Minae Mizumura: de lo real a la palabra prodigiosa

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En una escena de Maridos y esposas, película que Woody Allen realizó en los tempranos años noventa, un profesor de literatura juega con una alumna a asociar nombres de escritores con tipos de comida. Cuando llega el turno de Dostoievski, él exclama: “¡Desayuno, almuerzo y cena!“. Recordé ese diálogo hace unos días, y me pregunté si, más allá del enorme autor ruso, el personaje de Allen no se estaría refiriendo a la novela moderna en general.

El recuerdo no fue casual: había terminado de leer Una novela real, de la escritora japonesa Minae Mizumura (Tokio,1951) y, con el libro aún abierto, respiré hondo. Acababa de regresar de un viaje descomunal. Belleza en la forma, inteligencia en la estructura, artificio de la novela clásica que arrastra al lector y le permite atravesar épocas, recorrer los más imprevistos territorios, temblar al unísono de cada minúsculo temblor que sacude a tal o cual de las criaturas que habitan el relato. Desayuno, almuerzo, cena.

Nacida en Japón, Mizumura vivió junto a su familia varios años en Estados Unidos. Como lo cuenta ella en el prólogo de Una novela real –y como también lo recordó Luisa Borovsky en una conferencia que brindó en Malba a fines del mes pasado– Mizumura siempre rechazó la cultura estadounidense, se resistió a la lengua inglesa y añoró un Japón que, en sentido estricto, nunca conoció y al que tampoco encontró al cabo de su experiencia norteamericana. En Mizumura no hay obsesión identitaria, pero sí un lamento por la pérdida de matices y el aplanamiento de discursos, estéticas e incluso experiencias como consecuencia de la occidentalización que atravesó su país durante buena parte del siglo XX.

En Mizumura no hay obsesión identitaria, pero sí un lamento por la pérdida de matices y el aplanamiento de discursos, estéticas e incluso experiencias como consecuencia de la occidentalización que atravesó su país durante buena parte del siglo XX

Parte de ese desgarro, Una novela real es “real” porque, sin renunciar a las técnicas de la ficción literaria, está inspirada en una historia verídica. Durante su estancia en Nueva York, Mizumura conoció a un tal Taro Azuma, migrante japonés empleado en la empresa donde trabajaba su padre y protagonista, podría decirse, del gran “sueño americano”. Arribado a Nueva York como simple chofer, con los años llegaría a amasar una descomunal fortuna. Pero no solo eso: nacido en la pobreza e hijo de padre desconocido, en Japón Taro había vivido una tormentosa historia de amor con una joven de clase acomodada. Hasta aquí, unos hechos que Mizumura, mal que le pesara, asoció con una de las tantas traducciones de novelas occidentales que había leído en su infancia: Cumbres borrascosas. Complejo, enigmático, temperamental y escindido entre el odio y el amor, Taro era Heathcliff. Y Yoko, su amor imposible, una muchacha vulnerable, algo inestable y por momentos cruel, bien podría ser una suerte de Catherine.

Los ecos de Brontë están allí (tanto como, según apuntara Borovsky, los de clásicos japoneses como Genji Monogatari y Konjiki Yasha). Pero Mizumura escribe su propia, real, novela. Al hacerlo, recorre décadas de historia de Japón, desde la miseria de la posguerra hasta la euforia económica de los años 70 y 80; desde el crecimiento exponencial de Tokio a los cambios en entornos agrestes como los de la región de Karuizawa. (“Dicen que los japoneses se volvieron materialmente ricos y espiritualmente pobres”, le hará decir, sin concesiones, al Taro Azuma ficcional).

En Una novela real, urbe y naturaleza son tan protagonistas como la abigarrada trama de personajes que la autora teje entre Taro y Yoko. Mezquindades, bondad, contradicciones, destino: a través de la traducción de Mónica Kogiso, la escritura tersa de Mizumura compone todos los colores del drama humano. La edición de Adriana Hidalgo suma delicadeza: Árboles enamorados, de Marcelo Pombo, en tapa; un glosario de términos japoneses y las fotos de Toyota Horiguchi como testimonio del pulso que, desde lo real, hizo florecer una palabra prodigiosa.

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