
La restauradora de arte Cecilia Giménez Zueco, conocida por su restauración del Ecce Homo de Borja, ha fallecido este lunes a los 94 años de edad, según ha informado el Santuario de la Misericordia (ubicado en la misma localidad) en un comunicado a través de sus redes sociales.
Su famoso trabajo en 2012 para restaurar la pintura mural, datada del siglo XX, cobraría relevancia internacional por alejarse tanto del cuadro original, lo que convirtió la imagen del cuadro en un elemento recurrente en medios de comunicación y redes sociales. Desde entonces, cientos de miles de personas visitarían el Santuario de la Misericordia para contemplar en primera persona el icono repintado.
El origen de este mediático suceso parte del mal estado de la obra original, una cuestión que llevaría a esta parroquiana a asumir sin autorización el trabajo de restauración. Sin embargo, el resultado de esta buena obra acabaría por desfigurar la imagen que en su día pintó el artista Elías García Martínez, y que gozaba de cierto valor sentimental en el pueblo. Las imágenes serían vistas en todo el mundo, y años después, su historia ha sido revisada por investigaciones, reportajes y hasta documentales.
Un cariño inmediato
Hoy, Cecilia ha sido recordada como una mujer dedicada a la pintura desde joven, una actividad que desarrolló de manera autodidacta durante gran parte de su vida, y que se manifestó a través de numerosas obras más allá de la restauración del Ecce Homo. En sus últimos años de vida, vivió en la residencia de ancianos de Borja junto a su hijo, que tiene parálisis cerebral. “Siempre te recordaremos”, han expresado desde la cuenta oficial del Santuario.
Al principio, Cecilia no se sintió nada cómoda con las reacciones que provocó su trabajo con el Ecce Homo. Su decisión de pintar sobre el cuadro original fue motivo de mofa, pero muy pronto la convertiría también en un icono por quien todo el mundo sentía simpatía. De hecho, tal y como ha expresado a Europa Press Eduardo Arilla, alcalde del pueblo, el punto de inflexión llegaría cuando poco después miles de personas se trasladaran al santuario con motivo de la Romería de San Bartolomé y Cecilia para aplaudir a la mujer.
Más turistas y más dinero para el pueblo
El impulso turístico que provocó el cuadro, además, destinaría una gran cantidad de fondos (unos 600.000 euros, según estima la agencia) a la Fundación Hospital Sancti Spiritus y Santuario de la Misericordia, lo que permitió mejorar sus instalaciones y prestar más servicios a los internos con menos recursos de la residencia en la que Cecilia vivió durante años. “El cambio sufrido (no buscado) por el santuario es innegable: hubo un antes y un después del repinte del Ecce Homo”, afirman desde una web sobre el turismo de la localidad.
En 2012, Cecilia Giménez llevaría a cabo otro gesto solidario al donar una de sus pinturas, Las bodegas de Borja, para una subasta a través de la plataforma eBay. El dinero conseguido en esta venta se destinó a Cáritas Borja, lo que reafirmó el carácter altruista que caracterizó a esta mujer.
