El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha amenazado este jueves con volver a atacar la Franja de Gaza tras la tregua de 60 días que se está negociando de forma indirecta con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), en el caso de que el grupo palestino no esté dispuesto a acceder a las demandas de las autoridades israelíes.
Netanyahu ha explicado que, en el caso de que entre en vigor la tregua, iniciarán «una negociación para el fin de la guerra de forma permanente». «En otras palabras, un alto el fuego permanente. Para lograrlo, debemos conseguir las condiciones mínimas establecidas: que Hamás deponga las armas, que Gaza esté desmilitarizada y que no tenga capacidad gubernamental ni militar. Estas son nuestras condiciones», ha insistido.
«Si esto se consigue durante las negociaciones, ¡genial! Si no se logra mediante las negociaciones en 60 días, lo lograremos de otras maneras: usando la fuerza, la fuerza de nuestro heroico Ejército», ha indicado en un vídeo que ha compartido a través de su perfil en la red social X y que ha grabado desde Washington, donde se ha reunido con familias de algunos rehenes.
El jefe de Gobierno israelí ha asegurado que «todavía hay miles de combatientes con armas» y ha alegado que, además de la diplomacia tienen que actuar «con la fuerza militar». Asimismo, ha extendido estas condiciones a Irán: «Si se logra durante los 60 días de negociación entre Estados Unidos e Irán, bien, pero si no, se conseguirá de otra manera», ha amenazado.
En la víspera, Hamás informó de que había accedido a liberar a diez rehenes en el marco de las negociaciones para alcanzar un alto el fuego, si bien volvió a exigir la retirada completa de las tropas israelíes de la Franja, así como un flujo de ayuda humanitaria constante y la provisión de garantías para un alto el fuego permanente.
La ofensiva contra Gaza, lanzada en respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023 –que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según el Gobierno israelí–, ha dejado hasta la fecha cerca de 57.800 palestinos muertos, tal y como han denunciado las autoridades del enclave palestino, controladas por Hamás, si bien se teme que la cifra sea superior.