El empresario y conductor Mario Pergolini se refirió este domingo al debate que se originó a partir de la entrega por parte de la AFA -liderada por Claudio “Chiqui” Tapia- de un trofeo a Rosario Central por haber quedado en la primera posición de la tabla anual. En Comunidad de Negocios (LN+), ciclo conducido por José Del Rio, evaluó que el clima dentro del fútbol argentino se enrareció al punto de convertirse en “las inferiores de la política”.
“El equipo [Rosario Central] venía todo bien, con gente que se quiere. Y le entregaron un premio a oscuras, algo extraño. No es claro, no es nada”, opinó Pergolini y agregó: «Y otra cosa que asusta también es el silencio de la dirigencia en Boca o River, que son los grandes. Hoy el fútbol son las inferiores de la política argentina. Arreglemos esto y vamos a tener una buena escuela para cuando asciendan a la otra política”.
También se pronunció respecto de Pablo Toviggino, tesorero de la AFA y mano derecha de Tapia, quien utiliza sus redes sociales para responder a agravios y/o críticas por parte de otros dirigentes: “Tuitea a cielo abierto, patotea públicamente dando a entender que tiene poder. Es el mismo caso que [Javier] Milei cuando revolea contra un artista o periodista. Uno se pregunta por qué no miden la fuerza. Los dirigentes no salen a repudiar esto. Y está empezando a haber un quiebre, en el fútbol sobretodo. Ponele que con [Sebastián] Verón a la cabeza”.
En calidad de exvicepresidente de Boca, se animó además a hablar sobre el presente del club Xeneize, que pasa por una buena racha de victorias, tras un mal año deportivo. “Hoy todo depende de si la pelota entra o no entra. Ahora que entra, hasta yo estoy contento. Pero no hay que olvidarse de que no se venía ganando. Hay muchas cosas para hacer que esta dirigencia no está haciendo”, advirtió, con un dardo a la gestión Riquelme.
Más adelante en la entrevista, Pergolini aportó su visión sobre el escenario político actual, con un resultado de los comicios de octubre que “nadie supo leer”, un Milei que no intenta “prender fuego” y una oposición que no existe.
“Creo que fue sorprendente para todos. Es indudable que es difícil leer a la sociedad. Pero ahora se le complicó tanto a los políticos como las encuestadoras, a los serios y los no serios. No están leyendo bien a la sociedad o se está haciendo con herramientas equivocadas”, dijo respecto de la inesperada victoria del oficialismo.
Admitió sentirse “contento” porque el líder de La Libertad Avanza (LLA), en su festejo, no haya “avivado las llamas” de la grieta. “Descomprime bastante”, destacó. Y completó con una diagnóstico en relación a la figura de los espacios opositores al gobierno actual: “Indudablemente no hay una oposición. La hubo hasta hace poco tiempo. Cuando perdieron, parecía que era el último aliento que tenían”.
Sin despegarse de su análisis de la coyuntura actual, el conductor de Otro Día Perdido consideró que el foco a nivel político debería estar puesto en el “grave problema” de la educación: «Uno de cada tres pibes no entienden lo que están leyendo. No comprender texto es haber perdido años de alfabetización. Hay que frenar un poco ciertas discusiones. No todo es economía. Hay que entender que hay también otras prioridades como la educación”.
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