Mariano Iudica: por qué estuvo lejos de la televisión, su vuelta a Polémica en el bar y su familia

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Luego de reflexionar mucho sobre sus posibilidades, decidió volver a América con Polémica en el bar, de lunes a viernes a las 22.30. Es que Mariano Iudica tenía contrato con Telefe para hacer el programa de sus sueños. Sin embargo, una charla con sus amigos directivos de América inclinó la balanza. En una charla íntima con LA NACION, Iudica cuenta cómo tomó esa decisión, habla también de la relación con sus hijos y con su mujer, Romina Propato, y de la importancia de su terapeuta en sus decisiones.

-Estabas entre Telefe y América, ¿qué pasó para que eligieras volver a conducir Polémica en el bar?

-Tenía un contrato muy bueno con Telefe y era un honor para mí ser una de las figuras que cobraran por esperar su proyecto, porque son muy pocas. Fue muy halagador. Pero en un momento, Juan Cruz Ávila y el Chato Prada, que son muy amigos, me dijeron: “Vos tenés que estar con nosotros”. Les dije que estaba esperando un proyecto que todavía no llegaba. Nadie me apuraba, y aparte el programa de Telefe era muy pretencioso y muy lindo porque era un ciclo ómnibus, como siempre hice y me encanta. Estaba muy bueno, incluía a mi familia, a mis hijas. Después Telefe entró en proceso de venta y Juan Cruz es un tipo muy avasallante y muy comprador (risas). Surgió la idea de hacer Polémica en el bar y me entusiasmó, lo hablé con la gente de Telefe, que dijo que quizá podía hacer las dos cosas. Pero finalmente decidí bajarme de ese contrato y subirme a Polémica… Deberíamos haber salido al aire hace 60 días, pero por h o por b, la fecha se fue dilatando. Va a haber muchos invitados, como en Intratables; ese recurso va a estar. También lo hacía Gerardo Sofovich con las mesas políticas en los 90. Hay algunas voces nuevas que son muy picantes para la tele.

-Tiene todos los colores políticos…

-Sí. La clave es que la mesa está planteada directamente para el debate y la polémica a cara de perro. Porque de un lado lo tengo a Carlos Maslatón, que es antigobierno total hoy. Y Diego Moranzoni es recontra mil peronista. Y del otro lado va a estar Emmanuel Danann, que es uno de los fundadores de La Libertad Avanza, un chico muy preparado, muy inteligente. Y está Diego Recalde que s cineasta defiende a Javier Milei. Y también están Marina Calabró y Javier Calvo, y los humoristas Iván Ramírez, Emiliano Senas y Freddy Villarreal. Y al final se sumaron Gabriel Anello y Nazareno Casero.

Mariano Iúdica vuelve con Polémica en el bar

-¿Y vos qué vas a hacer cuando empiecen a tirarse con munición pesada?

-Yo voy a festejar (risas) porque de eso se trata el programa, se llama Polémica en el bar. Ojalá haya debates interesantes. Todos están muy preparados y saben discutir, tienen buena retórica, buen lenguaje. La expectativa es buena. En las juntadas pude sentir que va a ser una mesa con fundamento. Y después está el humor político; ya nos perdimos varias cosas por debutar tarde. Por ejemplo, nos perdimos al espía ruso y al espía venezolano, o a una falsa Lilia Lemoine tapando a Marcela Pagano en el Congreso. Todos esos guiños de las cosas que pasan día a día.

Fuerte coyuntura

-Se te relaciona más con el humor y el entretenimiento, aunque hiciste programas relacionados con la política. ¿Te sentís cómodo en todas partes?

Polémica me dio muchas horas de vuelo para conducir actualidad política. Y durante tres años hice los dos programas: Involucrados y Polémica a la noche. Era justo en un momento de coyuntura muy fuerte con la caída de Cristina y subida al poder de Macri, y después fue caída de Macri y la vuelta de Cristina. Tuve invitados diferentes, con mesas distintas y discusiones que iban cambiando. Y la verdad que a mí me encanta la actualidad. Tengo hijos, tengo hermanos, no vivo en un barrio cerrado, voy al supermercado. Conozco la diaria y me encanta vivir en la realidad.

-¿Y vas a tratar de no tomar partido?

-Es que tomar partido tiene que ver con el sentido común. ¿Quién no quiere que a Milei le vaya bien? El que no quiere que a Milei le vaya bien, es porque quiere que al país le vaya mal. Por otro lado, ¿quién no quiere que a los jubilados les paguen más? Entonces, son todas cosas de sentido común las discusiones. ¿Quién no quiere que a los médicos y residentes les paguen más? Y ahí juega mi corazoncito porque en mi familia hay muchos médicos. Es sentido común, y por eso estoy sentado yo en el medio de la mesa, para poder equilibrar las dos corrientes de pensamiento tan marcadas en el debate.

Mariano Iúdica y su esposa Romina Propato

-En el programa de Telefe iban a acompañarte tus hijas, ¿ahora ya no?

-Las dos están muy bien. Valentina es muy reconocida en el ambiente del streaming y los medios digitales. Es como una oráculo, porque fue una de las creadoras de Luzu y de Olga, y de muchos streams que están ahora funcionando; tiene su curso de producción para medios digitales, que es el número uno de Latinoamérica, en suscriptores, y tiene dos libros editados. Es psicóloga. Y María Bernarda es cocinera, tiene su restaurante, su página de cocina, y creo que va a estar con Cocineros Argentinos en el streaming. Las mujeres (hijas de su primer matrimonio con Eugenia Angeli) están bien, y los varones también, laburando los dos. Osvaldo (hijo que adoptó hace algunos años y es hijo de una empleada que trabajó muchos años en su casa) trabaja en la productora que tenemos. Y Salvador, el más chico (fruto de su amor con la actriz y docente Romina Propato), está estudiando gestión deportiva en la UAD.

