
Millones de estadounidenses que adquieren cobertura médica a través de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), conocida como Obamacare, afrontan un escenario complejo: el costo mensual de sus primas podría más que duplicarse en 2026 si el Congreso no extiende los subsidios temporales implementados durante la pandemia.
El aumento, que se prevé en un 114% en promedio, coincide con la apertura del periodo de inscripción y se enmarca en el actual cierre parcial del gobierno federal, convirtiendo la salud en un tema clave de discusión política y social.
Los subsidios para las primas de los seguros de salud, aprobados en 2021 durante la pandemia de COVID-19, permitieron que la inscripción en los planes de la ACA llegara a casi 24 millones de personas, casi el doble que antes de la emergencia sanitaria. Sin embargo, estos incentivos económicos temporales expiran a fin de 2025 y quedan atados a las negociaciones para reabrir el gobierno estadounidense, cerrado desde el 1 de octubre.
Mientras demócratas insisten en que cualquier acuerdo para reanudar los servicios debe incluir la extensión de los subsidios, los republicanos sostienen que primero se debe restaurar el financiamiento federal y luego debatir el futuro de las ayudas para la salud.
Esta disputa mantiene en vilo a millones de estadounidenses, especialmente a residentes en estados como Florida, Texas y Georgia, donde Medicaid tiene cobertura limitada y muchas familias de bajos ingresos dependen directamente de los planes del ACA y sus créditos fiscales.
Impacto directo en el bolsillo
De acuerdo a la firma de investigación médica Kaiser Family Foundation (KFF), los asegurados verán incrementos significativos: “en promedio, los enrollees subsidiados pasarían de pagar 888 dólares al año a 1.904 dólares”, señala el informe citado por Reuters. A nivel mensual, los aumentos van desde cientos hasta más de mil dólares, dependiendo del ingreso familiar y la edad.
Así lo explicó Austin Jeha, de 24 años y residente en California: “mi nueva prima mensual pasará de 215 a 436 dólares. Necesito el seguro para poder acceder a consultas y tratamientos que me ayudan a controlar mi colitis ulcerosa. Los médicos me recuerdan que tengo un alto riesgo de cáncer de colon y no puedo permitirme quedarme sin cobertura”.

En el caso de Stacy Cox, empresaria en Utah, el costo familiar se dispara de 495 a 2.168 dólares al mes, un alza del 338%. “Es horroroso ver los números reales”, dijo a FOX News. Ante la falta de subsidios, su alternativa será un seguro de emergencia que no cubre cuidados preventivos ni tratamientos crónicos: “eso me produce mucho estrés porque sé que el seguro de emergencia no va a cubrir mis necesidades”.
Riesgos de deserción
La estimación es que siete millones de personas dejarán de comprar seguro médico si se eliminan los subsidios, y entre cuatro y cinco millones quedarán completamente sin cobertura. “Eso impactará de inmediato a familias que trabajan duro, incluso con más de un empleo, y no tienen seguro por parte de sus empleadores”, comentó Scott Darius, director de la organización Florida Voices for Health.
El impacto será mayor en aquellos cuyos ingresos superan el 400% de la línea de pobreza federal (unos 84.600 dólares anuales para una pareja). Según KFF, las primas para este grupo podrían ser cuatro veces más altas en 2026 si los créditos fiscales no se renuevan.

Timothy McCann, profesional de Nueva Jersey, ya calcula un incremento de 1.517 a 1.851 dólares en su prima mensual: “necesitamos visitas constantes, así que probablemente sigue siendo viable. Pero sigue siendo un gasto absurdo”, declaró. Sus gastos médicos sumaron 33.000 dólares este año.
Cynthia Cox, vicepresidenta de KFF, advirtió que “si alguien ve, al inscribirse, que su prima se ha duplicado y decide no continuar, el daño ya está hecho”.
El precio de los seguros también sube por factores como el aumento del costo hospitalario, mayor uso de medicamentos costosos y la salida de importantes aseguradoras, como Aetna (de CVS Health), del mercado ACA. Estas salidas provocaron un aumento promedio de precios del 26%.
Los expertos anticipan que incluso si se extienden los subsidios después del inicio de la inscripción, la deserción inmediata será difícil de revertir. “La cantidad que cobran los aseguradores está subiendo no solo por los costos médicos y farmacéuticos, sino también por la anticipación de que personas más sanas abandonarán los planes si desaparecen los créditos fiscales”, indicó el reporte de KFF.
