Desde los primeros códices mexicas hasta las pinturas del siglo XX, pasando por novelas, ensayos históricos, películas y obras teatrales, Malinche ha sido una figura representada de múltiples formas: a veces como traidora, otras como víctima, muchas veces como sombra sin voz. Su rostro aparece junto a Hernán Cortés en manuscritos indígenas donde no se la nombra, y su nombre ha sido utilizado como sinónimo de deslealtad.
Pero en las últimas décadas, esa imagen ha comenzado a cambiar. Desde la historia, el arte y la literatura, surgieron nuevas interpretaciones que la rescatan como una mujer compleja, estratega, políglota y fundamental en la construcción de la identidad mestiza. En esa línea se inscribe ahora una nueva propuesta escénica que pone su figura al centro del escenario.
Malinche El Musical, la más reciente creación de Nacho Cano, propone una lectura escénica que transforma la narrativa tradicional y coloca a Malintzin en el lugar que nunca debió perder: el de protagonista. La propuesta escénica llega al público de la mano de Banco Azteca con el objetivo de no reproducir el relato habitual de una mujer al servicio del conquistador. Por el contrario, lo que se ve en escena es una figura compleja, con agencia, que se mueve entre códigos, lenguas y estructuras de poder. Una intérprete, mediadora y estratega, cuya comprensión del mundo le permitió sostener decisiones en uno de los momentos más tensos y fundacionales de la historia del continente.
Malintzin: un personaje reescrito
La puesta en escena, presentada por Banco Azteca, toma como base las composiciones originales de Nacho Cano, pero el corazón del espectáculo está en la interpretación del personaje de Malinche: una mujer que no solo traduce entre lenguas, sino que transita entre mundos. Cada gesto coreográfico y cada línea cantada profundizan en esa tensión, construyendo una figura humana, lejos de los estereotipos.
La dirección artística optó por evitar la linealidad narrativa. En su lugar, la historia avanza a través de escenas fragmentadas, que conectan desde lo simbólico y lo emocional. El uso del lenguaje corporal es central. Desde el flamenco hasta el hip hop, pasando por secuencias contemporáneas, los movimientos del elenco dan forma a los conflictos internos y externos del personaje. No hay explicaciones didácticas, sino una construcción poética que invita a sentir antes que juzgar.
Una Malinche actualizada para una sociedad en revisión
La obra no responde con eslóganes ni moralejas, pero sí deja planteada una pregunta profunda: ¿y si la historia que nos contaron no fue la única posible?
En vez de culpabilizar o redimir, Malinche El Musical elige comprender, acercarse a la figura histórica desde una sensibilidad actual. ¿Qué significa haber sido mujer, indígena y traductora en medio de una conquista? ¿Qué implica haber tenido poder, aunque no fuera reconocido? ¿Y cómo se construye la identidad en medio de la imposición?
Estas preguntas se cuelan en cada escena, no como discursos explícitos, sino como tensiones visibles en el cuerpo de la protagonista, en la mirada del elenco, en los silencios entre canción y canción.
El impacto de la obra no reside solo en su calidad técnica —que la tiene—, sino en su capacidad de activar preguntas que siguen siendo urgentes: sobre la memoria, la justicia, el poder, la identidad. Lo hace sin solemnidad, pero con honestidad. No busca sentenciar, sino invitar a mirar de nuevo.
Una cita con la historia
La temporada de este musical en el Frontón México ya está en marcha y las funciones se están realizando con gran convocatoria.
Las funciones se realizan varias veces por semana y están programadas para continuar durante una temporada extendida. El recinto cuenta con todas las comodidades para recibir al público familiar —la obra está recomendada para mayores de 5 años— y con espacios dedicados a la experiencia previa y posterior a la función.
Los boletos pueden adquirirse a través del sitio web oficial malinchethemusical.com/cdmx o directamente en las taquillas del teatro. Las plataformas de venta ofrecen diferentes rangos de precios y ubicaciones en sala, permitiendo elegir con anticipación. La gestión está a cargo de FEVER, y en fechas señaladas se habilitan promociones especiales para público general y tarjetahabientes de Banco Azteca.
Más allá del espectáculo, la propuesta escénica de Malinche El Musical es una oportunidad para volver a pensar a Malintzin no como símbolo, sino como persona. Una figura que, lejos de ser solo parte del pasado, sigue hablando hoy, desde un escenario, a una sociedad que tal vez esté empezando a escucharla por primera vez.