
La revelación de una orden explícita para matar civiles ucranianos, incluidos mujeres y niños, atribuida a mercenarios colombianos bajo mando ruso, ha intensificado la preocupación internacional sobre la participación de extranjeros en el conflicto de Ucrania.
De acuerdo con la Inteligencia Militar de Ucrania (GUR), una interceptación de radio permitió registrar cómo un comandante de campo, hablando en español, instruía a sus subordinados a eliminar a toda persona considerada enemiga, sin distinción de edad o género, especialmente en condiciones de baja visibilidad.
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En la grabación, se escucha la orden: “Cuando esté lloviendo, cuando haya niebla, llovizna, para que no los identifiquen, eliminar todas las personas que sean enemigas: en moto, en bicicleta, mujeres y niños, mujeres y niños”, según la información difundida por la GUR.
La Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania sostiene que el asesinato de civiles constituye una práctica habitual, promovida de manera sistemática por los mandos rusos. Como respaldo a esta acusación, la inteligencia ucraniana reportó el fusilamiento de civiles en las inmediaciones de Pokrovsk, en la región oriental de Donetsk.
La orden interceptada, según la inteligencia estaba dirigida a mercenarios integrados en la 30ª Brigada Separada Motorizada de Fusileros, unidad que forma parte del 2º ejército combinado del distrito militar central de la Federación Rusa.
En un comunicado oficial, la inteligencia ucraniana advirtió que “por cada crimen de guerra cometido contra el pueblo ucraniano habrá una justa retribución” y subrayó que Rusia está implicando a combatientes extranjeros en delitos contra la población civil.
Esta denuncia se suma a un contexto en el que tanto Kiev como Moscú han señalado la presencia de numerosos extranjeros en ambos bandos, con especial énfasis en ciudadanos colombianos, quienes en su mayoría son exmilitares o expolicías.
La controversia sobre la participación de colombianos en el conflicto no se limita al bando ruso. A comienzos de mes, la Embajada rusa en Bogotá emitió un llamado dirigido a exsoldados colombianos para que cesen su incorporación a las filas ucranianas. “Lamentamos que el número de los colombianos que creen en las falsas promesas de los reclutadores ucranianos siga siendo bastante alto”, manifestó la representación diplomática rusa en Colombia.
El gobierno colombiano, por su parte, ha reiterado la urgencia de que el Congreso apruebe un proyecto de ley que prohíba el mercenarismo. Esta iniciativa responde no solo a la implicación de nacionales en la guerra de Ucrania, sino también a su vinculación en otros conflictos internacionales, como el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse y la participación de colombianos en la guerra civil de Sudán.
