El fútbol español se viste de luto por la muerte de Manuel Cáceres Artesero, más conocido como Manolo ‘el del bombo’. El emblemático aficionado de la selección española murió este jueves, 1 de mayo, a los 76 años de edad. Su nombre es sinónimo de pasión por el fútbol, representando durante décadas el espíritu de la hinchada española con su inseparable bombo y su característica energía. Manolo acompaño a la selección española durante 40 años bombo en manos, apoyándoles en las victorias y las derrotas.
Su figura trascendía las gradas para convertirse en símbolo un símbolo del combinado nacional, hasta de el punto de que parecía una extensión de la plantilla en las gradas, dado que siempre estaba ahí para animar a su equipo bombo en mano. Durante más de 40 años estuvo presente en los momentos de gloria y en los más complicados, acompañando a la selección en 10 Mundiales, ocho Eurocopas y otros encuentros decisivos. Su presencia se hizo tan icónica que llegó a ser parte de diversas campañas publicitarias, consolidándose como referente cultural en el universo futbolístico.
Manuel Cáceres Artesero nació en San Carlos del Valle, una pequeña localidad de la provincia de Ciudad Real. A lo largo de su vida vivió en diferentes ciudades de España, incluyendo Huesca, Zaragoza y Valencia, donde consolidó su imagen como animador incansable. Fue allí donde comenzó a destacar por su bombo y el famoso cachirulo que lo acompañaba, dejando una huella imborrable en los equipos locales antes de proyectarse en el panorama internacional.
En los últimos años, residía en Moncófar, un municipio de la provincia de Castellón, desde donde seguía con dedicación cada paso de la selección. Pese a la edad y algunas complicaciones de salud, nunca abandonó su vínculo con el fútbol, que consideraba parte vital de su existencia.
Su último partido con “La Roja”
El pasado 23 de marzo, Manolo asistió al que sería su último encuentro animando a España. Fue en Mestalla, durante el partido contra Países Bajos, un duelo amistoso en el que pudo compartir su pasión con la “Marea Roja Fans”, el colectivo de aficionados que sigue al combinado nacional. En aquella ocasión, España logró su pase a la Final Four de la Nations League tras imponerse en una emocionante tanda de penaltis.
Manolo no solo será recordado por sus múltiples apariciones en los estadios, sino también por su humildad y su disposición para compartir su entusiasmo con todos los aficionados, españoles y extranjeros, que se acercaban a su figura icónica. Su legado quedará grabado en la historia del fútbol español, donde las notas de su bombo seguirán resonando como un símbolo de aliento y unidad.
Con su partida, España pierde a un icono único, pero su espíritu permanecerá vivo en cada gol, cada victoria y cada celebración de La Roja. Manolo ‘el del bombo’ deja un hueco irreemplazable en las gradas, pero también un legado imborrable de amor y devoción por el fútbol. Ahora, la selección española ha perdido a un miembro del equipo, a pesar de no estar en la plantila.