Misterio en Coghlan: con nuevos testigos, buscan reconstruir el vínculo entre la víctima y la familia del sospechoso

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La investigación por el asesinato de Diego Fernández Lima, ocurrido hace más de cuatro décadas, atraviesa una semana clave. Mañana están citados a declarar nuevos testigos que fueron compañeros de colegio del joven futbolista y del, por ahora, principal sospechoso, Norberto Cristian Graf. El objetivo del fiscal Martín López Perrando es reconstruir el vínculo entre ambos y determinar si la familia sabía que el cuerpo de Fernández Lima estaba enterrado en el fondo de su casa.

Fernández Lima tenía 16 años cuando desapareció, el 26 de julio de 1984. Jugaba al fútbol en Excursionistas y vivía en Villa Urquiza. Ese día fue hasta Coghlan, al domicilio de la familia Graf, en avenida Congreso 3742. Nunca volvió. Sus restos fueron encontrados el 20 de mayo pasado por obreros que trabajaban en una obra lindera, en el lote donde hasta hace poco había un chalet que había sido alquilado por el músico Gustavo Cerati a principios de siglo.

Los afiches de la época en la que desapareció Fernández Lima

El hallazgo de los restos óseos activó una investigación que quedó a cargo del fiscal López Perrando. Dada la antigüedad del crimen, se convocó al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que realizó una intervención arqueológica en el terreno. Los especialistas determinaron que el cuerpo había sido enterrado en una fosa de 60 centímetros de profundidad, 1,20 metros de largo y 60 centímetros de ancho, ubicada en el fondo del inmueble de Congreso 3742.

Los peritos del EAAF recolectaron 150 fragmentos óseos y elementos asociados, como una etiqueta de una prenda marca UFO, una media, cuero que podría haber sido parte de unas botas, un reloj calculadora y una corbata azul. A partir del perfil biológico, se estimó que los restos correspondían a un varón adolescente. La familia de Diego, que seguía las noticias del hallazgo, se comunicó con la fiscalía al reconocer el reloj y la corbata. Una muestra de sangre tomada a su madre, Bernabella Lima, de 87 años, permitió confirmar la identidad mediante un estudio genético.

El reloj y la corbata del colegio de Diego Fernández Lara, el chico de 16 años asesinado y enterrado en la casa de al lado de la que ocupó Gustavo Cerati

La investigación se centra ahora en determinar quién mató a Fernández Lima y cuál fue el móvil del crimen. Graf, que hoy tiene 58 años, vive con su esposa e hijos en la planta alta del chalet donde fue enterrado el cuerpo. En la planta baja reside su madre. Según fuentes judiciales, el fiscal intenta establecer si toda la familia sabía que había un cadáver en el fondo de la casa.

Para reconstruir el vínculo entre la víctima y el sospechoso, se tomaron declaraciones a varios excompañeros de la Escuela Nacional Técnica N.º 36, donde ambos cursaron hasta segundo año. Fernández Lima repitió, pero mantuvo el contacto con sus excompañeros. Los testigos coincidieron en que no eran amigos, pero compartían la afición por las motos. Graf fue definido como “muy callado” y “hoy sería considerado un nerd”.

Este lunes se sumarán nuevas declaraciones de otros compañeros de colegio, con el objetivo de profundizar en la dinámica entre ambos adolescentes y en el entorno familiar del sospechoso. Parte del equipo del fiscal López Perrando ya se presentó en el establecimiento educativo para revisar archivos y registros de alumnos.

Hermano del desaparecido

El caso también busca esclarecer si el crimen fue cometido por una sola persona o si hubo más involucrados. “El asesino, obviamente, es alguien que estuvo en la casa”, señalaron fuentes judiciales. La hipótesis principal es que Fernández Lima fue por su propia voluntad al domicilio de los Graf, y que allí ocurrió algo que derivó en su asesinato.

Los peritos del EAAF detectaron una lesión cortopunzante a la altura de la cuarta costilla derecha y otras lesiones en miembros superiores e inferiores, posiblemente provocadas por otro tipo de arma. El fiscal considera que hubo un intento de desmembramiento del cuerpo.

Una foto de la víctima

La difusión del caso se vio potenciada por el dato de que el hallazgo ocurrió en el terreno donde había vivido Gustavo Cerati. Esa coincidencia fue clave para que la familia de Diego prestara atención a las noticias y se comunicara con la fiscalía. “Fue una señal de alarma”, explicó Mariela Fumagalli, directora para la Argentina del EAAF.

Tras la confirmación de identidad, la familia Fernández Lima expresó una mezcla de dolor y alivio. Fueron 41 años de incertidumbre, de hipótesis sin respuestas, de silencios que se volvieron insoportables. La madre del joven, Bernabella Lima, accedió a realizarse la prueba genética con la esperanza de cerrar una etapa. El resultado fue concluyente. “Es una noticia triste, sin duda, pero es una certeza para la familia. Diego no pudo volver a su casa, pasó algo en el medio”, sostuvo Fumagalli. La familia ahora espera que la justicia determine qué ocurrió y quién fue responsable.

El frente de donde estaba la casa donde vivió Gustavo Cerati y donde se encontraron los restos del chico de 16 años

En paralelo, la fiscalía trabaja sobre una línea de investigación que apunta a un posible encubrimiento familiar. Graf vivía en la misma casa donde fue enterrado el cuerpo, y los investigadores intentan establecer si sus padres o algún otro integrante de la familia sabían lo que había ocurrido. “Estamos cerca de una prueba importante, un elemento clave que nos va a permitir saber si toda la familia Graf sabía lo que había en el fondo de la casa”, afirmaron fuentes del caso.

La hipótesis de encubrimiento no se limita a la omisión de denuncia. Se analiza si hubo colaboración activa para ocultar el cuerpo, manipular la escena o evitar que se descubriera el crimen. El hecho de que el cadáver haya permanecido enterrado durante más de cuatro décadas en una propiedad habitada refuerza las sospechas. La fiscalía considera que, de confirmarse esa participación, podría haber imputaciones por encubrimiento agravado o incluso por participación secundaria en el homicidio.

La causa se encuentra en una etapa decisiva. Las nuevas declaraciones podrían aportar datos relevantes sobre la relación entre Fernández Lima y Graf, y sobre el entorno en el que se produjo el crimen. El fiscal López Perrando busca establecer responsabilidades individuales y colectivas, y avanzar en la identificación del autor material del homicidio.

Cerati, un jardín en Coghlan y un asesinato que estuvo oculto cuatro décadas

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