-¿Qué hiciste en este tiempo que no estuviste en la tele?

-Hice temporada de verano en Mar del Plata con Una familia de locos, porque me encanta el teatro y siempre que puedo, hago. También produje la obra. Y estuve en Bake off cuatro meses, tuve un contrato ridículamente bien pagado porque pedí plata como para que me dieran que no y me dijeron que sí, así que lo tuve que hacer. Y tengo la productora. Hay momentos que está bueno parar un poco y dedicarle más tiempo a la familia. Por suerte en estos años pude estar cerca de Salvador, que terminó la escuela secundaria. Las dos veces que dejé de laburar un tiempo fue por los varones, y creo que Dios fue muy sabio en dejarme mucho más alerta.

-¿Qué te pasó en esas dos oportunidades?

-Es un momento de mucha toma de decisiones para los chicos y está bueno seguirlos de cerca. Con Osvaldo la primera fue en 2014, cuando estaba quinto año. Me gusta estar cerca encima, acompañar, depurar, que no pierdan tiempo en pavadas, saber con quiénes se juntan.

-¿Las nenas te dieron menos trabajo?

-Las nenas se fueron antes de casa (risas), y son más independientes. Hay cosas que no sé ni voy a saber nunca. Se fueron a vivir solas de más chicas, en cambio los dos varones viven en casa todavía y no veo que tengan ganas de irse; está muy cómodos. Con Romina estamos muy encima de los chicos y somos muy chapados antigua. En casa hay que colaborar, lavar los platos, estar activos, ayudar en la casa, estudiar. Hay un montón de cosas que tienen muchos beneficios y también muchos sacrificios. Esta casa es así, te da muchísimas cosas y te pide muchísimas cosas. De chico me pasó lo mismo, y cuando un día mi viejo vino con una boleta del teléfono y me dijo “¿cuánto pones?”, decidí irme a vivir solo y pagarme mis cuentas. En cambio, mis hijos no se van más porque tienen todo resuelto (risas), la ropa planchada, comida en la heladera, toda la luz paga, el wifi, computadoras, televisores, su cuarto calentito, el gimnasio, la pileta, el quincho para los asados con amigos.

-Alguna vez contaste que adoptaste a Osvaldo, a quien conoces desde sus nueve años, porque su mamá era empleada en tu casa. ¿Sigue trabajando con ustedes?

-No, se fue hace 10 años a Paraguay, porque su otra hija había tenido un bebé y la necesitaba. Se fue a ayudar a criar al nieto, y ahora vive en España. Está bien, y Osvaldo y yo siempre le hablamos, por supuesto.

-¿Lo adoptaste legalmente?

-No, no hicimos los papeles legales. Pero es un hijo más. Nosotros tenemos cuatro hijos.

-Hace más de veinte años que estás con Romina, ¿cómo se sostiene la relación?

-Venimos de senos familiares de mucho amor. Y ese amor de familia es la energía más potente y más saludable, más curadora, más alegre y más vital que puede haber. Fuimos tras ese sueño con mi compañera y pudimos conformar la familia que tenemos. La construcción de una familia es un camino de mucha entrega, de mucha paciencia, de mucho contrato, de mucho diálogo, de mucha disertación, de muchas cosas que hay que negociar, y siempre con el mismo fin con el que se gestó. Primero tuvimos hijas prestadas, que eran las mías, después tuvimos un hijo adoptado y más tarde un hijo juntos. Todo eso sucedió porque el amor es muy potente y la construcción de familia que tenemos en la cabeza es muy clara y muy consciente de lo que queremos y por qué lo queremos. Se lucha por eso, en la diaria. Echamos raíces fuertes también con nuestros padres, hermanos, tíos, primos. Es una energía única, de cuidado, de protección, de burbuja de amor, de alegría, de debate.

Mariano Iúdica vuelve a Polémica en el bar y asegura que, si hay temas picantes, les dará la bienvenida

-Y cuándo hay crisis, ¿cómo la solucionan?

-Como podemos (risas). Las crisis van cambiando… Una cosa son las crisis a los 20, a los 30, a los 40 y ahora que tenemos 50. Uno va cambiando, y también los humores, las hormonas. Te pones mañoso, los chicos vienen a romper tu forma y te encontrás diciendo palabras que tu papá te decía a vos y lo querías matar.

-¿Vas a hacer teatro este verano?

-No lo sé todavía. Me gustaría seguir con Polémica… Los veranos son muy ricos en cuanto a actualidad política… Vamos a ver. Fueron meses movidos con el proyecto de Telefe y este de América. Por suerte tengo a mi esposa, que es una fiera y acompaña y aconseja; a mis hijos y también a mi terapeuta, Marta Scriminaci, que es un párrafo aparte.

-¿Por qué?

-Porque hace veinte años que soy su paciente. Además, es coach empresarial, entonces hay un montón de alternativas que me ayudaron a tener mejores relaciones con mis socios, mejores negocios. Ha sido muy importante para mí, no solamente en la parte psicológica, como padre, como pareja, como hermano, como hijo. Con ella hice hace diez años todas las cosas que se pusieron de moda ahora: registros akáshicos, constelaciones. Es muy avanzada.

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