El sector turístico español apunta hacia nuevos récords en un año en el que la llegada de viajeros internacionales y la movimilidad dentro del propio país están cumpliendo todas las expectativas de la temporada estival. Sin embargo, esta bonanza turística veraniega que se traspasa también a la hostelería contrasta con la situación de quienes la sostienen: los camareros. A pesar del auge, los trabajadores de bares y restaurantes sufren una profunda precariedad laboral, con bajos salarios, contratos parciales y condiciones abusivas.
El salario medio anual en hostelería se situa en los 16.274 euros según los datos más recietes de la Encuesta Anual de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE), muy por debajo de la media nacional, que ronda los 25.900. A esto se suma una pérdida de poder adquisitivo del 3,8% desde la pandemia, según CCOO. Mientras los precios turísticos suben, los sueldos apenas se ajustan, lo que genera una brecha creciente entre ingresos y coste de vida.
La parcialidad laboral es otro problema estructural: muchos camareros firman contratos de cuatro horas, aunque trabajan jornadas completas sin registrar. Es frecuente la ausencia de descansos, pagos en negro y turnos de hasta 12 horas en temporada alta. Como consecuencia, el sector sufre una escasez de personal sin precedentes. Entre 2019 y 2023, se han perdido más de 32.000 camareros, según datos sindicales. Muchos abandonan el sector por agotamiento, salarios insuficientes o falta de estabilidad.
La vivienda, cada vez menos accesible
Mientras se celebra el récord turístico, miles de camareros trabajan en condiciones lejos de ser dignas. Además, a esta situación se suma otro de los desafíos más problemáticos de la actual coyuntura económica: la crisis de acceso a la vivienda. Muchos empleados de esta profesión no solo deben enfrentarse a dificultades para encontrar puestos de trabajo estables y bien remunerador, sino que tampoco cuentan con opciones habitacionales dignas.
Sobre esto se ha pronunciado durante una intervención en el programa de televisión laSexta Xplica Jesús Soriano, conocido en redes como @soycamarero, que se dedica a difundir y denunciar la precariedad del sector. Según indica Soriano, en zonas como Ibiza la falta de alojamientos dignos para trabajadores temporales en el sector servicios ha alcanzado niveles críticos. La escasez habitacional ha llevado a que personas empleadas en bares, restaurantes y hoteles se vean forzadas a dormir en vehículos por no encontrar una vivienda asequible. En palabras de una camarera que relató su experiencia al creador de contenido en redes: “Te hablo de gente que está durmiendo en el coche porque no tiene dónde vivir”.
Espacios reducidos y condiciones “inhumanas”
Durante la temporada alta, la presión inmobiliaria y la falta de espacios habitacionales provocan que hasta quienes cuentan con un empleo formal no logren encontrar alojamiento adecuado. Según testimonios de trabajadores, el panorama no mejora en otras ciudades turísticas, donde las opciones laborales vienen acompañadas de condiciones de vida igualmente difíciles. “Estaba trabajando en un hotel en Ampuriabrava (Girona), pero lo tuve que dejar porque tenía que pagar mucho dinero por estar en un cuartucho que parecía un armario”, reza un mensaje de otro compañero que Soriano a leído en el plató.
La situación, además, tiene otras expresiones agravantes. Soriano apunta que varios de sus compañeros han compartido imágenes de espacios usados como almacenes o improvisados dormitorios en condiciones inaceptables para la habitabilidad. Según su testimonio, llegó a recibir fotos de zulos o de almacenes, imagenes que cualifica de “inhumanas”. La indignidad de estas condiciones le ha llevado a concluir: “Creo que un hámster tiene más dignidad en una jaula completamente”.