Mora Fisz: el consejo de Ricardo Darín, la ayuda de Carla Peterson y el susto de un extra en pleno rodaje

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En pleno barrio de Palermo, mientras pasa un colectivo 59 y la ciudad atiende su ritmo de bocinas y pasos apurados, dos policías frenan a una chica, le sonríen y le piden una foto. Un tercero se acerca y se suma a la instantánea porque su mujer “es fanática del cómic y también de la serie”. La serie, El Eternauta. La chica, Mora Fisz.

La sonrisa de Mora es gigante, diáfana, absoluta. “Para mi es nuevo que la gente me reconozca en la calle”, explica sin esconder su propio asombro. Como en los buenos tiempos de las ficciones en la televisión, los actores de la producción audiovisual del momento se convirtieron en verdaderas celebrities del paisaje porteño. En una conversación extensa e íntima con LA NACION, Fisz se sincera sobre el desafío que representó la serie en su carrera, el consejo que le dieron los protagonistas y lo que espera de la segunda temporada.

Mora Fisz:

Un llamado inesperado

—¿Cómo te llegó la propuesta de formar parte de El Eternauta?

—En 2023 me fui a Europa por primera vez de mochilera, con una amiga. Venía de trabajar en Tierra incógnita, una serie de Disney+ y de estudiar producción y dirección audiovisual en el ISEC. Estaba en Múnich cuando me escriben por el casting. ¡Me volví loca, imagínate! Obviamente estaba al tanto de la novela gráfica y me parecía algo espectacular. ¡Hice el casting en la otra punta del mundo! Mi amiga, que no tenía idea de estas cosas me filmó y seguí mi viaje normal, me olvidé del tema. Una vez que volví a Buenos Aires, mi representante me dijo: “Che, te quieren ver en persona para esto”. Yo no sabía quiénes iban a estar en el elenco, ni quién iba a ser Juan Salvo. Me acuerdo el momento en el que me llamaron y me dijeron: “Quedaste para El Eternauta y tu papá es Darín”. ¡Estaba que no lo podía creer!

—¿Qué sentiste en ese momento?

—Estaba muy feliz porque para un actor no hay nada más lindo que estar trabajando con gente que uno admira. Obviamente también tuve un momento de sentirme un poco intimidada y pensé: “Che ¿voy a poder estar a la altura?“. Pero la verdad que eso se me pasó al toque, porque una vez que conocí a todo el elenco, me sentí siempre muy cómoda. Son todos actores muy grosos, que admiro profundamente y de los que aprendí mucho, porque tienen una calidad humana espectacular.

—Fueron muchas horas de rodaje ¿Cómo era el ambiente?

—Me sentí estupenda. La verdad que tenemos un vínculo re lindo todos los del elenco. Y fueron re generosos. Éramos varios los que estábamos arrancando en esto: Ori [Orianna Cárdenas], Aron [Park], todos somos medio nuevos. Entonces, esa diferencia está y los actores que tienen más trayectoria tuvieron siempre el gesto generoso de querer ayudarnos, tirarnos un consejo.

Mora Fisz:

El consejo de Ricardo Darín

—¿Qué te aconsejaron?

Hay un consejo particular que me dio Darín que puede sonar medio básico, pero que uno se olvida a veces, que es el tema de no olvidarse de escuchar al otro. A veces uno está pensando en los textos que tiene que decir y en decirlos bien en vez de escuchar lo que el otro tiene para decir. Y todo eso después se refleja en la pantalla.

—Eso fue un consejo actoral, ¿y a nivel humano?

—Con Andrea [Pietra], que la quiero muchísimo, hablamos mucho de la explosión de la serie y ella siempre me decía esto de mantener los pies sobre la tierra. Las cosas cambian todo el tiempo. Ahora está pasando esto, pero después uno hace otro proyecto y puede no pasar lo mismo. Así es el éxito, entonces hay que disfrutarlo y mantener los pies en la tierra, no creerse algo que no es. Con Carla Peterson también hablé mucho, ella es un amor y me dio consejos de moda y estilo. Antes de uno de los eventos le escribí: “¿Qué te vas a poner? Pues yo no sé qué ponerme” ¡Y ella, que es una diosa y tiene muchísima cancha en esto, me llamó y me ayudó!

—¿Cómo viviste las repercusiones? Cerraste tu cuenta de X…

—Sí. Como no estoy acostumbrada a la exposición, cuando se estrenó la serie tomé algunas decisiones que después me di cuenta que eran perjudiciales para mí. Al principio miraba todo lo que se decía, todo lo que se hablaba de mí y de mis compañeros: lo bueno y lo malo. Se hablaba tanto que tuve una sobrecarga de información. Me sentí agobiada y abrumada por todo lo que estaba pasando. Una no está preparada para eso. Tal vez pensás que lo estás, pero cuando lo estás viviendo te das cuenta que es mucho más difícil de lo que pensabas. Me generó ansiedad. Leía todo, por ahí leía 100 comentarios buenos y no los creía, después leía uno malo y a ese si le creía. Así que decidí desconectar un poco de eso y cerrar mi cuenta de X.

