El presidente argentino Javier Milei advirtió sobre las consecuencias que, a su juicio, el continuo respaldo al régimen de Nicolás Maduro podría acarrear para la estabilidad regional, al afirmar ante los representantes del Mercosur: «este peligro no puede seguir existiendo en el continente, o nos terminará arrastrando a todos consigo». La intervención del mandatario durante la cumbre del bloque regional en Foz do Iguazú, Brasil, estuvo marcada por un llamado a rechazar cualquier ambigüedad frente al chavismo y por el respaldo explícito a la estrategia impulsada desde Washington bajo la administración de Donald Trump. Según consignó el medio, Milei instó a los socios del Mercosur a endurecer su postura hacia Venezuela y reclamó cambios profundos en el funcionamiento del bloque.
De acuerdo con la plataforma de noticias, Milei describió al gobierno liderado por Nicolás Maduro como una «dictadura atroz e inhumana» y señaló el impacto político, humanitario y social que la crisis venezolana ha tenido tanto dentro del país caribeño como en el resto de la región. En línea con estas afirmaciones, destacó la actual suspensión de Venezuela del Mercosur por la violación del protocolo de Ushuaia y remarcó la importancia de tomar una posición clara y fortalecer “la presión” internacional para lograr una apertura democrática en ese país.
Durante su intervención ante los jefes de Estado y representantes del bloque, el presidente argentino subrayó la necesidad de que el Mercosur revierta lo que consideró una tendencia hacia el estancamiento institucional. Tal como reportó el medio, Milei sostuvo que la estructura del Mercosur presenta una burocracia excesiva y la ausencia de un auténtico mercado común, afirmando que “no hay mercado común, no hay comercio interno, y sí una burocracia”. Propuso avanzar hacia una mayor flexibilidad para los países miembros y abogó por reducir los costos económicos asociados a la integración regional.
Las declaraciones del mandatario incluyeron un reconocimiento abierto al accionar de Estados Unidos frente a la crisis venezolana bajo la presidencia de Donald Trump. Milei manifestó, según cita el medio: “La Argentina saluda la presión de los Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo venezolano. El tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado. Instamos a los demás a condenar este experimento autoritario”. Este posicionamiento buscó desmarcarse de lo que consideró enfoques ambiguos adoptados en otras ocasiones por el bloque sudamericano respecto al chavismo.
El encuentro en Foz do Iguazú también sirvió de escenario para que el jefe de Estado argentino analizara tendencias políticas recientes en Sudamérica. El medio detalló que Milei interpretó la victoria de José Antonio Kast en las elecciones de Chile como una señal de cambios profundos en la región, sugiriendo que el Mercosur debe adaptarse a estas nuevas realidades para evitar quedar rezagado y anclado en modelos que consideró superados en el plano internacional. En palabras reproducidas por la prensa, el mandatario afirmó que resulta esencial abandonar la inercia histórica y adaptar la estructura institucional del bloque sudamericano a los desafíos actuales, que incluyen no solo cuestiones comerciales, sino también la respuesta ante gobiernos que considera autoritarios.
Según publicó la plataforma informativa, el presidente argentino usó la expresión “moverse con viento de cola”, en contraste con “aferrarse al mástil del pasado”, para ilustrar el camino que, a su juicio, debería adoptar el Mercosur. Con este planteo, sugirió que el bloque enfrenta una coyuntura que exige reformas estructurales y posturas más definidas frente a temas sensibles, como la situación venezolana y el fortalecimiento de la democracia en la región.
El posicionamiento de Milei en la cumbre del Mercosur marcó un contraste respecto a administraciones anteriores, tanto en Argentina como en otros países sudamericanos, al enfatizar la necesidad de consolidar renovaciones institucionales en el bloque y elevar el tono frente a regímenes considerados como autoritarios. El medio especificó que sus declaraciones generaron un debate interno entre los Estados miembros sobre la conveniencia y el alcance de estas reformas, así como sobre las implicancias de adoptar una posición coordinada en materias de política exterior, derechos humanos y apertura comercial.
El debate promovido por Milei volvió a situar en el centro de discusión la actualidad y los retos del Mercosur, tanto en el plano interno—donde persisten discrepancias sobre el grado de integración y la vigencia del mercado común—como externo, en relación a su papel frente a otras potencias y bloques económicos internacionales. Las propuestas del mandatario argentino se insertaron en un contexto caracterizado por la necesidad de definir una nueva hoja de ruta para la región, luego de sucesivos cambios en los liderazgos políticos de los países que integran el bloque. Según detalló el medio, la intervención de Milei respondió al desafío de evitar el aislamiento del Mercosur y de incrementar su capacidad de respuesta ante los cambios globales y las expectativas de los propios ciudadanos sudamericanos.
El medio destacó también que Milei sostuvo que la flexibilidad dentro del bloque debe verse como una ventaja estratégica, no como un riesgo para la integración regional. Este enfoque, remarcó, permitiría a los países miembros negociar acuerdos bilaterales o multilaterales que resulten beneficiosos tanto en lo económico como en lo político, sin quedar condicionados por estructuras rígidas. Por último, la posición argentina expuesta en Foz do Iguazú insistió en la urgencia de que el Mercosur asuma liderazgo en la defensa de la democracia y los derechos humanos en Sudamérica, alertando sobre las consecuencias del mantenimiento de gobiernos que, según sus palabras, “podrían arrastrar a todo el continente”.
