
El fallecimiento de Antonio Fernández Díaz, conocido artísticamente como ‘Fosforito’, ha marcado el final de una era en el flamenco. El cantaor, nacido en Puente Genil (Córdoba) en 1932, ha muerto a los 93 años en Málaga, ciudad en la que residía desde hace décadas. Su desaparición ha dejado un vacío difícil de llenar en el panorama del arte jondo.
La noticia se ha conocido este jueves, 13 de noviembre, después de que Fosforito ingresara el miércoles en el Hospital Carlos Haya de Málaga a causa de una infección. El deceso se ha producido hacia las 7.30 horas de la mañana, según ha confirmado su familia a ABC.
Los restos mortales del artista serán trasladados al tanatorio de Parcemasa en la capital malagueña, donde la familia ha invitado a quienes deseen mostrar sus condolencias. La misa funeral tendrá lugar en la parroquia de San Pablo de Málaga, templo al que el cantaor profesaba especial devoción y donde reposarán sus cenizas.
Reconocimientos y trayectoria artística
A lo largo de su extensa carrera, Fosforito ha sido considerado un referente absoluto del flamenco, tanto por su dominio de los cantes tradicionales como por su capacidad para innovar sin perder la esencia del género. Desde muy joven, ha destacado en concursos y festivales, consolidándose como una figura imprescindible en el ámbito nacional e internacional.

El año 1956 supuso un punto de inflexión en su trayectoria, al obtener los cinco premios del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, un logro que nadie ha vuelto a igualar. Este hito le catapultó a la fama y le permitió desarrollar una carrera jalonada de grabaciones memorables y actuaciones en los principales escenarios de España y del extranjero. Entre sus discos más celebrados figuran Cantes y estilos flamencos, Mis recuerdos y Fosforito y Paco de Lucía.
A lo largo de los años, ha recibido numerosos galardones, entre los que destacan la Llave de Oro del Cante, concedida en 2005, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y la Medalla de Andalucía. Además, en febrero de este año, el Ayuntamiento de Málaga le otorgo el título de Hijo Adoptivo de la ciudad y la Medalla de la Ciudad.
Un legado imborrable en el flamenco
La versatilidad de Fosforito le ha permitido dominar todos los palos del flamenco, desde seguiriyas y soleares hasta malagueñas, tonás, tarantos y bulerías.
Su voz, llena de matices y emoción, ha sido reconocida por aficionados y expertos, y su magisterio ha influido en varias generaciones de artistas. Ha compartido escenario y amistad con figuras como Paco de Lucía, Camarón de la Isla, El Lebrijano o José Menese, consolidando su papel como maestro y referente.
En su localidad natal, Puente Genil, su figura ha quedado inmortalizada con la creación del Centro de Flamenco Fosforito, dedicado a la difusión de su obra y del arte jondo. Además, era hermano de la cofradía del Cautivo y reunía todos los títulos que puede ostentar un cantaor flamenco.
Los últimos días de Fosforito
Hace aproximadamente un mes, Fosforito fue sometido a una operación de corazón en el Hospital Clínico de Málaga, donde le implantaron una válvula. Juan Antonio Miguel Berlanga, uno de sus amigos más cercanos, explicó a El Periódico que el artista se encontraba bien tras la intervención y que incluso el lunes anterior a su fallecimiento había jugado al dominó con ellos.
Sin embargo, el miércoles por la tarde comenzó a sentirse mal y fue trasladado en ambulancia a su domicilio de la calle Armengual de la Mota, desde donde fue llevado al hospital. Según Berlanga, “se le cayó la tensión y parece que ha muerto por culpa de una bacteria hospitalaria que se le ha manifestado un mes después”. El amigo ha añadido: “Es una pena. No esperábamos este final. Confiábamos en que la operación le hubiera regalado dos años más de vida. Si hubiera muerto en la mesa de operaciones, lo hubiéramos asimilado mejor”,
Fosforito deja viuda, Maribel, y cuatro hijos. Con su muerte, el flamenco pierde a una de sus voces más emblemáticas y a un artista que ha sabido conjugar la pureza y la innovación, manteniendo siempre la raíz del arte jondo.