Mora Fisz:

—¿Lo hablaste con un psicólogo?

—Sí, iba a terapia desde antes de la serie. En el rodaje de otra serie en la que trabajé ya me había dado ansiedad así que me veía a venir que con este proyecto me iba a pasar algo parecido. Es importante tener el acompañamiento terapéutico de alguien que te pueda ayudar. Me di cuenta que soy más feliz desde que no estoy pendiente de los comentarios en redes sociales.

—Es algo que le pasa a un montón de chicos jóvenes más allá de que sean famosos o no.

—Sí, porque uno se expone. No tiene que ver con ser famoso ni con dedicarte al arte, cuando subís un video a TikTok mostrando cosas de tu vida, le estás abriendo una puerta a todo el mundo para que opine de lo que ve de vos. Y eso a veces puede ser dañino porque muchas veces dicen cosas hirientes.

Un rodaje intenso y divertido

Mora Fisz:

—Fue un rodaje intenso…

—¡Sí! Es difícil respirar con una de esas máscaras, eran jornadas arduas. Estábamos mucho tiempo algunos días y eso que yo aparezco poquito, pero se tarda un montón en grabar cada cosita, cada plano, cada toma. Tiene mucho tiempo detrás, invertido. Y a veces podés estar… A mí me ha pasado de ir a las 10 de la mañana a rodar y grabar mi escena a las 11 de la noche. Hemos tenido jornadas nocturnas muy intensas.

—En la serie se te ve usando armas. ¿Tuviste un coach?

—Sí, vino un señor, que me enseñó a sostener el arma. Es mucho más difícil de lo que yo pensaba. Fue difícil, pero divertidísimo.

—¿Tuviste algún entrenamiento más?

—Me mandaron a clases de piano durante mucho tiempo porque iba a ver una escena donde yo tocaba el piano, pero al final se cambió. ¡Aprendí de cero! Al final decidieron que esa escena no esté, pero me llevo la experiencia.

—¿Qué fue lo más loco que viviste durante el rodaje?

—Hubo un momento muy divertido. Te voy a contar: hay una escena donde yo tengo un pequeño brote. Cuando empezamos a grabar la escena, el set estaba lleno de extras. Y, claro, los extras no sabían lo que iba a pasar. Yo empecé a actuar y un señor pensó que me estaba dando un ataque de verdad. Rompió el personaje y me vino a ayudar (risas). Y tuvieron que decir: “No, no, es parte de la escena.”

—¡Qué buena actriz! (risas)

—Sí, yo pensé: “Ah, buenísimo, se lo creyó. ¡Bárbaro!”¡Nos matamos de risa!

La expectativa por la segunda temporada

—Si bien tu personaje existe en el cómic, se llama distinto y tiene otra edad…

—Claro, le cambiaron el nombre de Martita a Clara para adaptarlo más a esta época, porque es raro que hoy exista una adolescente que se llame Martita. Está Martita Fort y no mucho más (risas). La gran mayoría de las cosas que le pasan a mi personaje no se ven en la serie. Hablé mucho con Bruno [Stagnaro] y con María Laura Berch, que fue nuestra directora de casting, ellos me ayudaron mucho para construir el personaje. La idea era marcar bien la diferencia entre la primera escena, donde se ve al personaje siendo normal, antes de que empiece todo. Y después, hay que lograr que el espectador, aunque no me conozca, pueda ver y notar que hay algo que no está bien con ella: que hay algo raro. ¡Hay cosas que no puedo spoilear!

—¿Cuándo empiezan a grabar la segunda temporada?

—¡No sé! Creo que el año que viene o esperemos que antes ¡Tengo unas ganas de volver a grabar, de leer los guiones, de saber qué pasó con los personajes! Quiero saber todo.

—Pareciera que tu personaje va a ir cobrando cada vez más protagonismo.

—Veremos. Creo que la primera temporada deja ver que hay algo más que se puede desarrollar en la segunda temporada.

Mora Fisz:

—¿Venís de una familia de artistas?

—¡Nada que ver! Mis papás son comerciantes, tuvieron durante muchos años una marca de ropa de niños. Aunque vienen de un palo completamente distinto, siempre me bancaron mucho. Vivo con ellos y con mi hermana que es médica. Nos llevamos todos genial.

—¿Qué repercusiones tuvo tu familia?

—¡Están chochos! Mi papá está viendo la serie de vuelta. La primera vez la vimos todos juntos en casa y estábamos muy nerviosos. Está bueno verla por segunda vez para apreciar más los detalles. Mi abuelo, “El Bochita”, es mi fan número uno. Apenas quedé en el casting se compró El Eternauta y se lo puso a leer. Me apoya mucho y se le cae la baba; me manda mensajes, audios, está orgulloso y me dice que no puede creer lo que está pasando.

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