A sus 27 años, Nerea se ha convertido en un ejemplo de valentía y determinación. Esta joven española, licenciada en Medicina, decidió dar un giro radical a su vida antes de comenzar su carrera como médica y se embarcó en una aventura que la llevó hasta Australia. Allí, lejos de limitarse a trabajos relacionados con su formación, se ha dedicado a ejercer todo tipo de oficios, incluidos aquellos tradicionalmente dominados por hombres, como la construcción.
Nerea ha trabajado como camarera, en bares, y, más recientemente, como albañila, una elección que, según relata, ha supuesto enfrentarse no solo al esfuerzo físico del trabajo, sino también a numerosos prejuicios. En un vídeo publicado en su canal de YouTube, la joven denuncia las dificultades que ha vivido simplemente por ser mujer en un sector todavía muy masculinizado. “Cuando saben que soy una mujer, la conversación se corta y ya no puedo avanzar para conseguir ese trabajo”, explica.
La experiencia de Nerea no es un caso aislado. Según el último informe del Observatorio Industrial de la Construcción, solo el 8,9% de los trabajadores del sector son mujeres, un porcentaje muy bajo en comparación con otros ámbitos laborales donde la presencia femenina ha aumentado significativamente en los últimos años. Esta estadística pone de manifiesto los retos que todavía enfrentan las mujeres que desean entrar en profesiones como la construcción.
“No es porque sea mujer, sino porque es principiante”
Sin embargo, Nerea no se ha rendido. En sus vídeos insiste en que los reclutadores deberían dejar de asociar los errores o la lentitud en el aprendizaje con el género. “Si es lenta o comete errores no es porque sea mujer, sino porque es nueva y principiante”, señala. Con una actitud positiva y decidida, defiende que “si una persona tiene ilusión y ganas de hacer algo, lo hará y con el tiempo conseguirá hacerlo bien, sin importar si es hombre o mujer”.
Lejos de sentir que está perdiendo el tiempo fuera del ámbito sanitario, Nerea considera que esta etapa le está aportando una valiosa experiencia de vida. Su plan es regresar a España en el futuro para realizar el MIR (Médico Interno Residente) y ejercer como doctora. Mientras tanto, ha optado por “salir de su zona de confort, aprender, descubrir mundo y ahorrar”.
Uno de los aspectos que más destaca de su estancia en Australia es la diferencia salarial con respecto a España. En su cuenta de TikTok ha explicado que, como albañila, gana “32 euros brutos la hora, pero sé que hay gente en este oficio que recibe hasta 50 euros la hora”. Una cifra que evidencia el atractivo económico que puede tener este tipo de trabajos en el extranjero, especialmente para jóvenes en busca de independencia y estabilidad financiera.
Su interés por los oficios manuales no es casualidad. Nerea comenta que su abuelo era carpintero, y eso despertó en ella una curiosidad que la llevó a probar con profesiones alejadas de la bata blanca. “Son profesiones, como la de camarera, que me gustan mucho, cercanas a mi familia, y yo también las quería probar”, afirma.
A través de sus redes sociales, Nerea ha conseguido crear una comunidad de miles de seguidores que siguen de cerca su experiencia. En sus vídeos combina el humor con la divulgación, ofreciendo consejos útiles sobre cómo iniciar los trámites para trabajar en Australia, qué aspectos tener en cuenta antes de emigrar y cómo adaptarse al estilo de vida del gigante oceánico.
Con su historia, Nerea no solo desmonta estereotipos, sino que también inspira a otras mujeres a atreverse con profesiones tradicionalmente masculinas. Su mensaje es claro: los límites muchas veces están en las ideas preconcebidas, y no en la capacidad real de las personas. Su paso por la construcción se convierte en una declaración de principios sobre igualdad, esfuerzo y libertad personal.