El ministro de Salud de Brasil, Alexandre Padilha, finalmente ha decidido no viajar a Nueva York, donde pretendía acudir a la reunión de la Asamblea General de la ONU, después de que las autoridades estadounidenses le impusieran restricciones de movimiento para no salir más a allá de cinco manzanas del lugar en el que se hospedara.
«Debido a estas limitaciones infundadas y arbitrarias a la actividad diplomática brasileña, el ministro Alexandre Padilha ha decidido no participar de las actividades a las que fue invitado y permanecer en Brasil», ha indicado el ministerio de Salud brasileño en un comunicado.
El mes pasado, la Administración Trump revocó los visados de Padilha –si bien no salió afectado directamente porque ya había caducado en 2024–, así como los de su mujer y su hija de 10 años, como parte de una serie de restricciones más amplias impuestas a funcionarios del programa del Gobierno brasileño Más Médicos.
Para la posible visita a la octogésima Asamblea General de Naciones Unidas, la Administración Trump finalmente le concedió el visado para ingresar en el país, pero con grandes limitaciones de movimientos. Igualmente, todas las personas que le acompañaran debían someterse a las mismas reglas.
«La decisión viola el Acuerdo de Sede de la ONU y el derecho de Brasil a presentar sus propuestas en el foro de salud global más importante de las Américas. El país es un líder mundial en salud pública y un destacado defensor de las vacunas, la ciencia y la vida», reza la nota del Ministerio.
Asimismo, acusan al Gobierno de Estados Unidos de castigar a Brasil por «lo que representa» en «la lucha contra el negacionismo» y en contra de los «retrocesos en materia de salud que enfrenta la población estadounidense».
El presidente estadounidense ha tomado decisiones similares hacia otras altos funcionarios brasileños, como el juez Alexandre de Moraes, en respuesta al juicio por golpe de Estado que condenó al expresidente Bolsonaro a 27 años de cárcel.