Nairobi, 15 may (EFE).- Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó este jueves de que los recortes en la financiación internacional destinada a Sudán del Sur, especialmente la de Estados Unidos, limitan mucho la capacidad de respuesta de las organizaciones humanitarias, lo que ha «agravado severamente la crisis» en el país.
Según explicó la asesora de asuntos humanitarios de MSF, Helen Richards, en una rueda de prensa en Nairobi, incluso antes del repunte de violencia iniciado en marzo entre las fuerzas gubernamentales y la milicia Ejército Blanco en el norte del país, “las necesidades sanitarias y humanitarias ya iban en aumento, y la respuesta humanitaria estaba insuficientemente financiada».
«Antes del recrudecimiento de la inseguridad y de los recortes más severos, las organizaciones de salud y ayuda humanitaria ya enfrentaban grandes obstáculos para dar una respuesta oportuna. Faltaban suministros, personal y se registraban brechas significativas en el sistema de salud», dijo Richards.
El sistema de salud sursudanés, detalló, depende en gran medida del apoyo externo: el Gobierno del país destina apenas un 1,3 % de su presupuesto al sector sanitario, mientras que cerca del 80 % de los servicios de salud están en manos de organizaciones no gubernamentales.
Richards adelantó que, aunque aún es difícil evaluar con precisión el impacto total de los recortes, cualquier reducción de fondos tendrá consecuencias directas, “dada la enorme dependencia del sistema sanitario del apoyo internacional”.
«En los últimos meses hemos visto una drástica disminución de recursos: servicios de salud y nutrición han cerrado, se han detenido servicios de agua y saneamiento, y también se ha suspendido el transporte de suministros», denunció.
MSF recordó que no sólo se trata del recorte de fondos anunciado por EE.UU., sino también de reducciones significativas por parte del Reino Unido y Países Bajos, entre otros, «lo que agrava el impacto del recorte de fondos de Usaid (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional)».
«Así que no se trata solo de los recortes de Usaid; son recortes generalizados en todo el sector humanitario y de desarrollo, por distintas razones», añadió la organización.
Aunque MSF no acepta financiación de gobiernos -el 98 % de sus fondos provienen de donantes privados-, alertó de que no cuenta con la capacidad para «cubrir el vacío» que generan estos recortes.
La crisis comenzó el pasado 4 de marzo, cuando el Ejército Blanco, alineado originalmente con la oposición, tomó una guarnición de las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Sudán del Sur en la ciudad septentrional de Nasir, lo que desencadenó una ola de detenciones por parte del Gobierno de Yuba y una campaña militar contra la milicia junto con el apoyo aéreo de Uganda.
Sudán del Sur, que se independizó en 2011, sufrió un lustro de guerra que provocó la muerte de unas 400.000 personas y que terminó con el acuerdo de paz de 2018, que estipuló un reparto de poder entre el Gobierno y la oposición pero cuyas principales disposiciones nunca se han llegado a implementar. EFE