En su primer partido del año como local, y en el que acaso haya sido su penúltima función oficial en suelo argentino, Lionel Messi volvió a sentir el calor incondicional de las tribunas. Pero la noche no terminó de ser completa. Esta vez no hubo magia desbordante ni goles para el recuerdo, pero sí quedaron destellos: pinceladas de su zurda, trazos sueltos, momentos que aún lo distinguen del resto incluso cuando no luce en plenitud. Repartió varias asistencias de gol, porque todavía ve lo que otros no. Se pudo ver una nueva versión de Messi: el de las apariciones esporádicas -aunque decisivas-, menos eléctrico pero más cerebral, más de pausa que da vértigo. El que ya no arranca en mitad de cancha para dejar rivales en el camino, pero sí puede romper defensas con un pase quirúrgico, con una genialidad. El que juega a otro ritmo, con otros tiempos, el que elige cuándo y cómo intervenir.
En apenas tres días debutará en el Mundial de Clubes con Inter Miami, un torneo inédito tanto para él como para su equipo. Pero hasta aquí, su cabeza estuvo en la selección. Y esta doble fecha no lo encontró en su mejor forma: ingresó desde el banco ante Chile y fue titular frente a Colombia, aunque salió llamativamente en el segundo tiempo, cuando todavía quedaba mucho por jugar. Se fue caminando, sin molestias visibles, pero claramente frustrado con el resultado.
Se sabía que Colombia no iba a ofrecer concesiones. Ni a la Argentina en general ni a a Messi en particular. Era una prueba exigente para la selección, más allá de que el equipo de Néstor Lorenzo llegaba con cinco partidos sin victorias. Scaloni lo había advertido en la previa: los cafeteros iban a poner las cosas complicadas. Y cumplieron. En ese contexto, Messi participó de a poco, sin ser tan decisivo como de costumbre, pero siempre encontrando alguna jugada diferente. Su salida pareció más una decisión consensuada que una consecuencia del partido. Se fue cuando más estaba pesando, cuando su claridad empezaba a imponerse.
Tuvo vaivenes, Messi. Arrancó enchufado, metido en el ritmo del partido, con una gran pared en el área con Thiago Almada que derivó en una chance clara. Con el correr de los minutos se notó que le costaba acomodarse al ritmo físico del rival. Perdió algunas pelotas que en otro momento resolvía con facilidad y se lo vio fastidioso, meneando la cabeza cuando las cosas no le salían. Pero también, como tantas otras veces, volvió a encenderse de golpe: en un tiro libre rápido al estilo Maradona-Caniggia en el 94, habilitó a Nico González, que reventó las manos del arquero. En el rebote, Enzo Fernández tuvo el gol, pero la tiró afuera. Luego, sorprendió con otro tiro libre que buscó el palo más lejano, cuando todos esperaban un centro. El arquero la desvió y otra vez Nico reventó el palo. En su última acción de la noche, asistió de manera brillante a Julián Álvarez, que no pudo meter el empate.
💥 Tiro libre de Leo Messi y Nico González agarró el rebote y estalló el palo ⚽️ Se pierde el empate el equipo de Scaloni
67′ | 🇦🇷 Argentina 0 – 1 Colombia 🇨🇴
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Messi no jugaba un partido oficial en Argentina desde el 15 de octubre de 2024, contra Bolivia en el Monumental. Aquel día rompió una larga sequía sin goles ni minutos en el país. Esta vez, aunque no estuvo en su máxima expresión, su inteligencia para leer el juego se impuso de todas formas. Le faltó, quizás, precisión en el toque final, mayor astucia para animarse a definir. En un par de ocasiones eligió tocar atrás antes que rematar, como si supiera que su mejor versión ya no pasa por la resolución personal sino por la asociación. Buscó el pase al compañero mejor ubicado, volvió a pedirla desmarcado, abrió el juego y organizó el ataque desde una zona menos congestionada.
Igual, fue el jugador argentino que más veces remató (tres intentos, ninguno al arco), y solo quedó detrás de Luis Díaz, la figura de la noche, que intentó cinco veces y convirtió un golazo.
Cuando salió, no hubo gestos de dolor ni quejas. Solo cierta bronca por un empate que no parecía estar en sus planes. Ante Chile, había estado disponible, pero Scaloni prefirió guardarlo para el segundo tiempo. Frente a Colombia, fue al revés: jugó 77 minutos.
¿Qué se dijeron Leo Messi y James Rodríguez? 😠 Se puso picante el partido
70′ | 🇦🇷 Argentina 0 – 1 Colombia 🇨🇴
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Messi también mostró su carácter: tras la roja a Enzo Fernández, tuvo un cruce con James Rodríguez, quien había cuestionado el arbitraje en la final de la Copa América 2024; y al término del partido caminó hacia el círculo central para reclamarle algunos fallos al réferi Juan Gabriel Rodríguez, quien no tuvo decisiones polémicas.
En una de sus últimas funciones en casa, Messi no descolló pero dejó claras señales de su vigencia. En otra faceta de su juego, el tiempo, a veces cruel, dirá si alcanza para seguir apuntando a lo más alto.