¡FAlklore! Anfitriones: Mex Urtizberea (conducción, piano, guitarra) y Milo J (conducción, voz). Producción: M. Urtizberea, Nicolás Tolcachier y Fabiana Segovia. Músicos: Juan Ábalos (guitarra), Cacho García (bombo), Lautaro Fernández (guitarra), Matías Maldonado (bandoneón), Matías Romero (violín) y Santiago Alvarado (teclado). Invitados: Franco Luciani, Teresa Parodi, Cuti y Roberto Carabajal, Juan Quintero, Yami Safdie, Zaira, Néstor Garnica, Peteco Carabajal, Julián Kartún, Radamel, Maggie Cullen, Campedrinos, Agarrate Catalina, Flor Paz, Los Manseros Santiagueños Soledad, Nati Pastorutti y parejas de baile. Sala: Movistar Arena. Nuestra calificación: muy bueno.
Fa! es una idea que nació en la cabeza del músico, periodista, animador, actor y humorista Mex Urtizberea y que se empezó a concretar a finales de 2021 con un homenaje a Maradona -una suerte de prehistoria de la que participó gente del fútbol y algunos músicos-, y ya con su nombre definitivo en abril de 2022, en un nuevo aniversario de la guerra de Malvinas.
Se trata de una serie de encuentros en la propia casa de Urtizberea, a la que son invitados músicos, periodistas, artistas plásticos, historietistas, actores, escritores y gente de todos los rubros de la cultura y la política. En un hermoso y a la vez sencillo lugar que se abre con la más absoluta confianza, los invitados se reparten entre una mesa central de la cocina-comedor (los que conversan y salen luego en las ediciones) y un montón, muchos más, que dan vueltas libremente por todas partes, escuchan, conversan, se encuentran o reencuentran. Y todo concluye con una especie de concierto-zapada de la que participan el anfitrión desde el piano y todos quienes quieran sumarse, tocando, cantando o sencillamente haciendo coros, bailando o aplaudiendo. Todo eso, luego, se edita para un canal de YouTube que han mirado, sumando desde que todo comenzó, decenas de millones de personas. A eso se agregaron, desde 2023 las fiestas Fa!, que han pasado por muchas ediciones, ya con público presente, en espacios como C Art Media, el estadio Obras y hasta el Quilmes Rock. Y, desde el principio, todo concretado por una tríada que integran Mex como la cara visible, Nicolás Tolcachier y Fabiana Segovia, con la apoyatura de Pedro Saborido.
Después de un tiempo de Fa! nació ¡Falklore! Fue el cantante Milo J quien, tras haber participado de uno de esos encuentros, quedó fascinado con el formato y le sugirió a Mex hacer lo mismo pero dedicándose específicamente a la música nativista. Muy pronto la idea se concretó y allí estuvieron Soledad Pastorutti, Teresa Parodi, Juan Quintero, Peteco y Cuti Carabajal, el Chango Spasiuk, el Chaqueño Palavecino, Maggie Cullen, Julián Kartún, Campedrinos, Lito Vitale, por supuesto Milo J y varios más y el primer ¡Falklore! vio la luz el pasado 20 de junio, también por YouTube, después de muchas horas de grabación con asado y empanadas incluidos. De momento, todo eso -un video largo más algunos agregados posteriores- pueden verse por internet, y ya lo han hecho unas 20 millones de personas.
Y ahora, este extraño fenómeno que va entre el espectáculo y la reunión de amigos, entre la música y la tertulia, también tuvo su formato fiesta y llegó a un estadio enorme como el Movistar Arena que, dicho sea de paso, agotó sus entradas en muy pocas horas sin que el público ni siquiera supiera exactamente qué iba a suceder.
Es difícil analizar un fenómeno de esta naturaleza como si fuera un espectáculo, un recital o un concierto convencionales, más allá de que en buena medida lo sean. La escenografía es un fondo de casa campera y tres mesas largas, ocupadas en principio por quienes luego irán dando lugar a los artistas que van desfilando por la parte delantera del escenario. Hay una banda que respalda prácticamente todo lo que suena, a la que a ratos se suma en la guitarra el tucumano Juan Quintero como figura destacada.
Mex Urtizberea es el gran maestro de ceremonias. Es él quien arenga, entusiasma, festeja, estimula. Y aunque es probable que buena parte de lo que hace y dice esté ensayado, o al menos pautado, su oficio de actor hace sentir que todo es una improvisación, un grito de guerra como para que la alegría no decaiga en ningún momento; y vaya si lo logra. La multitud lo festeja, y como también hay miles de jóvenes muy jóvenes, están los seguidores de Milo J, quien le hace la segunda a Mex para invitar a los artistas, para hablar sobre sus talentos o para recordar anécdotas con el gran dueño de casa; y tiene, claro, su propia hinchada.
El desfile de instrumentistas y cantantes es variopinto y numeroso. Franco Luciani y Teresa Parodi comienzan la fiesta y ponen la vara muy alta. Pero en más de tres horas de encuentro pasarán el citado tucumano Quintero, Cuti y Roberto Carabajal, Yami Safdie, Julián Kartún, bailarines de una escuela de Morón, Néstor Garnica, Radamel, Maggie Cullen, Campedrinos, la murga uruguaya Agarrate Catalina, Los Manseros Santiagueños, Soledad y Natalia Pastorutti, para concluir en un coral cierre grupal. Por supuesto, con los momentos más altos de la mano de los artistas que conocen profundamente estos repertorios y dan cuenta de su talento y su historia.
Si hubiera que desmenuzar lo que sonó con todos estos artistas y en todo ese tiempo, con Urtizberea ubicado muchas veces en el piano o la guitarra eléctrica sumado a la banda y Milo J con su momento solista o compartiendo con alguno de los invitados, diríamos que la zamba y la chacarera ganaron por goleada, seguidos por el chamamé y por algunas “escapadas” hacia el rock nacional. Fue curiosa, por ejemplo, la versión de “Barro tal vez”, de Spinetta, por Cuti, Roberto y Juan Quintero. O que el sonido santiagueño quedó en el primer lugar por mucha distancia.
El sentido es la fiesta y se logró con creces. Un espíritu festivalero en el que no hubieran sumado mucho la vidala, la tonada o la milonga. Como tampoco el estrenar canciones; y por eso fue una larga lista de títulos “que sepamos todos” que permitió participar constantemente al coro del público de todas las generaciones: los más jóvenes en el campo de pie y los más grandes en las plateas bajas y altas que estuvieron colmadas hasta el último rincón.
Como broche, vale decir -y así se contó en el estadio- que sobre fin de mes aparecerá un “¡Falklore!” publicado en formato álbum, para las plataformas y para una edición de disco físico. Para cantar, festejar y bailar también en casa. Y sigan las palmitas.