La inteligencia artificial (IA) llegó para quedarse, y las organizaciones no son ajenas a esta transformación. Desde la gestión del talento humano hasta el desarrollo de nuevas habilidades, la tecnología está redefiniendo la dinámica del mundo empresarial a una velocidad sin precedentes.
Sin embargo, todo cambio trae consigo nuevos desafíos: ¿cómo convertir a la IA en una verdadera aliada para impulsar la eficiencia dentro de una compañía? ¿Qué rol deben tomar los líderes para potenciar a sus equipos, en un contexto marcado por la inmediatez y la toma de decisiones en tiempo real? Esos fueron algunos de los ejes que se debatieron en el último y quinto capítulo del ciclo 2025 de Management 2030, organizado todos los años por LA NACION y Accenture.
En una charla moderada por José Del Rio, secretario general de Redacción, referentes de distintos campos y ámbitos empresariales dieron un mensaje claro: la IA ya no es una opción, sino una condición necesaria para escalar el talento humano a nuevo nivel.
Para Conrado Estol, neurólogo y presidente de la Asociación Argentina de Salud, Calidad de vida y Longevidad, la irrupción de ChatGPT, en noviembre de 2022, marca un antes y un después en la forma que nos vinculamos con la tecnología. “Es un cerebro paralelo. Tenemos un compañero nuevo que nos va a dar más tiempo para ser más humanos, creativos y talentosos”, aseguró.
Sofía Vago, CEO de Accenture y responsable de alrededor de 14.500 colaboradores en la Argentina, coincidió con esta mirada: “Esta nueva era de la IA viene a potenciarnos, a tener un copiloto y a hacer que la realidad del trabajo del talento cambie”.
Bajo esta línea, Juan Farinati, presidente y CEO de Bayer Cono Sur, se refirió a la redefinición de jerarquías y modos de trabajo dentro de las empresas. “La lógica del jefe de una gran organización ya no existe más. Nuestro trabajo es ayudar a personas a que expresen todo su potencial a través, en muchos casos, del autoliderazgo. Debemos empoderar a la gente, darles herramientas para que puedan brillar y no esperar que alguien les diga qué hacer”.
Es aquí donde las habilidades blandas, como la empatía, la comunicación, la creatividad y la sensibilidad, cobran protagonismo, según los expertos. “Todas esas cosas llevan a alguien a ser un gran líder”, dijo Estol. Incluso, aventuró que la IA permitirá a las nuevas generaciones de niños acceder a estas capacidades.
Por su parte, Roberto “Kuky” Pumar, creador de El Reino Infantil y empresario líder en la industria del entretenimiento, reflexionó sobre el impacto de la tecnología en edades tempranas: “Estamos ante un gran desafío, tanto los padres como los niños. Hay que lograr una vida equilibrada, ni tanta tecnología, ni tan poca tecnología”.
Pumar se detuvo en las últimas tendencias del mercado del entretenimiento y destacó el auge de los contenidos de corta duración. “Cuando empezamos, hacíamos canciones de dos minutos y me parecían cortas. Hoy, todo tiene que ser de 15 segundos”.
Vago llevó la inmediatez al plano de las organizaciones y remarcó la importancia de desarrollar la curiosidad. “Hay que cuestionar el status quo en el que las organizaciones típicamente trabajaban y ver a la tecnología nueva como un aliado“, expresó.
Bajo la misma filosofía, Farinati opinó que hoy el verdadero valor reside en desarrollar el talento en diferentes áreas según nuestras experiencias, bajo una modalidad de trabajo horizontal. “Es un cambio en los líderes y en todos los profesionales”, enfatizó.
Estas ideas reflejan, en buena medida, la visión del cofundador de Apple, Steve Jobs: “Si querés contratar a gente excelente y que siga trabajando con vos, tenés que dejarles tomar muchas decisiones y guiarte por las ideas, no por la jerarquía. Las mejores ideas tienen que triunfar. De lo contrario, la gente buena no se queda”.
Nuevos trabajos, nuevas habilidades
El evento también contó con la participación de Elena, el agente de IA creado con la tecnología de Accenture. En un breve intercambio con Del Rio, Elena reveló que más del 45% de los puestos laborales del sector tecnológico en la Argentina piden habilidades que no existían hace cinco años. Las principales son cloud computing, data ethics, prompt engineering, accessibility design y storytelling con IA.
A su vez, Elena detectó que muchas empresas buscan “capacidad de aprender rápido más que un ”conocimiento técnico específico”. “¡Eso lo dice todo! El talento ya no es solo saber, sino poder aprender, desaprender… Y volver a aprender», respondió Del Rio.
Al respecto, Pumar opinó que aquellas compañías con rápida reacción al cambio serán las que tendrán mayor éxito. “Hoy las empresas fuertes son las empresas que reaccionan rápidamente a los cambios, y los cambios se dan todos los días”, dijo. Y añadió: “Para que una empresa evolucione, todos necesitan reconvertirse”.
Por este motivo, un empleado que aprende, sabe ajustarse al cambio y adopta las nuevas tecnologías de manera ágil es fundamental, según Farinati.
