Incógnita resuelta: Marcelo Gallardo continuará siendo el entrenador de River en 2026. En medio de la crisis futbolística más profunda de sus casi diez años en el cargo, este miércoles por la tarde el presidente Stefano Di Carlo convocó a una sorpresiva conferencia de prensa para anunciar la renovación por un año del contrato del director técnico más ganador de la historia del club. Respaldo absoluto para el Muñeco, que ahora afrontará con crédito renovado el superclásico del domingo en la Bombonera. Será el primer episodio de la difícil misión de torcer este oscuro presente deportivo. Y el DT lo afrontará con una convicción digna de su laureada espalda: “De lo que estoy seguro es de que voy a volver a ganar”, dijo.
Dos sillas negras al final de una larga mesa marrón oscura. Dos micrófonos. Un banner con escudos. Y una enorme expectativa desde las 17 en el salón de sesiones del Monumental durante la hora de acceso. La información marcaba que la continuidad del entrenador era un hecho. No por cuatro años, como sí imaginaba la comisión directiva electa en un escenario ideal, sino por una temporada. Solo faltaba la confirmación oficial.
Pocos minutos antes de las 18, y luego del ingreso de los directivos más importantes de la CD, retumbaron los flashes de las cámaras cuando aparecieron Di Carlo y Gallardo para la conferencia, que tuvo una presentación inicial del presidente: “Hemos acordado extender el vínculo contractual con Marcelo Gallardo hasta el 31 de diciembre de 2026”.
Luego, Di Carlo se explayó sobre la decisión: “Cumplimos con nuestra palabra: Gallardo es la cabeza del proyecto futbolístico. Es renovar nuestra profunda convicción en que River volverá a ganar. Creemos profundamente en la capacidad de trabajo de este cuerpo técnico. Tenemos la convicción profunda de que, codo a codo y trabajando juntos, vamos a revertir cualquier situación. El proyecto es el mismo. Marcelo siempre es lo mejor para River y tanto él como yo tenemos absolutamente claro que el club está por encima de todo y todos. Y acá nadie tiene la llave del club. Es de los socios y se la dan a cada administración cada cuatro años”, manifestó el dirigente, elegido para el cargo el último sábado.
Al tomar la palabra, luego de suspender la conferencia del domingo pasado tras perder contra Gimnasia en la cuarta caída en fila en el Monumental, se vio esta vez a un Gallardo diferente. Enérgico, vehemente, visceral como en sus épocas de mayor adrenalina. Un impulso necesario en lo discursivo.
“Es un momento de adversidad deportiva. No estamos ajenos a la realidad. Sabemos que los objetivos de este año no se dieron como habríamos querido. Mi seguridad, mi convicción, mi deseo y mi energía que tengo para seguir y redoblar la apuesta… eso me sostiene”, dijo el DT. Y agregó: “Agradezco a los directivos y a todos los hinchas que se manifiestan genuinamente con un apoyo incondicional. El día en que sepa que ya no tengo esa energía, esa pasión, ese deseo de levantarme cada mañana a un entrenamiento o a un partido… hoy no siento eso. Estoy contento y feliz por la continuidad y la convicción. Deseo revertir esto y entiendo que la crisis va a pasar”.
Acompañado por los vicepresidentes Andrés Ballotta, Ignacio Villarroel y Mariano Taratuty, más el secretario técnico Enzo Francescoli y otros dirigentes, el Muñeco evitó sumergirse en cuestiones futbolísticas con miras al superclásico del domingo, al que definió como “una prueba más, una oportunidad de volver a ser y reconocerse”. Y no dejó de profundizar en el mal momento.
“No hemos hecho las cosas como queríamos; hay que asumirlo. Hay cosas por revisar, como en cada final de año. No hay que tener temor. Hay que reconocerlo, aceptarlo y dar un paso hacia adelante. Yo levanto la mano. Me han hecho sentir la responsabilidad casi absoluta. No tengo problema, no le tengo temor a eso. Pero sí estoy convencido de que estaremos en un nuevo espacio que nos haga sentirnos cómodos otra vez, en el que traccionaremos desde todos lados y las patas estarán firmes nuevamente. Vamos a volver a darle alegrías al hincha genuino que nos banca de manera incondicional”, aseguró Gallardo.
En el comienzo de la semana, la primera escena que permitía intuir la continuidad se dio el lunes a la tarde, en la asunción de las autoridades de la comisión directiva. Tras ser ungido el sábado con 61,77% del total de los votos en una elección récord, Di Carlo asumió la presidencia y advirtió: “Los proyectos tienen momentos, pero no pueden hacernos perder de vista los objetivos y el camino. La mancomunión de los jugadores, los dirigentes y el cuerpo técnico va a sacarnos adelante. Tenemos un plan”.

La segunda imagen llegó el martes al mediodía, con el comienzo de los entrenamientos de la semana. Di Carlo concurrió a River Camp y se presentó ante el plantel profesional. Los futbolistas y el cuerpo técnico completo escucharon las primeras palabras del presidente, que estuvo acompañado por el secretario técnico Francescoli. En ese discurso, el flamante mandamás bajó un mensaje de respaldo absoluto para el proyecto del Muñeco y destacó la confianza en el trabajo diario para revertir la situación.
Así, River llegará al superclásico sin especulaciones, sin morbo, sin escenarios apocalípticos. El golpe de efecto está hecho. Ahora el equipo debe responder en la cancha para competir en el vigente Clausura y meterse a la Copa Libertadores de 2026. El entrenador ya puso su ficha sobre la mesa: “Yo soy un pibe de la casa, un chico de River. No voy a salir corriendo por un mal año deportivo. El que pensaba eso no me conoce. Y no sabe de qué estoy hecho. Yo he perdido mucho y he ganado. Y de lo que estoy seguro es de que voy a volver ganar”.
