Los aliados de Ucrania comenzaron a planificar un nuevo paquete de sanciones internacionales contra Rusia con el objetivo de aumentar la presión sobre el presidente Vladimir Putin y buscar un cese de hostilidades en el conflicto. La iniciativa fue anunciada por el primer ministro canadiense, Mark Carney, en una conferencia de prensa televisada.
“El señor Putin es la causa de esta guerra. Él es el motivo de las matanzas. No va a dictar los términos de la paz”, declaró Carney el viernes al presentar la propuesta de sanciones, enmarcada en una estrategia coordinada entre los socios internacionales de Ucrania.
El premier explicó que el paquete busca reforzar la presión económica sobre Moscú y apoyar los reclamos de soberanía y seguridad en la región. “Los aliados ya están preparando otro paquete de sanciones, y las restricciones existentes ya están teniendo un impacto y deberían continuar”, afirmó.
Durante su visita a Kiev, realizada en los últimos días de agosto, el primer ministro canadiense discutió junto al presidente Volodímir Zelensky las garantías de seguridad que Ucrania espera consolidar con apoyo de sus socios occidentales. En ese encuentro, Carney expresó la urgencia de detener la ofensiva rusa. “Necesitamos un alto el fuego”, dijo, y añadió: “Es necesario para detener la matanza”.
La Unión Europea ratificó su decisión de poner fin a las importaciones de petróleo ruso para 2028
La Unión Europea mantiene su decisión de eliminar gradualmente las importaciones de petróleo ruso para 2028, según afirmó el comisario energético del bloque, Dan Jorgensen, a Reuters.
Pese a las presiones externas y el debate interno en algunos países miembros, la determinación europea se sostiene. Jorgensen aclaró que no ha recibido solicitudes directas de Estados Unidos para adelantar el plazo, aunque valoró cualquier apoyo a la iniciativa por parte de Washington.
La prioridad, explicó el funcionario, es impedir que los recursos energéticos europeos continúen financiando, aunque sea indirectamente, la maquinaria bélica rusa. Este objetivo resulta esencial para la seguridad y coherencia política del bloque.
El conflicto en Ucrania y la reacción mundial ante la participación de Moscú colocaron en primer plano la dependencia europea de la energía rusa.
Un funcionario de la Casa Blanca pidió a los líderes europeos detener la compra de crudo ruso, sin fijar fecha concreta. Paralelamente, la Unión Europea negocia una legislación vinculante que establece el corte progresivo de importaciones de petróleo y gas ruso, con fecha límite al 1 de enero de 2028.
Los ingresos por exportaciones energéticas rusas siguen siendo un pilar clave para la economía de ese país. Europa proyecta reducir su compra de gas ruso hasta el 13% de su demanda total este año, un descenso relevante desde el 45% previo a la invasión a Ucrania en 2022, según datos oficiales europeos.
Sin embargo, naciones como Hungría y Eslovaquia continúan importando crudo y gas ruso por el oleoducto Druzhba, con envíos diarios estimados entre 200.000 y 250.000 barriles, equivalentes aproximadamente al 3% de la demanda total de petróleo del bloque, reveló Reuters.
Esta resistencia se justifica en el temor a alzas de precios y riesgo de desabastecimiento energético. Eslovaquia destaca la importancia de contar con fuentes confiables, independientemente de su procedencia, y su primer ministro ha evitado referirse a presiones estadounidenses.
Jorgensen indicó que existen conversaciones directas para escuchar sus preocupaciones, pero el proceso de salida no depende solo de su apoyo. El funcionario evitó precisar si la Comisión Europea ofrecerá incentivos económicos o garantías legales adicionales a estos países para asegurar su adhesión.
Además, se contemplan medidas específicas para rutas como el gasoducto TurkStream, que conecta Rusia y Turquía y posteriormente abastece a Bulgaria. La regla general será presumir que el gas que ingresa por ese sistema es de origen ruso y no estrictamente de tránsito.
(Con información de Reuters y EFE)