No obstante, los presentes remarcaron la importancia de que tanto las organizaciones como sus respectivos líderes cuenten con un “propósito de vida”, en especial en tiempos de cambio.
En tanto, los agentes de IA se presentan como una herramienta clave para optimizar tareas y procesos en las organizaciones. Dolores Venancio, directora de consultoría en Talento y Organización Accenture, ilustró el impacto de esta tecnología con el matcheo de puestos de trabajo con potenciales talentos. “Se toman decisiones en base al análisis de muchísimos datos, como CVs, redes sociales y portafolios digitales”.
“Es muy importante que las organizaciones adopten una cultura de resiliencia porque el cambio va a ser constante y llegó para quedarse”, sintetizó.
Los desafíos de la IA
Una de las grandes preocupaciones en torno al uso de la IA es la generación y difusión de contenidos falsos. En este escenario, Vago sostuvo que es responsabilidad de las empresas como de la sociedad saber “setear el límite”.
“La misma IA va a regular aquellos valores que consideramos éticos o no éticos para evitar contaminar el mundo con información que no es real”, continuó.
Para Pumar, el límite y objetivo social es lograr vivir en un mundo real. “Debemos operar para que todo se depure. Las plataformas tienen el control y confío en que están trabajando en ello”, profundizó. “El límite es la dignidad humana, el trabajo humano”, añadió Estol.
Motivación y competencia
La IA empuja a los líderes a cambiar no solo sus estructuras, sino también sus motivaciones, modos de trabajo, metas e incluso su competencia.
En una intervención vía remota, la medallista olímpica argentina Paula Pareto definió al talento como “la capacidad interna de cada uno para dar lo mejor de sí en cada momento”. Por su parte, Pepe Sánchez, exbasquetbolista argentino, describió a la competencia de la siguiente manera: “Es un gran obstáculo en un camino que tiene que ver con vos mismo. Tiene que ver con superar obstáculos, entender limitaciones propias y hacer lo mejor posible con lo que uno tiene”.
La esencia de ambas definiciones van en línea con las cualidades que debe tener un líder en tiempos donde la IA marca agenda. “La competencia es un motor para mejorar y nuestro objetivo es asegurar que el talento que tenga la organización genere el máximo valor”, comentó Farinati. Vago coincidió con esta mirada y resaltó que trabajar en un área acorde a nuestras habilidades e intereses es fundamental para la motivación.
En este sentido, Paul Gilbert, psicólogo clínico y creador de la Terapia Centrada en la Compasión (CFT) y el Entrenamiento de la Mente Compasiva, sostuvo en un breve video que cultivar el liderazgo compasivo es uno de los grandes desafíos de la humanidad. En detalle, el experto indicó que los dirigentes de los últimos regímenes autoritarios de la historia son personas que no solo vivieron situaciones traumáticas en su pasado, sino que también carecen de empatía sobre la sociedad para la que gobiernan. Este es un punto que los líderes no deben pasar por alto, según Gilbert.
Al respecto, Estol analizó: “No hay peor infierno que trabajar en algo que no te gusta. Hay que subir al colectivo correcto, pero también te tienen que sentar en el asiento adecuado”.
La robótica, una de las promesas del futuro
Otro de los grandes momentos del encuentro fue la presentación de TOOLY, un robot de asistencia social con IA, pensado para acompañar a personas mayores. Natalí Lilienthal, ingeniera informática del ITBA, es la responsable detrás de este desarrollo, que nació como proyecto de tesis y hoy se encuentra en proceso de convertirse en startup.
La IA de TOOLY tiene empatía con las personas y está programada para que responda de forma respetuosa y agradable. También ayuda en la cognición, realiza juegos cognitivos para estimular el cerebro y cuenta con un monitoreo de seguridad: cuando no te escucha por un tiempo, te pregunta cómo estás y si no hay respuesta llama a tu familia.
Las claves del progreso
Desde Silicon Valey, Rebeca Hwang, Managing Director de Kalei Ventures y corresponsal de LA NACION, contó cuáles son las habilidades del futuro, según un reciente informe del Foro Económico Mundial. Entre ellas se destacan la influencia social,la capacidad de aprender, la curiosidad y la capacidad de atender a un cliente, dejando de lado a competencias vinculadas a las ciencias exactas, como la programación.
A modo de cierre, Del Rio invitó a los presentes a resumir las claves que no deben perder de vista las organizaciones de cara al futuro. “La IA no nos va a reemplazar, siempre vamos a querer ese contacto humano. Hay que hacer el ejercicio de revisarse a uno mismo y volver a las bases”, dijo Vago. Estol también destacó el valor de lo humano.
Por su parte, Farinati destacó el saber detectar las virtudes de las personas para generar ecosistemas de trabajo que potencien el talento y la productividad colectiva.
“Hay que dar a los equipos las herramientas para que comprendan el cambio, que se motiven con cambiar y buscarles nuevas tareas. No veo a los gobiernos hablando de eso, y como sociedad tenemos que ocuparnos”, cerró Pumar.