Tomás Frutos
Múnich (Alemania), 31 may (EFE).- Múnich, capital de Baviera y germen del despegue del fútbol germano en los años 70 del pasado siglo, es la gran anfitriona del fútbol europeo en los últimos doce meses. Después de la Eurocopa 2024, donde se disputaron grandes partidos como el España-Francia de cuartos, su Allianz Arena es la sede de la gran final de la Liga de Campeones entre PSG e Inter de Milán, acogiendo por tanto los dos máximos eventos del fútbol continental.
Múnich emana fútbol. Hace un año fue invadida por camisetas de diferentes selecciones europeas y ahora convive con la llegada de las de parisinos e interistas, ambas con el azul muy presente. Unos 40.000 italianos teñirán de ‘nerazzurro’ la ciudad alemana y unos 25.000 franceses de rojinegro harán lo propio.
Los muniqueses pasean con la tranquilidad de quien está ya acostumbrado a convivir, al menos en los años recientes, con el aficionado al fútbol, con sus cánticos, sus elevados tondos de voz, sus idiomas… Es un elemento más. Así, tranquilos, se sienten también los seguidores desplazados de Inter y PSG, que cuentan con todas las facilidades de una ciudad bien preparada para el evento. La experiencia de haber acogido en el mismo año de la Eurocopa también dos eventos masivos, como dos conciertos de Taylor Swift, ayuda a la gestión de las masas.
En el día previo a esta final, al centro histórico de Múnich, en concreto a Marienplatz, le costó dormirse. Abarrotado por la confluencia pacífica de italianos y franceses, fue el punto de referencia para cenas y copas posteriores que prolongaron el ambiente festivo de una ciudad que tiene preparados dos puntos de encuentro de aficiones, como es habitual, para evitar posibles altercados.
Grupos de agentes de policía, en un despliegue de las fuerzas de autoridad alemana, rondan los puntos emblemáticos para garantizar el desarrollo normal de la fiesta por excelencia del fútbol europeo a nivel de clubes.
Algo que, pese a que pueda ser en un primer momento una molestia para los habitantes locales, también se ha convertido en un motivo de alegría por el impulso económico que otorga el albergar este tipo de eventos. Hoteles, bares y comercios de toda la ciudad aumentan sus ventas. Interistas y parisinos llenaron todos los locales de la zona centro hasta altas horas de la noche. Y la ocupación hotelera roza el 100%.
Un estudio de la UEFA respalda estos datos. Para la final del año pasado, la de Londres, el gasto extranjero en la ciudad -impulsado principalmente por visitantes de España y Alemania- fue 67 veces superior al de un fin de semana normal, según el estudio.
La victoria del Real Madrid sobre el Borussia Dortmund provocó un aumento interanual del 61% en el gasto de los alemanes, mientras que el gasto de los españoles se disparó un 148% con respecto al año anterior. A su vez, el gasto en restaurantes y bares situados en un radio de 3 km alrededor del estadio aumentó un 7,4% en relación con el que se habría registrado de no haberse celebrado el partido.
Y en la final de la Eurocopa 2024 Berlín sufrió un impacto económico aún mayor, ya que el gasto en restaurantes y bares aumentó un 130% en un radio de 3 km del estadio. El aumento fue impulsado por el gasto extranjero, que fue 21,7 veces (2.170%) mayor en un radio de 3 km que en un fin de semana normal. El gasto siguió siendo 4,6 veces (460%) superior en un radio de 10 km.
La primera noche en Múnich transcurrió sin incidentes. Ambiente festivo, en algunos puntos de convivencia entre aficiones. Este sábado, solo uno de los dos equipos sonreirá tras el partido. Solo una de las aficiones celebrará el título en una ciudad que intentará garantizar que la fiesta del fútbol no torne en tragedia. EFE
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