Afuera todos. En busca de derogar las leyes que favorecen el crimen organizado y conseguir un cambio de autoridades en el Ejecutivo y Legislativo, diversos colectivos juveniles y organizaciones sociales salieron a marchar este miércoles 15 de octubre en el centro de Lima.
Desde diversos puntos de la ciudad, los manifestantes caminaron hasta los exteriores del Congreso de la República, en la avenida Abancay, en donde se encontraron con contingentes de la Policía Nacional del Perú (PNP).
Parque Universitario
La PNP hizo retroceder a los manifestantes por la avenida Abancay hasta la altura del Parque Universitario. Los anillos policiales evitan sus intentos de llegar otra vez al Congreso de la República. Sin embargo, hasta con cohetes, los protestantes intetan doblegar a las autoridades.
Pronunciamiento del presidente Jerí
Ante los hechos ocurridos, el presidente de la República, José Jerí, se pronunció a través de su cuenta de X, plataforma antes conocida como Twitter.
“La expresión ciudadana en las calles es un derecho ante la falta de atención del estado por muchos años; sin embargo, no permitiremos que un grupo reducido pretenda usar la violencia como camino. Nuestras cámaras y las de la MML están transmitiendo en vivo todo”, publicó el mandatario.
Calles cerradas
Todas las calles aledañas a la avenida Abancay se encuentran cerradas temporalmente por los enfrentamientos tanto para los peatones como para los vehículos. Asimismo, los accesos a la Plaza Mayor y al Palacio de Gobierno se encuentran restringidos.
Culpa a los manifestantes
En una entrevista para RPP, el comandante general de la PNP, Óscar Arriola, señaló que el fuego y los desmanes fueron iniciados por los manifestantes.
“Una vez que han llegado al frontis del Congreso han hecho lo que siempre han querido hacer de quemar el Congreso y eso no se puede permitir, porque somos la fuerza pública y usamos la fuerza de manera gradual”, indicó.
De protesta pacífica a enfrentamientos
Lo que comenzó como una movilización pacífica pronto se transformó en un escenario de confrontación. Jóvenes con los rostros cubiertos intentaron derribar las rejas de metal que bloquean el paso hacia la plaza Bolívar, donde se sitúa el Palacio legislativo.
Individuos dentro de la protesta sostuvieron ante medios independientes que cubren la marcha que se trataría de infiltrados en busca de crear desmanes para provocar una represión policial severa.
Estos sujetos arrojaron botellas y objetos contundentes hacia el cerco metálico, además de incendiaron banderolas. Esto motivó una respuesta inmediata de la Policía Nacional.
En medio de la tensión, los agentes policiales recurrieron al uso de bombas lacrimógenas para intentar dispersar a los manifestantes que se agolpaban entre las rejas de la avenida Abancay y la plaza Bolívar, lo que generó columnas de humo en los alrededores del Congreso.
Desvío vehícular
La situación desencadenó desvíos en las rutas del corredor Morado, informados por la Autoridad de Transporte Urbano (ATU).
Rutas 404, 405 y 406 modificaron su recorrido habitual por las avenidas Tacna y Garcilaso de la Vega debido al cierre temporal de vías causado por las movilizaciones.
El tránsito vehicular en la zona de El Hueco presentó congestión extrema, dificultando el desplazamiento hacia distritos como San Juan de Lurigancho. Algunos pasajeros denunciaron incrementos de hasta 50% en el costo del pasaje.
Contexto social y repercusiones
La convocatoria —lanzada tras la vacancia de Dina Boluarte y mantenida bajo la nueva gestión de José Jeri— agrupó organizaciones civiles, sindicatos de docentes, bloques universitarios y comerciantes, todos en demanda de acciones frente a la crisis de seguridad y la inseguridad ciudadana.
Con la capital expectante por la marcha nacional, el enfrentamiento entre manifestantes y la PNP marcó un punto crítico en el centro político del país, dejando como saldo disturbios, interrupciones en el transporte público y un ambiente de tensión a las afueras del Congreso de la República.