PARÍS (Enviado especial).- “Roland Garros no tiene que tapar lo bueno que fue pasando en estas últimas giras”. El que lo sentencia es Mariano Navone, el argentino que más lejos llegó en este Abierto francés ingrato para las raquetas nacionales. Es la primera vez desde 2016 que ningún singlista argentino avanza a la cuarta ronda en el Bois de Boulogne. Una de las razones, según el nuevejuliense, es el emparejamiento en la velocidad de las superficie, un proceso de cambio que se puso en marcha hace varios años.
“Me parece que es una exigencia desmedida”, le respondió Navone a LA NACION, en el Interview Room 3 de Roland Garros, al escuchar una consulta sobre el dato estadístico. Y amplió: “El circuito está muy parejo. Hoy casi todos los jugadores a nivel mundial, con la homogeneidad que hay en las superficies, están jugando cada vez mejor en polvo de ladrillo. Cada partido es difícil, se vio acá, que hay jugadores de la qualy en la tercera ronda [Filip Misolic, por ejemplo]. Hay jugadores como (Alexandr) Bublik, al que no le gustaba jugar en polvo, en tercera ronda. Está muy peligroso para cualquier lado”.
“Los chicos venían de giras positivas, Seba (Báez) la rompió en la gira de Sudamérica, Fran (Cerúndolo) la viene rompiendo. Me parece que Roland Garros no tiene que tapar lo bueno que fue pasando en estas últimas giras, con muchos resultados positivos. Por ahí Tommy (Etcheverry) y yo nos fuimos un poquito para atrás. Hoy es un sabor amargo, pero hay que entender que no es normal que todos los años tengas un argentino en octavos de final, en cuartos de final, luchando los mejores lugares…. Es un lugar muy difícil para llegar. Yo estuve en tercera ronda, otros llegaron a segunda por primera vez y Fran, Tommy, Seba, Come (Francisco Comesaña) o todos los chicos van a tener más oportunidades. Capaz que el año que viene hay tres en cuartos de final y este pensamiento quedó olvidado”, amplió Navone, tras perder con Lorenzo Musetti, el octavo preclasificado, por 4-6, 6-4, 6-3 y 6-2, en 3h25m.
A propósito del paso de los argentinos por París, también dio su mirada Juan Manuel Cerúndolo, que superó la clasificación, ganó un partido por primera vez en Roland Garros y llegó a la segunda ronda: “Hay muchos jugadores de nuestra camada, un montón que están metidos en el top 100. Por ahí se estaba acostumbrado a la Legión, que eran todos top ten y eso no es sencillo; fue algo impresionante lo que hicieron. Este año cada caso fue distinto, no me gusta hablar por nadie, es una lástima lo que pasó, pero es lo que se da. Creo que tampoco está mal el tenis argentino, pero si lo comparás con la Legión, no es lo mismo. El desarrollo de nuestra camada fue buena. Después, lo que hacía Del Potro parecía normal, pero no lo fue. Pero, ¿cuántos Del Potro hay? Hay un Del Potro, un Coria, un Nalbandian. Ellos fueron muy buenos. Por ahí la gente lo normaliza, pero no todos los días van a salir un Del Potro, Nalbandian y Coria”.
Al margen de ello, hay un hecho concreto: las superficies se equilibraron. Y eso hizo que ya no existieran los especialistas o expertos que, prácticamente, no perdían en sus superficies preferidas y no podían competir con éxito al salir de su zona de confort. “Es una cuestión que se ve en el año –continuó Mariano Navone–. Por ahí el césped es la que quedó un poco más diferente, aunque están mucho más lentas. Me parece que todos los jugadores… y en las federaciones ha habido un desarrollo muy grande para que los jugadores lleguen a jugar mejor en todas las superficies. Los yankees, por ejemplo, tienen torneos en polvo, hay muchas cosas que sumaron y cada partido es una lucha. Antes los españoles jugaban mejor en polvo, pero hoy hay millones de españoles jugando muy bien en cemento y no tanto en polvo. Ha cambiado, ha mutado el circuito. Nosotros nos adaptamos también. No hace tanto que Fran ganó un torneo en césped [fue en el ATP de Eastbourne, en 2023]”.
El circuito parece ser cada mes más exigente. “Mantenerse no es fácil –opinó Navone–. Hay una decisión por parte de la ATP de que haya menos torneos por semana, entonces uno juega los torneos más grandes y todos los cuadros son más difíciles, te enfrentás con jugadores duros en las primeras rondas; sube tu nivel también, está bueno”. Y prosiguió en esa línea: “El año pasado hice muy bien las cosas, sobre todo de enero a mayo. Después tuve una etapa de mucho aprendizaje que me hizo mejor jugador. El tenis está cada vez más competitivo; eso está clarísimo. Pero el año pasado era una época en la que no defendía puntos; sumaba, sumaba y sumaba. Hoy, sumar puntos me cuesta más porque es en una gira en la que no tenía muchos puntos. Implosionó todo después de Río (en febrero), que perdí en octavos de final y defendía final. Venía una bomba difícil, que si no jugaba bien estaba más cerca de quedar en el (puesto) 120 que en el 100; hoy quedaré 80 y pico, 90. Es lo más difícil mantenerse. Es un proceso mental que tengo que hacer del lugar al que pertenezco. Muchas cosas fueron finas: en muchos partidos de la gira saqué para partido y no los gané. Los puntos, las victorias están ahí. El ranking te pone en el lugar que te tiene que poner”.