientras el Monarca ha apostado por la comodidad con un pantalón marrón, camisa verde caqui, y sobrecamisa en color crema, la Reina ha vuelto a apostar por un estilismo monocromático protagonizado por el blanco, un tono que le sienta especialmente bien y al que ha recurrido una vez más tras deslumbrar anoche con un traje sastre de Mango en su visita al Templo de Hatshepsut.
En esta ocasión ha estrenado un dos piezas fresquito compuesto por una sahariana entallada con lazada a la cintura, y un pantalón fluido de corte ancho por encima del tobillo, que dejaba a la vista sus alpagatas de esparto en crema. Un outif ideal para esta visita histórica que ha completado con un bolso de piel beige con cierre en solapa imantado, y unas maxi gafas de sol negras.