MindsEye: el director Leslie Benzies insiste en que su fracaso se debió a “sabotaje interno”

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MindsEye, de Build a Rocket Boy.

El fracaso de MindsEye, un título dirigido por Leslie Benzies y desarrollado por Build A Rocket Boy, ha generado una amarga disputa entre la dirección del estudio y sus empleados, quienes presentan versiones opuestas sobre las causas del desastre.

Leslie Benzies, figura clave detrás del éxito de GTA y fundador de Build A Rocket Boy, acusa públicamente a “saboteadores” dentro de su propio equipo por el bajo desempeño del juego. No obstante, tanto antiguos como actuales desarrolladores identifican como causa principal la falta de liderazgo y la gestión caótica encabezada por Benzies.

Acusaciones de sabotaje y despidos dentro del estudio

Durante una reunión interna realizada en julio, poco después del lanzamiento y la mala recepción crítica de MindsEye, Leslie Benzies expresó su indignación ante toda la plantilla. Aseguró que “saboteadores” y factores “internos y externos” frustraron el debut del juego, llegando a afirmar: “Me parece repugnante que alguien pueda sentarse entre nosotros, comportarse así y seguir trabajando aquí”. Esta intervención se produjo solo una semana después de que la compañía anunciara despidos significativos.

No es la primera vez que la dirección atribuye la avalancha de críticas a campañas malintencionadas. El co-CEO Mark Gerhard insinuó que “toda la gente que reaccionó negativamente fue financiada por alguien”, sugiriendo la posibilidad de una conspiración para perjudicar el proyecto. Por su parte, la editora IO Interactive progresivamente ha optado por distanciarse tanto del juego como del estudio tras estos conflictos.

Mindseye

Desacuerdo entre la directiva y los empleados

Las acusaciones de sabotaje han generado sorpresa y desaprobación en buena parte del equipo de Build A Rocket Boy. Ex empleados describen un entorno caracterizado por la falta de una dirección clara: “Leslie nunca decidió qué juego quería crear. No había una dirección coherente”. Esta ausencia de visión habría dejado desorientados a diseñadores, programadores y responsables de arte durante toda la producción.

El testimonio de ex empleados destaca un estilo de microgestión en el que cualquier tarea relacionada con los llamados “Leslie tickets”—arreglos personales identificados por Benzies—tenía máxima prioridad, relegando el resto del trabajo: “No importaba lo que estuvieras haciendo, el Leslie ticket había que resolverlo”. Además, los problemas reportados por otros empleados rara vez recibían respuesta o eran ignorados, lo que contribuyó a un ambiente de frustración.

Casos de otros empleados también denuncian la cultura de menosprecio en las reuniones, donde aquellos que señalaban errores o proponían cambios eran blanco de burlas o, en el mejor de los casos, ignorados. Estas situaciones llevaron a que decenas de desarrolladores firmaran una carta abierta contra los directivos, acusándolos de “desprecio y maltrato sostenido”.

El efecto del ‘crunch’ y la falta de resultados tangibles

Al margen del conflicto entre la dirección y el equipo, los hechos colocan a MindsEye como uno de los mayores fracasos comerciales y críticos de 2025. Con un presupuesto considerablemente alto, la participación de Alex Hernandez como protagonista y una campaña de marketing ambiciosa, se esperaba que el juego compitiera con las grandes producciones del género de acción AAA. Sin embargo, la versión final presentó serios problemas de rendimiento tanto en consolas como en PC, y recibió muchas críticas negativas debido a su falta de cohesión y errores persistentes.

La presión de un ciclo de desarrollo prolongado e incierto se agravó con una cultura de “crunch”: largas jornadas laborales y fines de semana trabajados en los meses previos al lanzamiento que, según ex empleados, no lograron solucionar errores clave ni mejorar la experiencia del usuario. El malestar se extendió entre el equipo, que encaró la salida al mercado con escepticismo, conscientes de las fallas técnicas y narrativas señaladas posteriormente por los especialistas.

El resultado fue más allá del fracaso comercial: Build A Rocket Boy enfrenta despidos significativos y una crisis de reputación, mientras que su relación con IO Interactive se encuentra en una situación frágil. Por el momento, la dirección ha declarado estar “profundamente entristecida” por la situación y ha asumido cierta responsabilidad en comentarios recientes.

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