Madrid, 30 may (EFE).- Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció este viernes el «desastroso comienzo» del plan de reparto de alimentos por parte de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), respaldada por EE.UU. e Israel, y aseguró que usar el reparto de ayuda para desplazar a la población es parte de «una estrategia más amplia de limpieza étnica en la Franja de Gaza».
«El desastroso comienzo de la distribución de alimentos coordinada por la recién creada Fundación Humanitaria de Gaza ha confirmado que el plan estadounidense-israelí para instrumentalizar la ayuda es ineficaz», apuntó en un comunicado el secretario general de MSF, Christopher Lockyear, que habla de una «deshumanizadora iniciativa de militarizar la ayuda en Gaza».
Disparos israelíes en la primera tarde de reparto en Rafah, en el sur de la Franja, «cantidades totalmente insuficientes de suministros básicos», que los palestinos hayan sido «acorralados por vallas» mientras esperaban para recibir artículos y un «trato deshumanizador» es el recuento que Lockyear hace de los primeros días de reparto, después de más de dos meses de bloqueo total israelí al enclave.
«Bajo este enfoque, peligroso e imprudente, los alimentos no se distribuyen donde más se necesitan, sino que se dirigen únicamente a las zonas donde las fuerzas israelíes deciden amontonar a la población», explicó el secretario general de MSF, que apuntó que colectivos como personas mayores o con discapacidad no tienen forma de acceder a estos alimentos.
«Esta iniciativa parece una cínica estratagema para fingir el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario. En la práctica, utiliza la ayuda como herramienta para desplazar a la población por la fuerza, como parte de lo que parece ser una estrategia más amplia de limpieza étnica en la Franja de Gaza, y para justificar la continuación de una guerra sin límites», añadió.
A pesar de que Israel afirma que ha dejado entrar cierta ayuda humanitaria de la ONU por el cruce de Kerem Shalom en los últimos días, la ONU sostiene que en la práctica esto no ha supuesto ninguna mejora en la entrega de ayuda humanitaria.
De los novecientos camiones con ayuda de Naciones Unidas autorizados a ingresar en los últimos diez día (la ONU ha repetido hasta la saciedad que se necesitan al menos 500 camiones diarios para cubrir las necesidades vitales de los gazatíes), solo se permitió que 600 fueran descargados del otro lado del paso fronterizo.
Sin embargo, menos de la mitad del contenido que llevaban pudo ser cargado en otros camiones dentro de Gaza -conforme al procedimiento que se utiliza- para dirigirse a los almacenes desde donde poder ser distribuido entre la población.
La organización que está repartiendo la ayuda, la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), respaldada por Estados Unidos e Israel y cuya financiación es incierta, ha distribuido algo más de unas 2,1 millones de raciones de comida en cuatro días; lo que equivaldría a una sola ingesta de comida por cada habitante de Gaza en 96 horas.
Además, de tres puntos de reparto operativos en la Franja, hoy ha pasado a tener solo uno, en el barrio de Tel al Sultán, en la sureña Rafah.
Los saqueos también producidos a los camiones de ayuda son «consecuencia de una sociedad llevada al borde del abismo, cuyo tejido social ha sido destrozado por la violencia y las privaciones incesantes», según Lockyear, quien consideró que se trata de «una táctica más amplia para reforzar una narrativa unilateral: la única forma de prestar ayuda es militarizarla». EFE