ABU DHABI.- No podía contener el llanto dentro del casco. Lando Norris abrió la visera y se quitó las lágrimas para no chocar en esos últimos metros mientras se preparaba para estacionar su McLaren en la zona de festejos. Era, por fin, campeón del mundo. Había acabado tercero cumpliendo a fondo la misión de cerrar el podio y con ello evitar que el gran ganador de la carrera, el campeón saliente, Max Verstappen, se coronase por quinta vez. Su ventaja era de dos puntos, lo suficiente.
Incluso su compañero Oscar Piastri, terminando segundo, había hecho todo lo posible para ganar pero Max resultó inalcanzable y por ello, el australiano con rostro de esfinge, se resignaba y lo abrazó en esa interminable serie de apretones mezclados con risas, llantos y respiraciones entrecortadas que fue todo el entorno del equipo McLaren.
Los fuegos artificiales llenaban de colores y sonidos la noche de Abu Dhabi. Lloraba su madre Cisca, la que lo mimó quizás demasiado en su infancia, lo abrazaba Zak Brown su patrón y, muy especialmente emocionado su team principal, el italiano Andrea Stella. También fue caluroso el saludo de sus colegas y amigos, Carlos Sainz y George Russell. El joven Norris, ganador de siete carreras (contra 8 de Verstappen esta temporada), no tiene (y quizás jamás tendrá) esa aureola de ser el mejor o invencible que posee Max, pero sí es un tipo querido.
Adiós al mote
El “debilucho” Lando, el pibe del que muchos dudaban por haber dado en el año muestras de no soportar la presión, no cometió un solo error en las 58 vueltas ciñéndose al plan de acabar tercero, venciendo a cualquier tentación de acelerar mucho. Podía hacerlo, habría tenido ritmo para salir a ganar pero ni discutió la cabeza de la carrera con Max en la primera curva y en cuanto Oscar le lanzó un ataque por afuera en la primera vuelta, lo dejó pasar. Antes de comenzar había dicho que era él, de los tres candidatos, Max, Oscar y él, el que tenía más para perder.
Solo hubo un momento de duda cuando tomó un riesgo innecesario al adelantar por afuera de la pista al Red Bull del japonés Yuki Tsunoda cuando venía recuperando posiciones después de su parada en la vuelta 16 para pasar del calzado medio al duro. Yuki, ya despedido de Red Bull, queriendo ayudar a Verstappen, cambió dos veces de dirección para bloquear la maniobra de Lando, que tuvo que rodar más allá de las líneas demarcatorias. Los comisarios recargaron con cinco segundos al nipón. Norris era nuevamente tercero.
Superar la curva 1
El paddock y la grilla de salida era un pandemónium de invitados y VIPs que se empujaban para hacerse selfies. Había personajes del fútbol como Ronaldinho y Thierry Henry o del tenis como Jannik Sinner. Acaso fue una premonición que cuando se ejecutó el himno de los emiratos, Lando estuviese en posición central con Verstappen a su derecha y Piastri a su izquierda delante del trofeo del campeonato.
Formados en la grilla, la situación antes de la carrera era la siguiente:
Max, con 396 puntos se enfrentaba al compromiso dependiendo de lo que hiciesen sus dos rivales. Norris, con 408 puntos, terminando tercero era campeón aunque ganara el holandés. Piastri tenía que ganar y Lando acabar peor que sexto, para coronarse.
La esperanza de Max de que en la curva 1 Piastri o George Russell chocaran a Lando se esfumó muy pronto. Se esperaba que Max ralentizara mucho el ritmo de la carrera. Y lo hizo en la primera parte pero con Piastri segundo, esperando poder atacarlo, aunque tampoco podía exagerar. Por su parte, cada vez que Leclerc se aproximaba a menos de un segundo, Lando aceleraba y se acercaba a Piastri, a quien no pensaba atacar.
Estrategias copiadas
Así, iba a transcurrir una carrera lineal, sin sorpresas en los cuatro primeros lugares. McLaren arriesgó haciendo que Norris entrara prematuramente a cambiar neumáticos (vuelta 16) para protegerse de una parada anticipada de su seguidor, Charles Leclerc. Lando volvía a pista en la novena posición. Ahí se comprobó el ritmo del que era capaz y lo determinado que estaba, pasando casi sin demoras a Kimi Antonelli (Mercedes), Alex Albon (Williams), Tsunoda pero también a Carlos Sainz (Williams), y en maniobra doble a Lance Stroll y Liam Lawson.
Más adelante en la carrera, Leclerc se detuvo por segunda vez (vuelta 39) para montar neumáticos medios y entonces aprovechó McLaren, que vigilaba a Leclerc, para que Norris hiciera su segunda parada (vuelta 40) para pasar a duros.
La batalla de Piastri contra Verstappen también se iba a resolver por estrategia: el holandés cambiaba a neumáticos duros en la vuelta 23. Con caucho nuevo, alcanzó a Oscar y le adelantó. En ese momento, McLaren, con bastante tardanza, llamó a boxes en la vuelta 41 al australiano. ¿Por qué no haberlo entrado antes? ¿Lo habían sacrificado? Con una desventaja de 25 segundos cuando regresó a la pista, Piastri comenzó a descontar la diferencia pero no le iba a alcanzar, su ritmo no era lo suficientemente rápido, los medios iban perdiendo adherencia y los duros de Max aguantaban bien. Así, cualquier esperanza de ganar desapareció para él. Igualmente con su compañero tercero tampoco podría haberse coronado. Tras la carrera, Oscar declaraba: “No teníamos ritmo suficiente para ganarle a Max hoy. Lando ha hecho una buena temporada, se merece el campeonato.”
George Russell que por algún momento había parecido una amenaza acababa quinto, con una degradación alta en su juego de neumáticos duros. Al cabo de las 58 vueltas, Piastri quedaba a 12 segundos de Verstappen y Norris a 4 segundos de su compañero.
El duro final de Alpine
Por su parte, Gasly, que había sufrido una penalización de cinco segundos por rodar fuera de la pista, aventajaba en la 19ª posición a Colapinto por 7 segundos en la pista. Alpine le había cambiado el fondo de su coche al argentino sin penalizar. Franco, con ambos compuestos de neumáticos manteniendo el ritmo del francés tal como lo ha venido haciendo en las carreras en las que su coche estaba en buen estado, estaba contento de haber terminado el año y ya pensaba en 2026. En el “corralito” de la prensa declaraba:
“Fue un año no muy positivo, pero es parte del proceso y comenzar a trabajar para 2026. Volveré a Argentina unos días y luego habrá que laburar mucho”. Y completó: “Es un equipo que nunca se rindió pese a los malos resultados y esto es muy importante. Hay cosas por mejorar, pero gracias a Dios se terminó esta temporada”.

Franco descansará algunos días en Argentina y volverá a Inglaterra, al simulador para ir desarrollando el A526. Steve Nielsen, el team manager del equipo, declaraba el domingo por la mañana: “Estamos satisfechos con los avances que tenemos con el nuevo auto. Bastante conformes. Pero no sabemos qué han hecho nuestros rivales”.
La decoración del coche se verá en Barcelona el 23 de enero y el auto real estará en los entrenamientos a puertas cerradas de esa ciudad desde el 26 al 30 de enero próximos.
La noche se avanzaba en Abu Dhabi. En el hospitality de McLaren continuaban los abrazos un rato después del podio. Ya habían festejado el campeonato de constructores, pero nada representa mejor los esfuerzos realizados que personalizarlos en la figura de un piloto. Los puntos de constructores son orgullo y dinero. El trofeo de un campeón de carne y hueso, emoción y vida.
Verstappen le había dado un abrazo a Norris antes del champán y delante de la multitud que se congregó en la pista. Magnánimo, el cuatro veces campeón se solidarizaba: “Honestamente, no creía que fuese a perderlo (el campeonato). Hizo una temporada magnífica. Espero que lo disfrute con su familia. Uno nunca sabe cuántas veces ocurrirá lo mismo en la vida. Espero que tenga una gran fiesta esta noche”.
En la TV del corralito repetían la imagen del nuevo campeón mientras apenas podía articular dentro de su casco, desaparecida la adrenalina de la carrera, su primer agradecimiento: “Gracias muchachos, han hecho realidad mi sueño. Los quiero. Te quiero mamá, te quiero papá”.
